13- No somos culpables de nada

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—Me encaaantan las lecciones aquí.

Wei Sizhui asintió en dirección a su amigo mientras descendían por la montaña para ir a Yiling junto con los demás discípulos, su padre, Hanguang-jun y Manzanita. La comitiva iba camino a Yiling para resolver el asunto del "invitado sorpresa" que había quedado pendiente la noche anterior. Jingyi y Sizhui iban un poco por detrás del grupo.

—Me imaginaba que te agradarían. No hay días aburridos en los Túmulos Funerarios.

Sobre si eso era algo bueno o malo, dejaría que Lan Jingyi se lo imaginara.

—¡Lo noté! Incluso les dejan hablar en clases, y no hay reglas qué copiar si uno hace algo mal ¿siquiera tienen castigos?

—Sí, ayudar con las reparaciones, o con los animales, o con la huerta...

—¡Mil veces mejor que copiar reglas! Sizhuiii ¿no puedo quedarme a vivir aquí?

—A...jaja....

Lan Jingyi no tenía la culpa pero a veces sus palabras hacían que perdiera la calma.

—Bueno, no puedo... Pero me gustaría quedarme por más tiempo —murmuró Lan Jingyi frunciendo el ceño.

—Sí, también me gustaría que pudieras quedarte un poco más —Wei Sizhui contuvo un suspiro. A pesar de que él mismo se atormentaba por ese motivo se decidió a brindarle una sonrisa a su amigo—. Pero tenemos varios días por delante, no pienses en eso ahora.

Lan Jingyi le correspondió el gesto y asintió.

Continuaron con una charla amena y para cuando llegaron a Yiling ya estaban más animados.

—Nuestro invitado sorpresa no se encuentra con nosotros hoy porque comenzó a descomponerse. Van a tener que ser fuertes sin su compañía —Wei Wuxian indicó desde el lomo de Manzanita una vez que el grupo se detuvo. Algunos discípulos rodaron los ojos—. Es de esperar ya que no se convirtió en un cadáver caminante... Bueno, preferiría que terminemos con esto antes de que Wen Qing me grite por haberlo dejado en la enfermería ¿Sí? Tienen hasta el anochecer, los estaré esperando en la taberna.

Hanguang-jun ya había tomado las riendas del burro para comenzar a guiarlo. El grupo se quedó mirando las dos siluetas que se alejaban hasta que desaparecieron entre la multitud de transeúntes.

—No importa cuántas veces lo vea, no deja de sorprenderme lo cercanos que son —comentó una discípula.

La desfachatez de su padre jamás dejaría de avergonzarlo pero Wei Sizhui estaba aprendiendo a disimular. Volteó en dirección a su grupo del día anterior. Lan Jingyi lucía listo para todo, Huanying estaba más pálido y cansado que de costumbre y Chen Min parecía tener todo menos ganas de estar ahí. Considerando lo agitado que había sido el día, la apariencia de los últimos dos tenía sentido.

—Me siento como un colador ¿Tenían que ponerme tantas agujas? —murmuró Chen Min.

—No despertabas con nada... —respondió Huanying con preocupación—. De no ser por la Maestra Wen seguirías inconsciente.

—Dejando eso de lado, ¿Recuerdan al hombre que vimos ayer discutiendo con los hermanos Gao? El que les reclamaba dinero por una deuda de su padre. Creo que deberíamos hablar con él —Wei Sizhui no quería perder tiempo esta vez así que tomó el liderazgo.

No hubo objeciones a su propuesta pero primero tuvieron que pasar por la tienda de los hermanos para preguntar dónde podrían encontrarlo. Los hermanos Gao no parecían muy felices de verlos, en especial el mayor.

❝Quiero vestir de rojo contigo❞ || Zhuiyi (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora