El frío que se había colado por una rendija de la puerta despertó a Luke. Aunque había tardado más en dormirse, estaba igual de agotado que Elenor al desplomarse en una de las camas de la acogedora cabaña. Poco a poco fue abriendo los ojos. De todas formas, la luz le hacía daño a la vista, lo que relentizaba el proceso. Finalmente abrió los ojos y volviendo a sí, su sorpresa fue evidente al ver que su nueva amiga no estaba. Alzó la vista sentándose sobre su colchón y buscando a Elenor con la mirada. Sin embargo, solo vio que la puerta estaba ligeramente abierta dejando una rendija por la que el frío inundaba la cabaña.
Las dudas llenaron al chico enseguida. ¿Por qué había salido? Por eso mismo Luke se acercó a la puerta y salió. No tardó en ver las huellas de Elenor calcadas en la nieve.
–¿Que...? –las huellas no estaban demasiado claras, era evidente que ella había salido corriendo incluso para una persona que no tuviese esa parte observadora que caracterizaba tanto a su nueva amiga.
Decidido, empezó a seguir las huellas pacientemente y tras un buen trecho pudo ver como las huellas de sus zapatos desaparecían dando lugar a un ligero y apenas profundo agujero en la nieve. Parecía que se había caído en ese punto.
Luke no se dio cuenta de ello a simple vista pero tras un par de segundos vio que había otro tipo de huellas en la nieve.
Las huellas eran pequeñas y redondas. Estaba claro que era un animal pequeño como un conejo, un perro, un gato o... ¿Tal vez una cría de oso polar? No estaba seguro.
Luke se dio la vuelta para irse y volver cuando tuviera más ideas o teorías de lo que podía haber pasado pero justo tropezó con la misma piedra que Elenor.
–Auch... –levantó la cara del suelo apoyándose sobre sus brazos e intento levantarse pero no lo consiguió, el pie le ardía por el golpe.
Cuidadosamente se giró aún en el suelo hasta que quedó frente a frente con la roca con la que había tropezado. Intento apoyarse en esta, pero una de sus manos se resbaló así que decidió apoyar los brazos como antes.
Entonces su mirada volvió al punto donde su mano había resbalado. Una pequeña parte de barro cubría esa superficie de la piedra. Eso le extraño porque en todo el tiempo en el que había permanecido en el lugar nunca había visto tierra. Hasta ahora no había visto más que nieve y el agua de aquel lago helada.
Él volvió a intentar levantarse. Esta vez lo consiguió y empezó a moverse hacia la cabaña poco a poco cojeando. A penas podía apoyarlo bien. Luke sabía que en la mayoría de golpes fuertes era mejor no hacer un gran esfuerzo con la parte afectada. Lo había aprendido por experiencia propia.
Esta vez sí que tardó mucho en volver a casa. La mayoría del tiempo hiba a la "pata coja" pero a veces perdía el equilibrio y apoyaba el pie inconscientemente. Incluso hizo unas cuantas paradas ya que recorrer un terreno como este apoyando todo tu peso en una sola pierna es agotador.
Finalmente llegó a la cabaña que él mismo había creado y se quedó tumbado sobre una de las camas. Dentro del lugar aún hacía frío por lo que el chico no se quitó el abrigo pero de todas formas hacía algo más de calor y no había viento.
-¿Donde estás Elenor...? -suspiró
A continuación se acercó a la ventana. Por la posición que el sol ocupaba Luke supuso que serían entorno las seis o tal vez siete de la mañana. Era increíble como fuera a pesar del sol hacía tanto frío.
Como aún era pronto y seguía cansado finalmente decidió que no era muy tarde para cerrar los ojos y descansar un par de horas más. Tal vez al despertar tendría alguna que otra buena idea que le pudiera ayudar.
Hola!!
Bueno, así está Luke ahora. Creo que todos sabemos que cuando esté mejor va a seguir investigando sobre dónde está Elenor. Quién sabe...
Espero q os haya gustado y que tengáis un buen día✨
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꧁𝑳𝑨 𝑪𝑯𝑰𝑪𝑨 𝑫𝑬 𝑳𝑨 𝑴𝑰𝑹𝑨𝑫𝑨 𝑬𝑺𝑴𝑬𝑹𝑨𝑳𝑫𝑨꧂
Science FictionElenor siempre a vivido en Clerek pero desde muy pequeña había tenido claro que no era como el resto y no solo por su físico de piel pálida, pelo negro y ojos verdes. Su carácter era increíblemente distinto... Especial Ella nunca había podido olvida...