XIII

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Mientras estaban recogiendo el salón, Luisita después de insistir también se puso a ayudar, Amelia puso música para que ese momento se les hiciera más ameno. Justo empezaba a sonar una que le gustaba mucho, empezó tarareándola pero no pudo evitar cantarla bajo la atenta mirada de Luisita que no se lo esperaba y que tardó dos segundos en enamorarse de su voz.

Citas clandestinas en el descampado
7 menos 20 en un lugar neutral
Da igual si es con vino o con café cortado
Este tiempo es nuestro, nadie va a mirar

A media luz
Esta tierra de nadie ya presiente qué va a pasar
A media luz
Un castillo en el aire desafiando la gravedad

Llegó el estribillo y se puso a cantar y bailar al ritmo de la canción

Ya pueden apagarnos las estrellas
Porque no hay fuego que tenga miedo de la oscuridad
Los sueños son mensajes en botellas
Coordenadas imposibles que se vuelven realidad
Dos fronteras que se empiezan a borrar

Lo dijo sin dejar de mirarla y sin dejar de mover sus caderas. Luisita dejó todo lo que estaba haciendo y se centró en aquella actuación improvisada que le estaba dedicando.

Esto es el destino, fue premeditado
Te reconocí de alguna vida atrás
Tanto ruido interno se quedó callado
Ya no suena el eco de la soledad

Le cogió la mano y le dio varias vueltas dedicándole ese párrafo. Porque así se sentían ellas, como si se conocieran de toda la vida y llenas de vida, sin rastro de tristeza ni de soledad cuando estaban juntas.

A media luz
Esa tierra de nadie ya presiente qué va a pasar
A media luz
Un castillo en el aire desafiando la gravedad

Cogió un mando como micrófono y empezó a cantar haciendo reír a la rubia

Ya pueden apagarnos las estrellas
Porque no hay fuego que tenga miedo de la oscuridad
Los sueños son mensajes en botellas
Coordenadas imposibles que se vuelven realidad
Dos fronteras que se empiezan a borrar

Bailaban las dos al ritmo de la música, dejándose llevar por sus movimientos, por lo que decía la canción, por lo que sentían, dedicándose miradas, besos y caricias.

Perderemos el miedo de saltar al vacío
Cruzaremos tormentas
Y nos cubriremos, yo con tu cuerpo y tú con el mío

Abrazó bien fuerte a Luisita esperando que si pasaba lo que decía aquel párrafo, estuvieran juntas, superando todo lo que venga. Se perdió una vez más en su olor y se quedaron ahí abrazadas hasta que acabó la canción.

Ya pueden apagarnos las estrellas
Porque no hay fuego que tenga miedo de la oscuridad
Los sueños son mensajes en botellas
Coordenadas imposibles que se vuelven realidad

Se miraron y se besaron, despacio, lento con sus lenguas recorriendo sus labios y con sus manos acercándose más, si es que eso era posible.

- Qué bonito cantas.. ¿no has pensado en volver a cantar? - preguntó Luisita aún abrazadas en medio del salón.

- Prefiero centrarme en abrir la escuela primero, luego ya veremos - contestó con sonrisa tierna. Le dio un beso corto y dando un toque suave en su trasero siguieron recogiendo todo.

Luisita se quedó pensando en la conversación de ayer sobre ese local y en cómo poder tener información, pero en cuánto vio quién entraba por la puerta, ya supo cómo averiguar todo.

Un Corazón llamado Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora