A la "yo" que murió.
Extrañaré tu risa escandalosa y tus gritos agudos cuando algo te emocionaba, extrañaré la forma en la que te atorabas cuando reías mucho y al final terminabas llorando.
Extrañaré tu voz cantando o tarareando cuando lavabas la loza y también extrañaré esa sonrisa sincera que arrugaba tu nariz.
Extrañaré la manera en la que te emocionabas por la más mínima cosa, y cómo sacabas tu celular para tomar fotos de las cosas que a algunos les parecían tan comunes y a ti tan inusuales.
Extrañaré la forma en la que bailabas, y la manera tierna en la que hablas cuando veías a algún animalito, extrañaré detenerme cuando íbamos por la calle a salvar algún insecto que estuviese en peligro.
Extrañaré tu voz fastidiosa y molesta, pero tan confortante cuando se necesitaba, extrañaré esa belleza que relucias vistiendo una simple pijama, extrañaré la manera en la que hablabas y cómo tu lengua se enredaba y terminaba diciendo cualquier tontería.
Cómo tus ojos brillaban, eso es lo que más extrañaré, esas luces brillantes que se encendían de más cuando algo se movía en ti por dentro, esos ojos llenos de luz que alumbraron hasta en la más profunda obscuridad. Esos bellos ojos que hoy están cerrados, que dijeron adiós y se marcharon para siempre con todas esas bellas cosas que siempre dije que odiaba, pero que en el silencio, amo como a nada.
A esa "yo" que un día se durmió para jamás despertar.
ESTÁS LEYENDO
Diario de un alma vacía.
Teen FictionTengo 18 años, soy una puta mierda, escribir tranquiliza mis demonios, así que decidí crear un diario para contarle a mucha gente lo que se siente vivir en conflicto consigo mismo.