♤Dolor que rompe el corazón

96 9 7
                                    

-T/N: ¿Cómo vas con tu poder? -pregunté, dejando mi chaqueta sobre una silla cerca a mi.-

-Pitts: Bien, aunque sigo pensando que con una mierda. Tú tienes el mismo poder. -sonrió y la fulminé con la mirada.- Bien, voy progresando, nada mal.

-T/N: Tengo desventaja por las pastillas. -saqué el frasco de mi chaqueta y lo coloqué en el escritorio de madera a mi lado.- Puedes usar tu photokinesis aunque estés débil. Con mayor dificultad, pero puedes hacerlo.

-Pitts: Sí, bueno... no estoy lista para enfrentarla.

-T/N: Nadie lo está. -mencioné suspirando.-

-Pitts: ¿Alguien más lo sabe?

-T/N: Cinco.

-Pitts: ¿Y Diego?

-T/N: No tengo la valentía de contarle, pero creo que sospecha. -la castaña asintió.- Bueno, enséñame lo que tienes. -aplaudí y me acerqué al escritorio para tomar un foco sobre este. Coloqué una mano sobre este y se prendió. Estiré mi brazo, acercando el objeto a Pitts.- Bien, tu turno.

Pitts asintió. Casi al instante, movió sus manos a ambos lados y el foco se apagó. Llevó sus manos hacia el techo, provocando que chispas de electricidad salpicaran con este y rebotaran hacia el suelo. Con mi brazo libre cubrí mi rostro y me puse de cuclillas. Asustada, la castaña movió sus manos en dirección al foco, y la electricidad se dirigió rápidamente a este, ocasionando que este se prendiera.

-T/N: Bueno, omitiendo el que casi me electrocuto, mejoraste bastante.

-Pitts: Gracias. -dijo rascando su nuca mientras se dibujaba en su rostro una sonrisa.-

[...]

-Diego: T/N. -mencionó mientras tomaba suavemente mi muñeca. Detuve mi camino y dude en voltear.-

-T/N: ¿Sí? -pregunté girando sobre mi propio eje para encontrarme con sus ojos color café.-

-Diego: ¿Te veo a las doce en la azotea? Sé que estás algo ocupada, no te vi en la academia algunas veces. Pienso que, claro, si estás libre, podríamos hablar un rato. Solo si estás libre, claro. Tal vez estás ocupara y cansada, no quiero-

En unos segundos ya me encontraba besando su mejilla derecha. Me separé lentamente y sonreí sintiendo las mejillas algo calientes, sin embargo, Diego tenía sus mejillas de un color carmesí.

-T/N: Te veo a las doce entonces.

Diego soltó su agarre y me dirigí a mi habitación.

Era cierto lo que había dicho Diego. No lo había visto muchas veces debido a que me encontraba con Pitts, Cinco o Sloane, aunque más compartía con la primera.

Mi alarma sonó diez minutos antes de las doce. Me desperté y me dirigí a mi closet para cambiarme la pijama. Me puse un buzo negro algo pegado, un polo negro y una chamarra gris. Peiné mi cabello y salí de la habitación.

Subí a la azotea. Diego se encontraba frente a la fuente de agua, sentado en una banca. Lo rodeaban rosas marchitas y algunas floreciendo. Una marchita por cada tristeza, una floreciendo por cada emoción. Me había descubierto.

-Diego: Grace me dijo de este jardín y el por qué de las rosas marchitas. -me fui acercando y me senté a su lado. Diego observaba las rosas.-

-T/N: Perdón. No estaba lista para decirlo.

-Diego: No tienes por qué pedir perdón. No es tu obligación decirme. Es algo personal para ti.

El silencio reinó entre nosotros por un largo tiempo. Escuchábamos el ruido de la naturaleza y el agua al caer por la fuente. Nos quedamos así y Diego decidió hablar.

-Diego: Te siento distante... ocupada tal vez.

-T/N: He estado visitando a Max. Sigue sensible por Millie. -mentí.-

-Diego: Entiendo... -hizo una pausa.-

El moreno se levantó y se dirigió a la fuente de agua. Repetí su acción y me quedé a su costado. Diego se giró igual que yo y quedamos frente a frente. Noté que llevaba una pequeña flor blanca en su mano, la cual acomodó sobre mi oreja. Ladeé mi cabeza ligeramente y ambos sonreímos.

-Diego: ¿Sabes? Me gusta estar contigo. Hay algo en ti... no sé, tu esencia... me hace sentir imposible estar sin ti. No como algo obsesivo... Soy número dos, pero me haces sentir como si fuera el número uno.

Las famosas mariposas hicieron aparición en mi estómago y revolotearon alegres, mientras mis mejillas ardían y agachaba la cabeza ligeramente tratando de ocultar el sonrojo.

-Diego: He estado meditando sobre los sentimientos que tengo , los recuerdos y momentos que pasé contigo. T/N... me gustas. Me gustas como no tienes idea y creo... que es hora de hacerte una pregunta.

Levanté la mirada. Diego tomó mi mano y la colocó sobre su pecho. Podía sentir sus acelerados latidos.

-Diego: T/N... Te entrego mi corazón, que se vuelve loco cuando te ve, el que está dispuesto a amarte como ningún otro, el que te extraña cuando no estás cerca, el que te ama, el que ama cada minúscula parte de ti. T/N, te amo. No intentaré explicar cómo, porque las cosas más bellas no precisamente se entiende, simplemente se viven o se mueren por ellas. Quiero ser yo quien te acompañe en cada momento, ser la razón de tu seguridad y felicidad, emocionarme por cada uno de tus logros y demostrar mi amor de todas las maneras posibles y dar mi vida solo para ti y por ti. T/N... hazme el honor de ser tu novio.

Lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Quería, enserio lo quería. Quería decir "Sí, acepto porque siento lo mismo. Porque mi corazón se emociona por ti, porque eres el único al que quiero, porque eres tú a quien mi corazón ama." Pero no pude.

-T/N: No puedo...

Retiré la mano de su pecho lentamente. Diego me miró confundido y triste.

-Diego: ¿P-Por qué? -preguntó. Las lágrimas, de igual forma resbalaban por sus mejillas.-

No sabía qué decirle. Las palabras se quedaron en mi boca y traté de ser fuerte.

-T/N: Mis sentimientos hacia ti no son correspondidos.

Diego se quedó paralizado unos segundos y luego asintió lentamente.

-Diego: Entiendo... No te obligaré a amarme, porque eso es egoísta. Pero T/N, hacer creer a alguien que tienen algo, una conexión como la sentí contigo... eso es dolor que rompe el corazón.

Mi corazón ardió mientras veía a Diego llorar. Algo en mí quería abrazarlo y decirle todo lo contrario, que mis palabras eran una más cara que ocultaba la verdad, pero metí esos pensamientos al fondo de mi cabeza.


¿Qué son ustedes dos entonces? preguntó mi conciencia

Un amor imposible, supongo. Uno en el momento equivocado. Eso somos... respondió mi otro yo.























*********************************************************************

¡Hola a todxs!

Eso es todo por hoy, no quiero romper más su corazoncito de cristal. Nuestro, la verdad.

Espero les haya gustado el capítulo. No se olviden dejar su voto y sus hermosos comentarios. ¡Nos vemos! Lxs quiero 💜

Atte: Grace

Escala de gris   -Diego y tú-  ☂️The Umbrella Academy☂️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora