Capítulo 14

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*Lady Kara Pov.*

Tras la muerte de Merlín, Morgana estaba lidiando con todas las responsabilidades que Uther le estaba dando, preparándola para ser Reina. Sumándole el hecho de que le estaba enseñando sobre seguridad, guerra y que ha estado practicando magia con Oona, Morgana terminó agotada las siguientes dos noches. Así que Uther me designó la tarea de investigar qué estaba pasando con la situación de Krypton y chequear la frontera con Essetir en mi modo dragón.

Tras haber hecho un recorrido por Essetir, me animé a ir por donde se encontraba la frontera con Krypton y noté la zona algo sospechosa. La gente parecía alerta y se asustaron al verme. Por supuesto que ahí saben de mí, no es la primera vez que vuelo por la zona pero es que la forma en que se asustaron, indicaba que algo estaba sucediendo y fue cuando lo noté, en el aire había un aroma que me pareció sentir antes en el castillo. Luego de descansar tras mi vuelo, salí de la habitación y me dirigí escaleras abajo. Decidí investigar el aroma que había sentido y seguí el recorrido por los pasillos, dándome cuenta que llevaba a la zona del calabozo. Me quedé ahí de pie pensando en qué podía ser y me di cuenta, era el aroma de un dragón. ¡El dragón que Merlín liberó! Miré alrededor en busca de alguien que me pudiera ayudar y no había nadie. Así que me encaminé rápido hasta que encontré a Sir Kay hablando con Gwen. Parecían tener un momento y lamenté tener que interrumpir pero lo necesitaba.

—¡Sir Kay! —Llamé su atención y se acercó al instante, luego de hacerle un gesto de disculpas a Gwen que se avergonzó.

—¿Me necesita, mi Lady? —Dijo mientras se acercaba.

—Sí, necesito que me digas algo. —Dije mientras lo tomaba del brazo—. ¿Dónde tenían encerrado al dragón que liberó Merlín?

Me miró frunciendo el entrecejo y me señaló los calabozos.

—Abajo en los calabozos.

—¿Puedes llevarme ahí? —Le pedí y me asintió.

Lo seguí al instante a la zona de los calabozos, me llevó hasta unas puertas de madera y las abrió, tomó una antorcha, la encendió y me guió escaleras abajo. A medida que íbamos bajando, el eco de nuestros pasos retumbaba y el aroma a dragón seguía en el ambiente. El hecho de haber estado ahí muchos años, hacía que quedaran residuos de su esencia. Aroma de su cuerpo, de su magia y de sus pensamientos. Sabía que la esencia de sus pensamientos más fuertes quedaría en el lugar. Y sabía que podría detectarlos e incluso escucharlos si eran lo suficientemente fuertes. Cuando llegamos al lugar, noté que era una cueva gigante.

—Aquí lo tenían encerrado. —Dijo Sir Kay y me señaló con la mano a un costado—. Esas eran sus cadenas.

Me acerqué con cuidado, notando una pequeña escalera y me acerqué a las cadenas, notando que estaban cortadas. Acerqué mi mano y la alejé al instante cuando me di cuenta que habían cortado esta cadena con magia.

—Merlín cortó estas cadenas con magia. —Dije y miré hacia delante, notando que sobre una roca había un brillo—. ¿Ves ese brillo de ahí? Tengo que llegar a él.

Comenté señalando el lugar y observé que Sir Kay miró y negó, haciendo una mueca.

—No veo nada. ¿Qué brillo? ¿Dónde?

Él miró para otros lados y suspiré, no lo veía.

—No importa. —Dije y me puse de pie, tratando de acercarme—. Veré si puedo saltar.

Había una caída importante hacia abajo, no podría saltar ya que la distancia era muy grande. Pero quizás podría ir si sacaba mis alas solo para llegar ahí, sin transformarme. Valía la pena el intento. Me saqué el chaleco de cuero lentamente y sabía que tenía la mirada de Sir Kay sobre mí.

The Curse - Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora