bonita ⍟ shinichiro sano

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"Anillo"

⍟

—He pensado mucho en lo que te dije hace tres años. Te dije que aunque solo habíamos estado meses juntos parecían años, y ahora que enserio tenemos bastante tiempo juntos no pude evitar pensar en dar el siguiente paso. —se pasó una mano por el cabello. —Estoy seguro de querer pasar el resto de mi vida contigo. Estoy seguro de querer besarte todas las noches y bailar contigo las canciones que quieras, porque te amo, te amo tanto que no creo poder vivir sin ti. Entonces, bonita...¿Qué dices? ¿Te casarías conmigo? —Shinichiro se hincó sacando una cajita de terciopelo.

—NO.

—¡Manjiro! Te dije que me ayudaras a practicar para no estar nervioso mañana. —se quejó Shinichiro dándole un pequeño golpe en la cabeza. —Ella dirá que sí, ¿verdad, Izana?

—Uh. No estoy muy seguro. —el nombrado se rascó la cabeza. Solo hizo ese gesto para poner nervioso al mayor, al igual que Mikey.

—Ella dirá que sí. —animó Inui. —Estoy bastante seguro.

—Gracias, Inupi. Por eso eres mi empleado favorito de S. S Motors. —Shinichiro le sacó la lengua infantilmente a Izana y Mikey, quienes oían con envidia y el ceño fruncido lo que acababa de decir.

—Hola, ¿está el guapo propietario de este local? —preguntó una Keiko entrando con bolsas de comida.

—Aquí viene, escondánlo. —Shinichiro le dio la caja de terciopelo a Inui, quién se lo dio a Izana, quien se lo dio a Mikey, este lo colocó rápidamente en una mochila que estaba por ahí antes de que ella pudiera darse cuenta. —Hola, mi amor. —besó los labios de su novia sosteniéndola ligeramente de la cintura.

Los chicos tomaron las hamburguesas que había en las bolsas y comenzaron a comer viendo como la pareja seguía besándose.

Shinichiro la tenía sujetada con una mano de la cadera, pegando sus cuerpos, Keiko sonreía mientras sus labios se paseaban por los del pelinegro con toda la libertad del mundo. En un punto, ella profundizó el beso ladeando su rostro y atrayéndolo con las manos en su nuca. El joven Sano se sintió especialmente prendido con las caricias en su cabello así que introdujo su lengua haciendo más intenso su contacto.

—¡Estamos comiendo! —Mikey se quejó con la boca llena, a su lado Izana solo tenía una cara burlona e Inui estaba algo sonrojado con una mueca penosa.

—Pues finjan que no estamos aquí. —Shinichiro ni siquiera volteó a verlo y siguió besándola.

—No, Chiro. Ya tengo que irme. —se separó de sus labios y le dio una dulce sonrisa. —¿Tienes mi uniforme para el trabajo? Parece que hoy habrá mucha gente en el café.

—Oh, sí. Ten. —se la entregó. —Nos vemos en casa. Te haré la cena porque tú trajiste comida.

—No te preocupes, tal vez solo llegue y duerma. Últimamente me he sentido muy cansada estos días.
—suspiró tallándose los ojos.

—Te mereces unas vacaciones de ese trabajo. Ya eres gerente, trata de convencer a tu jefe.

—Lo haces sonar tan fácil. —negó sonriente. —Lo intentaré. —le dio un corto beso antes de salir del local no sin antes despedirse con un "Nos vemos, cariño".

Shinichiro se quedó viendo detrás del cristal como ella se alejaba. Estaban mejor que nunca. Los dos tenían sus trabajos, pero claramente había una diferencia de horarios que dificultaba que se vieran como lo hacían antes.

—¿Estás bien? —preguntó Izana palmeando su hombro.

—Sí. Es sólo que estoy nervioso por mañana. Ya estamos juntos en todos los sentidos menos en el matrimonio, y no es como que esté tratando de decir que casarnos es lo que nos falta para ser felices. Keiko y yo ya somos felices. —sonrió viendo al suelo. —Es solo que de verdad me gustaría decirle "esposa." —sus ojos brillaron. —Me gustaría verla con un vestido blanco caminando hacia mí mientras me aguanto las inmensas ganas de llorar porque estoy seguro de que se verá tan preciosa, tan jodidamente bonita, que no lo voy a soportar más y voy a echar lágrimas porque estaré a punto de casarme con la persona más especial para mí. "Mi bonita esposa Keiko." —un pequeño sonrojo se asomó por su rostro.

—Hey, eso es lindo. —Izana sonrió. —No estés nervioso, lo harás bien. Es más, hay que practicar otra vez. Esta vez yo fingiré ser Keiko y diré que sí.

—¡Hey! yo quería ser Keiko. Me sale bien su voz. —se quejó Mikey con un tono agudo.

—Tú no. Vas a hacer que Shinichiro se desespere por qué le respondes "NO". —Inui sacudió la cabeza con los brazos cruzados.

—Bueno, aquí voy. —Shinichiro enderezó su espalda. —Pásenme el anillo. —pidió estirando el brazo.

—¿Mikey, donde lo pusiste?

—Ya no está la mochila que estaba aquí. —el rubio más pequeño comenzó a buscar por todas partes.

—¿Cuál mochila?

—¿La mochila con el uniforme de Keiko? ¿La mochila que le entregué? —Shinichiro se quedó estático al ver a su hermano asentir. —No me jodas, Manjiro. —negó con colocando sus manos en su propia cabeza. —¿Pusiste el anillo en su mochila? —preguntó con incredulidad.

—¡Tú dijiste que lo escondiera! No me di cuenta de que se la habías dado, estaba más concentrado en mi hamburguesa.

—Cálmense. No hay que asustarnos ni pelear. —Inui trató de calmarnos. —¿A qué hora entra Keiko a trabajar? —preguntó.

—A las 3.

Todos voltearon a ver la pared.

El reloj marcaba las 3:05.

—¿A quién engaño? Lo siento, Shinichiro, estás jodido.

Shinichiro comenzó a caminar con desesperación por toda la tienda. Le daban ganas de vomitar. No sabía cómo iba a ver a la cara a Keiko y decirle: "Lo siento, mi hermano puso el anillo que te iba dar al pedirte que fueras mi esposa en tu mochila"..

—Y ahora... ¿Qué carajos hago?

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