Aquel capullo me dejó de piedra, ni siquiera con mi pobre expresión de liberal salvaje esnifa hongos conseguí que retirasen la denuncia, lo que al parecer según las palabras azucaradas del obeso policía significaba que debía permanecer en comisaría hasta llegar a un acuerdo.
Elaborando constantemente chistes sobre discapacitados visuales en mi cabeza me dirigí otra vez a la puta recepcionista y le pregunté con mi encanto gutural:
-¿Donde puedo llamar a alguien? -, el asustadizo cervatillo del sueldo mínimo apuntó a una especie de cabina cubierta por cortinas negras, como las que se utilizan en las votaciones o en los baños húmedos de vampiros , le di las gracias con una inclinación de cabeza y la promesa de no pensar mal de Bambi y me dirigí hasta aquel teléfono, por desgracia las cortinas se ceñían en torno al teléfono como un atrevido vestido para los tacos, el mal alientuo y las denuncias por acoso.Esperé apoyada contra la pared imaginandome fumando un cigarrillo que yo misma había liado en la montaña, con mis guantes de cuero y mi hijo ilegímito en mi otro brazo, mi sueño americnao se detuvo por la conversación del hombre :
-¿Pero qué coño hago Flenfof?, yo no le hice una mamada, de verdad, que le hagan un escaner de huevos pero yo no le hice una mamada al presidente,! me da igual que se haya enamorado de mí!, no voy a admitir que le hice una mamada!, que porqué?, porque no se la hice abogado canadiense gilipollas!, que porque no se la hice?!, estás enfermo!, y que te quede claro que no soy gay, puto pervertido retrasado! -, me extrañaba que la risa no saliese de mi cuerpo, pero cuando las cortinas se abrieron y vi salir furioso a aquel hombre enchaquetado, que no había colgado el teléfono, comprendí que aquella podría ser mi salvación.
Me adentré en aquella cabina de teléfono y vi un bote de lubricante en el suelo, aquel ejecutivo se la había estado cascado mientras llamaba a su abogado, decidí no tocar aquel botecito lleno de semen y atracción sobrenatural hacia presidentes, y cogí el teléfono.
-¿Hola?-
-¡Maricón, te he dicho que no quiero hablar con tu novia, siempre me llama Comepollas! -, me sobresalté aquel canadiense me había agujereado los tímpanos que su voz gay y su saliva de arce-No soy la novia de su cliente señor, le llamo porque necesito un abogado-, esperé su respuesta como un niño al dormirse la noche antes de que llegue santa Claus , que no existe, eso pasa por leerme niños de mierda.
-¿Se depila? -, aquella pregunta me hizo sentir acosada, cotejada y retrasada a la vez.
-¿Disculpe?-
-Los hombres que no se depilan me dan miedo, son como renos, y me Dan escalofríos en mis partes bajas, no puedo trabajar con un peludo reno, entiende? -, en ese comprendí que lo de canadiense no era una broma, y lo de retrasado tampoco.
-No tranquilo, yo siempre me depilo, suave como Cachemira ahí abajo-, dije imitando su acento para acelerar la comunicación
-Está bien, tiene que saber que solo tengo dos normas, solo trabajar con hombres no peludos, y solo si caso me interesa, cuénteme su historia, y espero que todos estén depiladas en ella -, comencé a agujerear unos cuernitos de reno, y después de dos caladas de hombría salvaje pude proceder a inventarme una historia.-Verá, el otro día, cuando me estaba depilando con una cuchilla, me sentí triste por decir adiós a mi pobre pelo de hombre y bebí demasiado ron, y la lié, como un oso de Pensilvania, y ahora yo necesito un abogado, porque si no a mi hijo varón y hombre le van a crecer pelos en el pecho ie no podré cortar -, termine de contar aquella historia de emoción y depilación, cuestionandome lo confundidas que se sentirían mis putas hormonas, las imaginaba yendo a conciertos de hombres trans y comprando se minifaldas a cuadros.
-Uuuh un interesante caso, yo también odio a los Osos de Pensilvania me tocan mucho las bolsas, pero creo que Flenfof Gumufusen puede confiar en usted, ¿verdad?-, cogí fuerzas para poder decir que sí, y acabar con esta macabra comedia canadiense.
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Noches Luminosas
HumorHistoria sobre amor y la fama, sobre los altos fondos, y la salud mental, esa hipócrita zorra....