Carta 1: Mi maldita psicóloga

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El otro día estuve viendo en la televisión un documental sobre como los chimpamcés sufrían la pérdida de sus seres queridos, la cámara enfocaba a un árbol mientras el monito de doscientos kilos se acurrucaba entre sus ramas, mientras gemía y se retorcía, a parte de pensar en probar como experiencia sexual el retorcerme en un arbol despues de despiojarme, pense en la manera tan curiosa que tenían aquellas cfriaturas en asimilar el dolor, me sentía derrotada por aquellas peludas bestias, pero siendo sinceras, nos pasa a todas, si tu novio te deja no te arrimas a un árbol a frotar tus genitales y pensar en los piojos tan bonitos que te vas a perder, si no que te desbordas, y de eso va esta puta historia, del desborde en esta sociedad, y cada vez menos en mi vasito de vodka, que como todo un buen chico, va creciendo y creciendo a un ritmo considerable.

Se en lo que están pensando, que forma tan rara de empezar una historia, pero que quede bien claro que no quiero escribir esta historia, y joder soy bastante mala en ello,  pero si a usted pequeño pervertido con interés en mi pobre vida le interesa bajar la mirada hasta el final de esta gran mierda pues perfecto, una botellona más por autocompasión.

Y bueno, despúes de tood este espectáculo creo que es hora de presentarme, mi nombre es Aghera Mourmat, tengo veinti un años, soy todo lo virgen que se puede ser más un chaleco de navidad de ocho capas y tengo ansiedad, depresión y unas putas ganas de morirme que superan cualquier cosa que os podáis imaginar, y bueno para los pervertidillos de turno hablaré un poco de mi físico, pelo negro y liso con las puntas teñidas de morado, todo recogido en una genial perezeleta, una coleta llena de pereza, y a su vez embasado en un super chándal recicable que jamás me quito, escepto para ducharme, y bueno pues querría dedicarle a mi psicologa, o a la gran bruja de este cuento mediante esta carta que no necesito ni necesitaré nunca más su ayuda para nada y que por fin he conseguido que mis padres accedan a dejarme no asistir a sus pateticas consultas, este es un acto de liberacion,  pero como me seguirán obligando a escribir a la gran bruja pues supongo que comenzaré con mi miortal y penoso diaruo que espero que la bruja no disfrute.

Lunes:

Hoy me he levantado con ganas de comerme el mundo, y luego tener arcadas mortales, vomitarlo en mi querido váter y  llorar durante horas , este viernes empiezo las clases de la universidad y a pesar de estar deseando de trabajar con las grandes estrellas de este país, creo que cada vez ,me gusta menos el arte dramático, me levanto, saludo a mis queridos papis, a los que pongo pienso y doy fresca agua, y luego me dirijo a la cocina donde saludo a mi querida cotorra o mami y me tomo rápido mi tostada, tengo una conversación vacía de cualquier interés con mi madre, y luego me levanto  le doy un beso y vuelvo a mi bonita cueva justo después de que mi madre suelte su frase estrella, ¨procura ser feliz¨, hablaría a la psicologva de mi madre pero solo encuentro las ganas de decir que es escritora de libros de autoayuda que nadie lee, y que vivió unos años en Francia debido a que mis dos abuelos son franceses, razón por la que llevo estudiando francés toda mi vida lo que me parece una gran merde que no puedo changer,l pero en fin después de explicaros porque mi apellido es Mourmat, me gustaría profundizar un poco en mis mañanas, subo a mi habitación despues de comer,  abrazo a mis papis gatunos connery y clooney , me tumbo en la cama, deseo beber alcohol para emborracharme y quedarme dormida, busco bajo la cama para ver si me quedan reservas de año nuevo, me cago en la puta bruja que dijo a mis padres que no podía beber alcohol, y me vuelvo a tumbar solo que esta vez con los cascos entre mis oídos mientras sueño con terminar la carrera y ser una estrella del cine francés, e interpretar en manos de un sexy aunque alcoholico galan un papel muy profundo que hara llorar a las madres que basan su existencia en comprar ropa por internet llorar de emoción.Al final conseguí dormirme pensando en un actor de cine que fijo que fue un james bond, y que seguro que murió por drogas, después  de dormir durante unas cuatro horitas de nada, mi madre me despertó aporreando como godzilla mi puerta mientras me gritaba que abriese la puerta, si hay que me alegro de tener es un buen pestillo a prueba de madres en mi puerta, me levanté deseando ser una babosa o una estrella de televisión española para poder no pensar en nada ni levantarme nunca, y abrí la puerta.

Noches LuminosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora