Autoestima.

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Me odiaba.

¿Qué más puedo decir? Mi salud mental se basaba en mí, diciéndome a mí misma que daba asco, diciéndome que no merecía nada, diciéndome que era una porquería, una bazofia, una mierda.

Yo me odiaba de una manera muy grande, y siendo yo misma mi peor enemiga, no perdía el tiempo en recalcarme a cada segundo que realmente no valía absolutamente nada. 

Mirarme al espejo (Como ya lo mencioné), era una de las cosas más estresantes, por más belleza externa o interna que yo tuviese, solo lograba ver caos, y aunque me hubiese invadido la perfección, en ese entonces, yo habría buscado hasta la más mínima de las imperfecciones que tenía para hacerla resaltar y comprobarme que valía mierda. 

Y si alguien me decía algo como: "Que linda te vez" o "Eres muy bonita", yo solo sonreía y decía "Gracias", porque en mi interior había una cantidad impresionante de comentarios de todas esas voces que me detestaban, y ellas me atacaban a muerte, porque los susurros que lanzaban, eran como un tiro directo en la sien, era quizá, más que mortal.

Me empecé a ver cada vez más y más fea, hasta que me lo creí por completo y me empecé a sentir así, ya no estaba cómoda con ningún tipo de ropa, ni me sentía bien con mi estatura o peso (A veces sentía que estaba gorda y otras veces, que estaba muy delgada), olvidé que esos preciosos lunares alineados verticalmente en mi rostro, me encantaban y comencé a aborrecerlos, mis manos, esas que tanto adoraba porque tocaban muy bien el piano, se empezaron a sentir odiadas, porque ya no las utilizaba para su razón principal, pues me decía a mí misma que hacer tal cosa era absurdo, ya que yo pensaba que era pésima tocando tal instrumento. Dejé de hacerlo que amaba, porque me repetía a mí misma que no era lo suficientemente buena haciéndolo, dejé de amarme a mí misma porque de un momento a otro yo me sentí tan poca cosa como para si quiera darme amor propio.

Y es que así de complicado era, porque por mas que yo lo intentara, cada vez mi autoestima caía más abajo, y cada vez yo caía con ella, hasta que me hundí, y estuve a punto de ahogarme, pero logré salir a flote, o al menos eso espero, que ahora me encuentre en la superficie, y que esto NO sea una alucinación a causa del ahogamiento.

Diario de un alma vacía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora