❄︎𝑷𝑹𝑶𝑳𝑶𝑮𝑶❄︎

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Elenor era una niña de un pueblito medio desierto llamado "Clerek". La pequeña Elenor , cumplía 7 años el primer día de todo el año y ya solo quedaban unas pocas semanas para ello.

La niña tenía una piel muy clara con pecas y un largo y negro cabello rizado que junto a sus ojos verdes esmeralda resaltaba entre su cálida y pálida piel.

Elenor era muy distinta a su familia ya que en ese pequeño pueblo los pocos semblantes que podías hayar eran de piel morena y cabello rubio, en algún caso que otro pelirrojo.

En su amable y dulce familia todos eran rubios, con un tono de piel no muy moreno por el sol pero tan poco tan pálido como el de Elenor y unos preciosos ojos azules, todos, todos menos Elenor. Aunque el aspecto físico no era lo único que diferenciaba a Elenor del resto de su familia, ella era una niña más callada y reservada de lo que alguien se hubiese podido imaginar para su joven edad. El resto de la familia, sin embargo, era muy dulce, habladora y tenía de una gran hospitalidad que dar.

Elenor siempre se había sentido agusto con su familia pero desde muy pequeña sabía que por mucho que esta intentara tratarla como una más ella no era una más. Había algo que la separaba millones de milímetros, centímetros, metros, kilómetros e incluso años luz de su familia. Lo único es que ella aún no tenía idea de que podía ser eso que la hacía tan distinta.

-¡Vamos Coopy! -dijo Elenor mientras salpicaba a su perro- En serio, el agua está súper bien, perfecta para darse un chapuzón -el beagle la miro sin una pizca de seguridad.

Aunque todos pensaban eso, Elenor no siempre era tan ensimismada como todos creían, solo que era complicado conocer realmente a una persona como ella. Solo parte de su familia y su leal perrito Coopy habían descubierto una parte oculta en su interior.

-Vamos, tirate -continuó sin perder de vista al perro. Al fin el perro salto al agua y comenzó a nadar hacia Elenor y después a lamerla la cara al llegar hasta ella.Clerek era un pueblo extremadamente cálido, parecía que solo era verano del inmenso calor que ofrecía aquel pequeño pueblo, lo que permitía que a pesar de ser el 18 de diciembre Elenor estuviera tan tranquila en el medio del Lago Osur con los 27 grados que el ambiente le había otorgado a el pueblo donde Elenor se había y aún se estaba criando.

-¡¡Para!! ¡Me haces cosquillas! -le exclamó Elenor a su beagle. Al instante un escalofrío recorrió el cuerpo de la pequeña al ver que el eco la había respondido con la última frase que ella había formulado. "Que raro. Nunca hay eco por aquí, esto no tiene sentido." Pensó.

De repente Clerek se volvió gelidamente frío, el agua se había congelado en un instante y todo estaba cubierto de nieve. Ella salió de la única parte del río que aún no estaba congelada (Ella ya estaba en esa parte ya que su calor corporal había derretido esa fina capa de hielo) temblando de frío y sin saber que estaba ocurriendo cuando se dio cuenta de que Coopy había desaparecido.

Miro a sus pies y vio como debajo del hielo se ahogaba su querido perro. Elenor dio un golpe con el pie a la capa de hielo para romperla y cojer a Coopy pero la capa que antes parecía ser tan fina había engrosado hasta ser casi imposible de romper.
–¡Coopy! ¡Coopyyyyy! -la niña gritaba desesperada mientras no dejaba de golpear el hielo y perder la esperanza.

Entonces giró la cabeza y vio como un zorro blanco la observaba unos metros más lejos, en la orilla del lago.

Elenor se quedó unos pocos segundos mirando al animal, sin miedo, solo esperaba que la ayudara... El animal, que la observaba como si la estuviera poniendo a prueba, siguió petrificado siendo testigo de cómo los ojos de Elenor se llenaban de lágrimas.

Se había girado y había seguido dando golpes a la gruesa capa de hielo que cubría la orilla pero por más que lo intentaba era inútil, no conseguía romperlo y al final el perro acabaría ahogado si no lo mataba antes el frío que recorría las venas de la pequeña.

Entonces Coopy dejo de moverse e intentar volver con su dueña y empezó a hundirse, el perro había perdido la consciencia.

El zorro seguía observando a la niña inmóvil gritar ayuda y tras un instante salió corriendo.

De repente el agua se descongelo y la nieve desapareció por completo. Volvía a hacer calor aunque Elenor temblaba exageradamente adaptándose a esa nueva temperatura. La niña habría jurado que estaban grados bajo cero, aquella temperatura era demencial. Ella se dio la vuelta como para comprobar que el zorro seguía allí pero no lo vio.

Todo parecía como antes de aquello excepto una cosa. Elenor agachó la mirada en busca de Coopy pero ya no lo veía. Buceo hasta el fondo del lago donde encontró a su perro. Este estaba más frío y pálido que nunca, ya no le latía el corazón.

-Coopy... -dijo ella con aire desesperado

Elenor se quedó de piedra mirando a su querido perro muerto en medio del agua antes de cogerlo y correr a su casa en busca de ayuda pero para su decepción ya era muy tarde y para una decepción mayor nadie la creyó cuando contó lo ocurrido. No pudo sentirse más sola en ese momento.

꧁𝑳𝑨 𝑪𝑯𝑰𝑪𝑨 𝑫𝑬 𝑳𝑨 𝑴𝑰𝑹𝑨𝑫𝑨 𝑬𝑺𝑴𝑬𝑹𝑨𝑳𝑫𝑨꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora