UN AMOR PROHIBIDO EN PARÍS© (Amores Prohibidos) COMPLETA ✔️

CAPITULO 24

nunca había deseado ni esperado  tanto para una respuesta  no al menos hasta que llego Hade a mi vida.

— Hade  comprendo que  sea  una decisión  difícil  de tomar no quiero presionarte  —  confesé poniendo distancia  entre  nosotros  —   lo  menos que  quiero es  eso, esperaré  el tiempo que sea  necesario  por que  vales  la  pena Hade vales eso y mucho más mi hermosa joya.

— No es  necesario esperar  tanto Leandro  —   dijo  acercándose de nuevo a mí,  sujeto  mi  rostro  quedando  tan cerca  el uno del otro.  —   acepto

— ¿Que?—  escuche bien

— Acepto  intentar tener algo Leandro,  no te negare  que siento  algo por ti aún  no descubro lo que eso signifique  y me  da temor salir lastimada de  todo esto.

— Hade  no te puedo prometer  una  vida  color de  rosa  por que  no es así, en ninguna lugar será así, pero prometo hacerte cada día más feliz, haremos que esto funcione, siempre habrá altas pero también bajas es cuestión   de  nosotros saber lidiar  con  los  obstáculos que  la  vida nos ponga en el camino,  pero estoy  seguro preciosa  que si hablamos cada vez que no estemos conforme  con algo podemos solucionar las cosas,  se que   te llevo 10 años Hade y  tienes  muchas cosas  por  vivir

— Para mí la edad solo es un número Leandro no me importa que lleves 10 años o 20 lo único importante aquí es lo que sentimos los dos; todo lo demás pasa a segundo plano, además yo estaría  encantada  de que  fueras  tu mí maestro en  todo los sentidos —  nena no sabes lo que me estás pidiendo — Leandro a pesar  de que soy muy joven,  no significa  que no sepa  nada  sobre  una  relación —   que quiere decir con eso —  pero me gustaría  que contigo  fueran  todas  mis primeras veces, quiero aprender muchas cosas de ti, y no solo hablo de lo profesional sino también en lo emocional ambos hemos pasado por relaciones anteriores malas que no han dejado un mal sabor de boca, pero eso no significa que ambos podamos aprender muchas cosas —  hubo un momento de silencio —  solo quiero pedirte  una  sola  cosa Leandro

— Haré cualquier cosa  que me pidas Hade.

— No me lastimes  Leandro

— Eso jamás podría  hacerlo nena,  eres sin duda  lo más  importante para mi y sería un  completo estúpido si llegara a  lastimarte. Te  quiero Hade, te quiero demasiado y no sabes como me muero de gritarle a todo París este sentimiento por tí mí bella joya.

— Yo también  te quiero Leandro  —  sellamos  nuestro pacto con un  apasionado  beso.

— Nena hay que parar esto al menos que quieras un segundo raund —  las cosas se están volviendo a calientes y un amigo quiere volver a despertar.

al  fin  tenía a  mi bella joya  que más le   podría  pedir  a  la vida.

la  velada había  terminado  y la  familia  Montessori estaba por retirarse.

— Un   placer  conocerlos señores  Montessori.

— El   placer  es  mío Leandro, espero que cuides muy bien  a mi pequeña  Hade.

—No  se  preocupe señor la  cuidare muy bien.

— Adiós   profesor  —  hablo la dueña de mis  desvelos  —  nos  vemos en clases —  se  despidió mi joya.

— Hasta  pronto profesor  —    despidió Agustina.

— Hermanito algo que quieras decirnos

— Nada que te incumbe  Sebastian.