Capítulo 25

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No tengo en que marcharme de aquí. He venido con él, y la única opción posible es esperar a que comiencen a marcharse las personas y que alguien se apiade de mi y me regrese a la ciudad. No puedo tomar un Uber, porque he sido tan estúpida que no he salido con dinero, no pensé que lo necesitaría para regresar.

Así que me oculto en un costado de la casa y espero a ver si alguien se marcha y me puede llevar hasta la ciudad. Al sentir unos pasos me pongo en alerta, pero cuando veo quien es vuelvo a ocultarme. Alex sale junto al hombre que estaba a la mesa con nosotros y se marchan ambos en el auto de Alex. Mejor me voy hacia otro lugar, no puedo estar aquí de pie toda la noche.

Así que camino por la carretera zigzagueante y me siento en un banco que hay detrás de un seto frente a la cancha de tenis. Un lugar perfecto para que nadie me vea. Y allí mis lágrimas comienzan a caer incontrolablemente.

-¡Disculpa! ¿Te encuentras bien? -una dulce voz habla a mi lado.

Me limpio un poco las lágrimas, pero sé que es imposible de ocultar lo que me sucede, así que le respondo.

-No. No lo estoy. -le confieso mientras siento que la mujer se sienta a mi lado.

-¿Qué sucedió? -no creo que a ella le importe mi situación, mucho menos mi vida privada, pero necesito hablar con alguien.

Alzo la vista mientras me limpio las lágrimas. Y entonces la reconozco. Es la misma que ha comprado el auto de Alex.

-Su esposo se acaba de marchar. -le digo entre sorbidos.

-Lo sé. Me preocupo por ti en estos momentos. ¿Quieres contarme que te sucedió? -me pregunta mientras abre su cartera y me ofrece una toallita húmeda.

Tomo la toallita y me limpio el rostro empañado de lágrimas.

-Los hombres son unos imbéciles. -le respondo mientras la miro fijamente.

-Creo entender porque lo dices. Discutiste con tu novio.

-Ojalá. -le respondo y ella me mira sin entender. -Quiero decir, no es mi novio y sí, discutimos exactamente por ese motivo. ¿Cómo una persona puede desearte y al mismo tiempo no ser capaz de definir que eres para él?

La mujer a mi lado sonríe un poco.

-Te entiendo perfectamente. El problema es que a veces los hombres son tan idiotas que no se dan cuenta de lo que tienen frente a ellos. Y ese es el trabajo nuestro. Hacerles ver lo que tienen y pueden perder.

-No tengo idea de que más hacer, no creo que el llegue a amarme algún día o me confiese sus verdaderos sentimientos por mí. Si es que tiene alguno.

-Tu situación me hace recordar a mi esposo. En un principio decía que solo quería protegerme y nada más, pero sus sentimientos por mí eran tan intensos y tan profundos, que el mismo los había confundido. Y cada día me ha demostrado que me ama con locura.

-¿Cómo le hiciste para que te confesara sus sentimientos? -necesito saber para lograr que Alex me confiese sus sentimientos.

-Fue algo complicado, pero me percaté de que tenía sentimientos por mi por su forma de tratarme, de mirarme y de protegerme.

Esto me da en que pensar. Alex en el club es muy sobreprotector, además de que, a su forma, siempre ha estado cuidándome. Como cuando me rescató de mi borrachera. Además de que ha demostrado ser muy posesivo conmigo desde el inicio de nuestra relación. Y también celoso. Sé que todo esto demuestra que tiene sentimientos profundos por mí. Y necesito idear alguna forma para que el se percate de lo que siente.

-Creo que necesitas hacerle ver que te puede perder de verdad.

-Estaba pensando exactamente eso mismo. -le respondo con una leve sonrisa.

Lenta© ✔️(+18) #2 PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora