Carta a mi depresión.

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No eres querida, estúpida depresión:

Nunca pensé decir palabras tan fuertes, pero en este justo momento lo estoy sintiendo como nunca. Te odio, como a nada más.

Eres tan repugnante y te aborrezco de una forma que no te puedes ni imaginar. Me tienes tan cansada; absoluta y completamente cansada, ya no quiero que estés aquí.

Odio verte en la mañana, y al medio día, también más tarde, en la noche, la madrugada. No sabes cómo detesto tener que soportarte, llevarte conmigo tantos años sin un solo reclamo. Me tienes harta.

¡FUERA DE AQUÍ, IDIOTA! ¡ME TIENES HASTA LA PUTA MADRE!

Intento entenderte, comprenderte, complacerte, pero a ti te vale mierda. Me tratas como un perro, aunque yo sea tu huésped, y es que eres tan despreciable. Cualquier insulto te queda muy pequeño.

"¿Por qué?" Te pregunto una y otra vez.

¿Qué entretención te genera esto? ¡Dime! ¿Por qué tienes que ser tan sádica? ¿Por qué disfrutas de la sangre y te ríes a carcajadas cuando me hallas en el suelo? ¡¿Por qué disfrutas tanto de mi auto-desprecio?! ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?...

Quiero que desaparezcas de mi vida, de la de los demás; si mañana veo una estrella fugaz, voy a pedirle que desaparezcas del mundo. Que agonices de la misma forma en que a tantos nos hiciste agonizar.

Te odio, una y mil veces más.

¿Qué es lo quieres de mí? Te lo he dado todo, más bien me lo has robado todo, todo, todo...

Toda la sangre y lágrimas que he derramado desde que tengo 15 malditos años ha sido por y para ti, ¿no crees que es suficiente? Mi más grande sueño es despertar un día y no sentirte más, que no vuelvas a hacer acto de presencia en mi vida jamás. Suena a un sueño imposible, pero todavía mantengo la esperanza.

Ya no quiero estar contigo nunca, me tienes tan agotada, me quitas toda la energía. Eres la peste más grande del mundo y aún no te han podido exterminar.

¡Fuera! De verdad no te quiero, no me agradas. No sé cómo hacerte entender que no quiero que estés más aquí. Sal de mi casa, de mi cuerpo, de mi cabeza...déjame vivir ¡Quiero vivir!

Estoy cansada de querer matarme, de que encarnes en personas para hacerme la vida imposible desde dentro y fuera, de desesperarme por complacer tus más oscuros pensamientos, de que me veas a punto de acabar conmigo sólo por hacerte feliz, y que aun así no te detengas.

¿Cuándo vas a detenerte? Realmente no quiero morir, estoy cansada de pensar en esto, estoy cansada de sentir que mi mente está rota, completamente dañada. Ya no quiero temblar cuando cojo objetos afilados, ni repetirme mantras mientras los manipulo, no quiero luchar contra mí misma por tu culpa, quiero verme en un espejo y tomarme muchas fotos, quiero sentirme plenamente bien. Saber que tengo imperfecciones, pero amarlas de todos modos, quiero verme bien, ¡déjame verme bien! Déjame subir mi autoestima, y amarme todo lo que nunca he amado, déjame en paz de una buena vez.

No eres bien recibida y estoy tan cansada de que intentar matarte...sea más bien un intento de matarme a mí.

Con tanto odio, desprecio y repugnancia para mi depresión.

Diario de un alma vacía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora