La negrura de la noche envolvió a Elenor. El frío helaba sus venas y no conseguía ver nada con claridad.
Sus sentidos parecían no responder y Elenor no podía estar más perdida.
Entonces le pareció detectar el menor atisbo de sonido. Un susurro demasiado suave, delicado pero envenenado.
–¿Hola? ¿Hay alguien?
Nadie parecía oírla.
–¡¿Holaa?! –la chica aumentó su tono.
“Hola de nuevo” Está vez el susurro le llegó más claro. “Pensaba que no nos volveríamos a ver”
El miedo aumento en el corazón de la muchacha. Algo no iba bien.
Sin pensarlo más veces comenzó a correr sin rumbo alguno.
“No puedes escapar de mi” se volvió a oír.
De repente, alguien la cogió por la mano. Elenor giró lo más rápido que pudo pero ya no había nadie.
Nadie hasta que todo empezó a hacerse mas luminoso y... Cálido.
Elenor se fijó. Había una pequeña niña, riendo y jugando. Era ella, jugando con Coopy, en Clerek, justo antes de...
Entonces, todo se volvió helado. El río se congelo y la pequeña salió lo más rápido posible. Elenor ,sin embargo, se fijaba en el pequeño perro. Aún no estaba suficientemente congelado. Podía sacarlo.
La chica se intentó mover para ayudar al beagle pero sus músculos no respondían. Algo la paralizaba.
El hielo empezó a engrosar y en seguida la pequeña estaba dando golpes al hielo viendo cómo su perro se ahogaba.
Elenor cerró los ojos traumatizada. No quería ver eso, no podía. Ya había pasado por ello antes y sabía cómo terminaba.
Sin embargo, cuando los abrió, ya no estaba allí.
En su lugar Luke estaba delante de ella.
–Len...
La joven tardó un segundo en advertir que se refería a ella. Pero... ¿Luke llamándola Len? Estaba confusa.
Aún así, a pesar de empezar a sentir indicios de que nada era real, sintió alivio al ver a una cara conocida.
–Luke... –dudó un instante– Luke, tienes que ayudarme... –sintió como la voz se le quebraba– ¿Que está pasando?
Sin embargo Luke pareció confundido.
–¿Len?
–Sí, soy yo, Len –dijo la joven sin pensarlo dos veces.
–No...
El rostro de la chica se ensombreció.
–¿Dónde está Len, mi Len?
–¿Que...?
De repente escuchó una voz detrás suyo y el rostro de Luke empezó a difuminarse a su alrededor.
–No puede ser posible
El volumen en la voz del hombre despertó a Elenor. La había pillado desprevenida y al parecer, su sueño no era tan profundo como pensaba.
Entonces miró a su alrededor. Sentía un leve picor en las muñecas y le ardía la frente. Al bajar la cabeza vio que tenía las manos atadas a una silla fuertemente. Tampoco necesitó llevarse la mano a la cara para saber qué estaba sangrando.
Subió la cabeza asustada y visualizo al hombre que tenía frente a los ojos. Él también se había dado cuenta de que había despertado y su curiosidad se había vuelto a posar sobre la muchacha.
–Vaya, vaya –una sonrisa de lado apareció en su rostro mientras que su cuello se tensaba–. Por fin tengo oportunidad de hablar contigo –el hombre escupió la última palabra llena de odio, rabia y otro sentimiento que Elenor no llegó a detectar.
–¿Lo habías estado esperando tanto tiempo? No sabía que fuera tan interesante –vaciló la chica intentando tapar sus nervios
El hombre forzó otra sonrisa y sin previo aviso, se acercó a Elenor y la miró intensamente forzando una amarga sonrisa. Sin embargo, no consiguió intimidar al la chica, la cual parecía no inmutarse de nada.
–Oh, si. Pero... No te molestes, no me harás perder más tiempo.
Todo el rostro de Elenor se había tensado por un segundo. Nunca le había gustado la gente arrogante y nunca antes había tenido más ganas de darle un puñetazo a alguien. Sin embargo, no duró más que eso segundo ya que, tal y como siempre hacia, no hiba a exponer sus emociones tan fácilmente. Eso habría sido un punto a su favor para lo que quiera que la quisiera.
–Entonces... ¿Y si hacemos un trato? –intentó negociar
–¿Un trato? –su mirada delató que no la veía más que como una simple niña malcriada que se creía capaz de cualquier cosa.
–Por ejemplo... –empezó improvisando sobre la marcha– ¿Que te parece si yo respondo a todas tus preguntas y tu...
–¿Te dejo ir? –interrumpió el hombre– Eso depende de lo que me cuentes. Además, –dudó un segundo– ¿como sé que no mientes?
–¿Por qué hiba a mentirte? –dijo, si de algo estaba segura era que ese hombre no era su tía. Podría mentirle en caso conveniente y él nunca se daría cuenta– ¿Y por qué soy tan importante como para que no me dejes marchar? –preguntó curiosa. Sin duda esa era la pregunta de la que necesitaba respuesta.
Él ignoró sus preguntas y habló por si mismo.
–Aunque... Si pensabas mentirme te has equivocado de persona niñata –Elenor se sintió ofendida pero no dejo que lo notara–. Ahora solo podrás decir la verdad.
Elenor notó como las patas de su silla comenzaban a temblar. Cuando éstas se convirtieron en otras cuatro patas metálicas con unas grandes ruedas Elenor no podía creerlo.
–¿Te gustan? –sonrió maliciosamente– Ya teníamos que renovar estás polvorientas sillas. Además, siéntete afortunada, al fin y al cabo la extremas.
Por un momento la chica no supo que hacer si era tiempo de huir o era mejor intentar que se fiara de ella. Sin embargo la voz del hombre le indico cómo seguir al instante.
–Y, entre nosotros, yo que tú no me movería. ¿No querrás ser también la primera que pruebe el sistema de electrificación? –ella se quedó de piedra, mirándole con una rabia que no se había molestado en esconder– Eso pensaba
Entonces, la silla comenzó a moverse, a llevarla a otra parte.
El hombre, por su parte cogió su reloj y se dispuso a clicar un pequeño botón que había el lugar en el que se apoyaban las dos manillas.
Elenor no pudo fingir tranquilidad cuando un pasadizo se abrió en medio de la pared.
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꧁𝑳𝑨 𝑪𝑯𝑰𝑪𝑨 𝑫𝑬 𝑳𝑨 𝑴𝑰𝑹𝑨𝑫𝑨 𝑬𝑺𝑴𝑬𝑹𝑨𝑳𝑫𝑨꧂
Science FictionElenor siempre a vivido en Clerek pero desde muy pequeña había tenido claro que no era como el resto y no solo por su físico de piel pálida, pelo negro y ojos verdes. Su carácter era increíblemente distinto... Especial Ella nunca había podido olvida...