Capítulo 7

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Encuentro un lugar donde estacionarme a una cuadra del apartamento. Aún llueve, así que no voy a tener muchas opciones más que mojarme. Salgo del auto y corro rumbo al edificio. Para cuando llego allí, estoy completamente mojada. Me dirijo goteando agua hacia la recepción.

—Buenas tardes, necesito subir a ver a Alex. —le digo al señor mayor detrás de la recepción que se me queda mirando de arriba abajo.

—¿Usted es Lia Adams? —me pregunta de repente.

—Sí. —respondo dudosa. ¿Cómo sabe mi nombre?

—¿Tiene alguna identificación que lo pruebe? —por suerte cogí mi cartera.

Busco mi identificación y se la entrego.

—Gracias. —me dice devolviéndome la identificación. —Discúlpeme, es que tengo ordenes de no dejar subir a nadie al pent-house.

Al parecer yo no soy nadie.

—Aquí tiene, introduzca ese código en el ascensor y la llevará hasta el apartamento.

—Gracias. —le digo mientras cojo el papel con manos temblorosas.

Pensaba que iba a ser más difícil acceder a su piso. Pero al parecer soy la única que tiene autorización para subir. Y ahora me estoy preguntando porque será. Las puertas del ascensor se abren y entro en él. Leo el código una vez más, ya está borroso por mis manos mojadas. Lo marco en el panel y las puertas se cierran. A medida que asciendo la ansiedad me está matando, a pesar de que sé que el no está. Las puertas se abren en su piso y me adentro en él en su búsqueda.

—¡Alex! —grito, pero no recibo respuesta.

El teléfono comienza a sonar y me acerco a él. Es de la recepción.

—Si. —contesto.

—Se me olvidó informarle que el Sr. Alex no se encuentra.

—Ah, ya me he percatado, voy a esperarlo un rato y si no llega me marcharé.

—De acuerdo.

Cuelgo el teléfono y me quedo mirando al suelo donde se ha formado un charquito de agua. ¡Mierda! Camino a toda velocidad hasta su habitación y voy directo al baño. Me saco toda la ropa y me meto en la ducha. Ya que estoy aquí, porque no darme un baño. Abro la ducha y espero que el agua caliente caiga sobre mi piel helada por la lluvia. Deliciosa. También necesito lavarme el pelo, la lluvia no le asienta bien. Me giro buscando el champú y me llevo una sorpresa. Es la misma marca que uso. Extraño. Pero no le doy importancia.

En cuanto he terminado envuelvo mi pelo en una toalla y mi cuerpo en otra. Ahora me siento mucho mejor. Aunque me vendría bien algo de beber, si es algo bien fuerte mejor. Necesito coraje líquido para enfrentarlo cuando llegue y exigirle explicaciones. Bueno, si llega.

Camino con paso decidido hacia la cocina y en cuanto entro en el recibidor me detengo abruptamente. Alex está ahí, me está dando la espalda mientras se sirve una copa de vino. Pero no está solo. Laura está a su lado recibiendo la copa de vino que el le ofrece. Y entonces se queda congelado mirándome.

—¡Lia! ¿Qué haces aquí?

—Vine a hablar, pero parece que estás ocupado, mejor me marcho.

Doy media vuelta rumbo a su habitación nuevamente en busca de mi ropa mojada. Esto fue una mala idea.

—¡A dónde vas Lia! —me grita detrás de mí.

Lo ignoro y no le contesto, estoy llegando a la habitación.

—¡No te vas a marchar nuevamente! ¡No sin antes hablar!

Entro en la habitación, pero no logro llegar ni al baño cuando tira de mi mano hacia él y choco contra su cuerpo.

Lenta© ✔️(+18) #2 PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora