Capitulo 9

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Pasó una semana, quizás una de las más largas de mi corta vida, una semana donde ya no sabía en qué dirección dirigirme. Siempre cuando en casa todo estaba mal estaba mi amada abuela para recibirme en casa, para compartir tantas alegrías y tristezas, quien encontraba como hacerme sonreír y ahora ya no estaba. Me había quedado sola.

Recibí una llamada, era acerca del testamento de la abuela; uno del que nadie sabía su existencia. Debía acudir a su lectura.

Mientras mis padres se preparaban para ir yo quería aplazar ese momento y es que lo que me interesaba es que mi abuela esté a mi lado, ¿De qué me servía heredar algo si ella jamás volvería?

Pero nos dirigimos a la lectura de todos modos. Una secretaria de unos treinta y tantos años nos pidió amablemente que esperáramos al señor Fernández, que estaba con un cliente y que nos atendería en unos minutos.

- Perdón la demora, soy Mateo Fernández, pasen por favor así damos por comenzada la lectura. Lamento mucho su pérdida.

-Yo Margarita en pleno uso de mis facultades físicas y mentales le heredo todos mis bienes y dinero a mi nieta menor Solange Anahí Miranda. Les pido disculpas a los demás si esperaban heredar algo pero de corazón siento que quien merece todo es ella porque siempre estuvo a mi lado.

-Bueno señores Miranda doy por concluido el testamento, pero quisiera hablar unos minutos con la señorita Solange a solas si son tan amables.

Mis padres salieron de la oficina y yo me quedé con el señor Mateo, aún no acababa de analizar todo lo que acababa de ocurrir.

-Señorita le pedí unos minutos porque es usted menor de edad por lo que tengo entendido, ¿Estoy en lo cierto?

-Si, bueno. Cumpliré 16 años la próxima semana

-Bueno realmente la casa está a su nombre en este momento desde antes del fallecimiento de su abuela pero no se si estaba al tanto de una cuenta bancaria con una importante suma de dinero.

-No sabía nada, la abuela jamás me comentó nada de eso y en el momento de su enfermedad cuando ella decía que moriría yo prefería no hablar del tema y cambiar de rumbo la conversación.

-Bueno la realidad es la siguiente, su abuela fue una persona muy cuidadosa y ahorró a lo largo de su vida. El problema es que usted es menor de edad, sus padres pueden administrar su dinero o emanciparse para así ser mayor de edad ante la ley y así mudarse a la propiedad y obtener el dinero. Yo estaré a su disposición para lo que usted decida y la ayudaré a administrar el dinero si lo desea.

-Me gustaría emanciparme, la situación en casa buena no es. ¿Puede ayudarme con ese trámite?

-Claro que si, mañana mismo lo presentaré para tener todo pronto

Mi Destino InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora