❄︎𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 2❄︎

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Un tiempo después porfín, en la tranquila casa, un ligero estruendo rompió el silencio en el que anteriormente estaba sumido Clerek. El timbre de la casa había sonado. Cetery, nerviosa, golpeaba el timbre una y otra vez repetidamente.

Cetery estaba mucho más nerviosa de lo que la madre de Elenor recordara haberla visto. Nunca la había visto así. Tenía una prisa increíblemente dominante y un río de preocupación le corría por las venas.

La madre de Elenor corrió a la puerta y la abrió con mala cara. Parecían más que hermanas, enemigas, rivales, como si desde la primera vez que se vieron entendieron que habían nacido para odiarse.

Elenor, que ya había bajado hasta la puerta se quedó paralizada observando sus movimientos. ¡No podían ser iguales! ¡Tenía que ser un error! La joven estaba nerviosa pero en cuanto vio como Cetery se abalanzaba sobre ella de una forma terriblemente impulsiva se sintió satisfecha a pesar del susto que había recibido. Elenor y Cetery no se parecían en nada.

–Tengo que decirte una cosa muy importante –la joven no se ubiese creído la importancia del asunto si Cetery no la hubiera mirado de tal forma tan asustada que hasta a Elenor que no solía asustarse nunca vio que la cosa era de vida o muerte para ella aunque aún no tenía claro si podía confiar en ella.

–...ya veo.... –Elenor forzó una sonrisa y aunque su familia se la creyó, no paso inadvertida por Cetery, lo que sorprendió brutalmente a Elenor ya que era una gran actriz. Cetery, a diferencia de su familia la envió una mueca de desaprobación como para indicarla que ella era buena detectando tanto mentiras visuales como orales.

Elenor estaba casi boquiabierta, hasta la costo mantenerse con la boca cerrada. Era buenísima actuando cualquier cosa. Nunca antes había detectado nada extraño ni en sus sonrisas más forzadas, excepto Cetery. Cetery era distinta. Cetery era igual de buena.

–¿Porque no vienes a hablar? Cuanto antes mejor –Cetery la miró de una forma un tanto extraña que ni ella supo interpretar con seguridad solo había una cosa clara, nada hiba bien y algo la decía que Cetery tenía cierta culpa de ello.

–¿Ahora? Estoy ocupada....

–No creo que lo tuyo tenga prioridad -
–Cetery la fulminó con la mirada y un escalofrío le recorrió el cuerpo. A Elenor la invadió el panico. Por un momento dejo esa sonrisa atrás y descanso de tanto finjir. Cetery no solo la había asustado, ella estaba aterrada. Definitivamente necesitaba un respiro.

Elenor abrió la puerta y salió corriendo del lugar. Corrió y corrió hasta el lago más alterada de lo normal y se sumergió en sus aguas de cabeza. Cerro los ojos y relajó cada músculo de su cuerpo dejándose llevar por la corriente.

Las dudas explotaban su mente e inundaban su corazón.

Ese no era su lugar, nunca lo había sido y de nada servía engañarse a si misma. Por mucho que lo deseara, que cerrara los ojos con fuerza y su cerebro lo dijese tan alto q incluso las palabras saliesen a la realidad y se oyese en todo el pueblo lo que Elenor deseaba, pero ni eso la podría salvar.

"¿Tal vez sería mejor irse muy lejos y empezar una nueva vida?" Elenor no tardó en descartar esa idea y culparse por llegar a pensar eso. Por mucho que ese no fuese su sitio allí lo tenía todo, familia, amigos, historia.... Aunque no todo fuese bueno y fuese tan poco su lugar, seguía siendo donde había vivido toda su vida.

Entonces como de la nada le vino a la mente ese día con solo 6 años y todo lo que pasó. De repente salió a respirar. Un escalofrío de nuevo le recorrio el cuerpo de los pies a la cabeza solo de pensar en Coopy.

Tenía miedo. Estaba realmente aterrada. ¿Y si la historia se repetía? ¿Cómo ocurrió? Y más importante aún ¿Porque?

La historia no podía repetirse.... Jamás

Elenor se secó las lágrimas que la corrían por la cara y miro hacia su alrededor desorientada.

En ese instante una ligera pero helada brisa la recorrió el cuerpo. Entonces Elenor cayó en la cuenta de lo que a continuación pasaría. Y tenía razón. De repente como hace tantos años todo se volvió helado. El paisaje que antes se encontraba con flores y árboles ahora estaba casi congelado.

Por un momento Elenor pensó que eran imaginaciones suyas pero no era así y no se necesitaba más que sentir como se te congelaba la sangre en ese lugar para saberlo.

꧁𝑳𝑨 𝑪𝑯𝑰𝑪𝑨 𝑫𝑬 𝑳𝑨 𝑴𝑰𝑹𝑨𝑫𝑨 𝑬𝑺𝑴𝑬𝑹𝑨𝑳𝑫𝑨꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora