VIII

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Amelia ese día no durmió en su casa, ni al siguiente ni al otro. Tampoco contestaba ni a los mensajes ni a las llamadas de Sara. Seguía muy dolida y enfadada. Sabía que tenía que hablar en algún momento con ella, y más después de su último encuentro con Luisita. Quería cerrarlo todo, sobre todo por ella misma, porque no le hacía bien y porque desde hace tiempo sabía que ya no era feliz con Sara. Y es que no era justo seguir en una relación dónde no puedes dar más, dónde sabes qué has dado todo de ti y sentir que no avanzas, no era justo ver cómo día a día se consumía una relación que fue tan bonita, no era justo para ninguna de las dos.

Tampoco quiso escribir a Luisita hasta primero hablar con Sara, quería hacer las cosas bien, sentía que se lo debía a ambas. Había algo en ella que le decía que podía surgir algo muy bonito de ahí. Ya sea amistad o algo más.
Lo que más claro tenía es que la quería en su vida, sea de la manera que sea.

Esos días se quedó en casa de su amigo Alfons que en cuánto le contó todo no dudó en ofrecerle su hogar, su hombro para llorar y toda su persona para reír y desconectar.

Estaban desayunando sin dejar de decirse todo lo que pensaban, porque así era su relación, sana y muy sincera.

- Cariño yo sólo digo que te aclares y tomes una decisión con Sara, no podéis seguir así, sin contestarla ni nada. Tenéis que hablar.

- Ya lo sé, ya lo sé - se puso las manos en su cara - Pero no es fácil ¿sabes? Antes de que pasara lo del otro día, fue ella quién estuvo conmigo día y noche cuidándome, no sé qué la pasa, ella no es así, pero no es fácil querer decir que ya no quieres estar con ella.

- Lo sé pero no puedes estar con alguien por agradecimiento o por cariño. Y menos con una pareja amor. Ninguna de las dos lo merecéis. Hazlo por esos años de relación - le dedicó una sonrisa tierna.

- Si tienes razón.. yo también he pesado en todo eso, en todos estos años que hemos estado juntas - se estaba empezando a emocionar - todo lo qué hemos vivido.. son muchas cosas y no es fácil dejar todo atrás y tampoco es fácil enfrentarse a ello - suspiró - pero esta tarde hablaré con ella, sólo que necesito prepararme para ese encuentro  - ofreció sus manos agradeciendo una vez más que estuviera ahí con ella.

- Lo se y yo estaré aquí para todo lo que necesites - besó sus manos - Bueno y cambiando de tema... con Luisita... ¿qué pasa? Porque la vas a escribir ¿no? - esa pregunta fue seguida de una sonrisa pícara.

Y Amelia al oír su nombre se le formó otra, no lo podía evitar, tampoco quería evitarlo. 
En estos días los dos amigos también hablaron de todo lo relacionado con aquella rubia que no se sacaba de su mente y que se había instalado ahí día y noche. Siendo la total protagonista de su día a día.

- Quiero escribirla pero después de hablar con Sara, me siento fatal porque no la he dicho nada pero es que están pasando tantas cosas... quiero hacer las cosas bien - había duda en su voz, no quería que pensara que no quería volver a verla.

- Y eso está bien Amelia, tranquila, ve solucionando todo para estar cien por cien para ella.. quien sabe en un futuro ... - dijo alzando sus cejas ñ.

- Ay calla.. yo solo quiero conocerla más y ver donde nos lleva... No sé ser amigas.

- y yo sabemos que amistad no es lo que quieres con ella.

- Para qué decir que no, si es si - se miraron y se sonrieron con complicidad.

- Anda ven aquí - y se abrazaron como sólo ellos saben.

Un Corazón llamado Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora