UN AMOR PROHIBIDO EN PARÍS© (Amores Prohibidos) COMPLETA ✔️

CAPITULO 5

HADE

Bien como dije el alcohol y yo a veces no somos muy buenos compañeros que digamos.

— Dijiste algo — pregunto algo confuso, además era evidente que no era de aquí supongo que es uno de esos extranjeros que viene de vacaciones o algo por el estilo.

— He... no na... nada — vendita hora de tartamudear

— Me permites invitarte un trago Belle Bijou (Bella joya) — yo a ti te permito lo que quieras pensé a pesar de no entender lo último.

Solo asentí con un movimiento. Maldición así o más estúpida.

— Te sigo — solté una pequeña risa, ja este guapote cree que nací ayer, esa ya me la sé. Y estoy completamente segura que lo hace para ver mi trasero.

Así que si quiere ver carne pues carne vera y de la mejor calidad a' como no.

Llegamos de nuevo a la barra y el barman volvió a darme una sonrisa coqueta como la de hace rato. Lo siento guapo pero ya te ganaron.

— ¿Qué deseas tomar? — pregunte volteando para quedar justo enfrente de él.

— Sorpréndeme — así que eso quieres ehh, pensé mordiéndome el labio inferior.

— Dos caballitos dobles. — mencione sin voltear sabiendo que el barman estaba detrás mío.

— Eres extranjero

— Si, y ¿tú eres de aquí? —ahora fue el quien me pregunto.

— Sip, desde que nací. ¿de qué parte eres?, no logro descubrir tu acento.

— Soy de... — no termino de completar su frase ya que nos interrumpieron con los tragos.

— Bien pues salud por mi nuevo amigo extranjero — le pase un caballito chocándolo en modo de brindis.

— Salud por mi nueva amiga que esta hermosa — no pude evitar soltar una pequeña risa esto había sido muy cliché. Tome de un solo jale mi caballito vaciándolo al instante.

— Valla esto sí que esta fuerte. — dijo al mismo tiempo que hacia muecas.

— Pues claro es tequila doble — dije entre risas.

— Esta bueno.

— El tequila de aquí de Guadalajara es el mejor tequila que podrás encontrar. — mencione orgulleciendo a mi querido Guadalajara.

— Eso veo... al igual que sus bellas mujeres... como tú.

— Oye me estas coqueteando

— Tal vez así sea. ¿te molesta? — pregunto al mismo tiempo que tomaba otro caballito.

— No, para nada me gustas... — mierda — digo me gusta o sea no tu sino — su mirada se había vuelto más obscura, sus hermosos ojos azules se habían dilatado — sino lo que dices... bueno no es que te esté diciendo feo — maldita sea Hade cállate solo lo estas empeorando. — aaaah, lo siento — desvié mi miranda antes de que hiciera más el ridículo.

La primera vez que logro intentar ligar con un extranjero y digo puertas babosadas.

Esto es... Es... Tan frustrante.

Lo que no me esperaba es que me tomara de mi cintura jalándome hacia él, con su mano tomo mi cintura haciendo que quedara a la par bueno no tanto él es muy alto y aun con tacones le llego hasta su barbilla.

Nuestros ojos se conectaron es como si ya nos hubiéramos conocido antes y esto era solo el inesperado reencuentro.

— Tú también me gustas preciosa Bijou (joya) — pero como puede ser posible esto.

Nuestras miradas aún seguían devorándose una a otra. Maldición esto se está saliendo de control y mentiría si dijeron que no me gusta.

Tome la iniciativa tomándolo de la parte de atrás de su nuca para jalarlo hacia mí tomando sus labios.

! Oh por dios¡ acaso esto es el mismísimo cielo.

Al principio el beso era lento y lo entendía lo sorprendió que yo tuviera la iniciativa de iniciar esto.

Sus carnosos labios se movían al compás de los míos acelerando cada vez más, el beso paso de ser lento a ser salvaje, mordió mi labio inferior para obtener acceso por completo de mi boca. Sus manos se mantenían en mi cintura haciendo pequeños círculos logrando que cada vez quisiera más de lo que en realidad podía tener.

— ¿Quieres bailar?— pregunté y  sin esperar por su respuesta lo tome de su mano y lo lleve al centro de la pista.

La pista de baile estaba iluminada por todas esas luces y humo dándole un toque diferente.

Lo tome de los hombro acercándome a él y comencé a bailarle o más sensual que pude.

Primero con movimientos suaves y ligeros toques haciendo de el momento único.

Sus manos se colocaron en mi cintura tomando presión de ella.

Seguimos bailando al ritmo de la canción; cada movimiento convirtiendolo en roces intencionados.

Después de un buen rato bailando y de haber sacado los pasos Prohibidos y de nuestra provocaciones mal intencionadas regresamos a la barra pidiendo otra ronda de caballitos dobles.

En cada momento buscaba el pretexto para besarme; y pues quién eres yo para negarme.

— ¿Quieres seguir en un lugar más privado? — pregunto separándose de mi haciendo que extrañara el contacto de sus exquisitos labios.

— Sí. — sin pensar en las consecuencias. A él se le formaba una enorme sonrisa como la del el gato de Alicia en el país de las maravillas.

No sé porque presiento que está noche yo será su comida de este lindo gatito.

Salimos del club tan rápido como podíamos se dirigió a su auto abriendo la puerta del copiloto — caballeroso — pensé eso me gusta.

No sé ni que es lo que está a punto de hacer lo único que quería era una noche con aquel hombre no importaba si esta noche perdía mi virginidad con un completo desconocido eso ya no importaba nada.