Capítulo 2

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*Lady Morgana Pov.*

De todas las personas que imaginé que podrían salvar mi vida, no estaba entre las posibilidades que fuera una chica y mucho menos la sobrina del rey Jor-El de Krypton. Su presencia en el lugar era algo extraña pero ella decía estar de paso. Y la verdad es que no me animé a preguntar cuáles eran sus razones para cruzar el reino ya que no quería meterme en lo que no me correspondía aunque la curiosidad me llenaba. Íbamos cabalgando y poco a poco nos estábamos acercando al castillo. Sus manos estaban en las riendas pero parecía escudarme con su cuerpo, era muy extraño. Además del hecho de que cuando tomé su mano estaba casi hirviendo pero como era la mano que usaba para la espada supuse que sería por el agarre fuerte de la espada. Nos estábamos acercando al sendero del castillo y las personas miraban con sorpresa hacia mí. Los guardias miraron sorprendidos al verme con Lady Kara en el caballo pero les hice un gesto con la cabeza para que no se alertaran. Entramos al patio y noté que Sir Percival corría dentro, seguro para avisarle a mi padre. El caballo se detuvo y la primera en bajar fue ella, luego me extendió su mano.

-Permíteme, mi lady. -Me dijo y tomé su mano para bajar.

Me ayudó con cuidado y acomodó mi capa, lo cual me hizo observar sus ojos azules. Es preciosa, realmente preciosa. Y era extraño, pues teniendo en cuenta la edad que debe tener debería estar por casarse y no vagando en el bosque con soldados. Ciertamente, Krypton tenía costumbres muy extrañas.

-¿Cuál es el significado de esto? -Dijo la voz de mi padre.

Me giré y Lady Kara se inclinó ante mi padre, por lo que la señalé.

-Padre, ella es Lady Kara Zor-El, la sobrina del rey Jor-El. -Le expliqué y él la miró-. Fui atacada en el camino de regreso.

-¿Quiénes te atacaron? -Me preguntó alerta y hasta asustado.

-Un grupo grande de bandidos. -Le expliqué-. Lady Kara y sus hombres estaban de paso y salvaron mi vida, insistió en escoltarme hasta el castillo personalmente. Y debo aclararte, padre. Que ella personalmente alejó a los atacantes de una manera majestuosa.

Mi padre la miró sorprendido al instante y ella simplemente le asintió con la cabeza.

-Lady Kara, ha salvado la vida de mi hija. Debo recompensarla.

-Por favor, su majestad. No es necesaria la recompensa, no podía permitir que algo le pasara a su hija. -Dijo y luego borró la sonrisa-. Y aunque no estoy aquí enviada por mi tío, sino que por razones personales estaba de paso por su reino, permítame otorgarle mi más sentido pésame en la muerte del príncipe Arturo.

Mi padre asintió y la miró recto, como el monarca que era.

-Usted me recuerda a su padre, Zor-El. -Le dijo con una sonrisa y Lady Kara sonrió-. Está claro que usted es su viva imagen e imagino lo orgulloso que debe de estar.

-Eso espero, mi lord. -Dijo y se mostró derecha, observándome un instante-. Y ahora que la princesa está a salvo en su reino, espero me disculpe. Pero tenemos que seguir nuestro camino y no queremos molestar.

-¡Tonterías! -Dijo mi padre con una sonrisa-. Usted y sus hombres han salvado la vida de mi hija. Por favor, permítame ofrecerle pasar la noche en mi castillo y el honor de acompañarnos a cenar.

Mi padre sabía cómo hacer sus movimientos, sabía que Lady Kara no podría rechazar un pedido como ese de un monarca. Y no lo hizo, asintió y aceptó.

-Será un honor, mi lord. -Le dijo y él sonrió complacido.

La vi mirar a uno de sus hombres, el tal Tristan y él asintió. Sir Percival los escoltó al establo para que alimentaran a los caballos y yo me adentré al castillo junto a Lady Kara. Gwen apareció a mi vista y se le señalé.

The Curse - Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora