❝Quiero vestir de rojo contigo❞ || Zhuiyi (MDZS)

11- Las familias deberían apoyarse

—Bien, repasemos.

El grupo de cultivadores novatos se había congregado justo en el límite de los Túmulos Funerarios, donde se encontraba la barrera que mantenía a la secta protegida. Hanguang-jun y el Líder de secta Wei encabezaban el grupo. A unos metros de ellos un cadáver estaba de pie, observándolos con sus ojos completamente blancos.

—Sizhui ¿Harías los honores?

—Sí, líder —Wei Sizhui dio un paso adelante con las manos juntas a modo de respeto—. El cadáver de un hombre de unos cincuenta años fue encontrado dentro de los límites de los Túmulos Funerarios, justo en esta zona. Probablemente murió hace un día. La causa de muerte es una puñalada en el pecho aunque la herida no parece haber sido causada por una espada sino por un elemento más corto. Aparte de la herida mortal tiene otra puñalada en la espalda baja y un pie esguinzado.

Todas eran observaciones que habían hecho en grupo, cada uno aportando su grano de arena. Lo bueno de su experiencia con la tía Qing esa tarde era que nadie sintió repulsión al examinar el cadáver que su padre llamaba "el invitado sorpresa". En comparación a los putrefactos cuerpos cuyas vísceras tuvieron que revolver el invitado sorpresa estaba fresco como una lechuga.

—Por la coloración de su espalda debido a la sangre que se acumuló en esa zona murió boca arriba pero según lo que nos informó usted el cadáver fue encontrado aquí de costado. No hay manera de que la persona que lo trajo hasta aquí pudiera traspasar la barrera y tampoco hay restos de sangre así que sabemos que este no es el lugar de su muerte. Alguien lo trasladó después de que pasara.

Wei Sizhui hizo una pausa y miró a sus compañeros para verificar que no se había olvidado algún detalle. Ninguno parecía tener nada qué agregar aunque Lan Jingyi lucía especialmente inquieto.

—¡Entonces lo trajeron hasta aquí para deshacerse de él! Como si este fuera un vertedero de cadáveres.

Todos miraron al joven Lan.

—Este es un vertedero de cadáveres —murmuró desde el fondo uno de los discípulos más callados.

Nadie dijo nada por un momento, recordando el significado del lugar sobre el cuál estaban parados. Los Túmulos Funerarios ganaron su nombre precisamente por estar infestados de los cuerpos de soldados caídos. Antes de que fuera sellado era de lo más común venir a desechar cadáveres de los cuáles nadie quería ocuparse, cuerpos de criminales, desconocidos, vagabundos, o víctimas de crueles asesinatos. No debería haber nada indignante o extraño en el hecho de que alguien hubiera venido a continuar tan vieja tradición.

—Lo era —la voz de Hanguang-jun cortó el silencio incómodo que se había formado. Todos se sorprendieron, pues raras veces era él quien hablaba primero.

Su padre asintió.

—Tienes razón, Lan Zhan. Este lugar solía ser así pero hace tiempo que dejó de ser el caso. Todos vivimos aquí, este es el lugar donde dormimos, aprendemos, cultivamos, compartimos comidas —se adelantó unos pasos para ponerse delante del grupo y repasó con la mirada cada uno de los rostros que tenía al frente—. Si hacemos la vista gorda a esto damos pase libre a que se repita ¿Eso es lo que quieren?

Uno a uno los discípulos negaron con la cabeza. Jingyi fue el único en decir "¡No!" en voz alta.

—Bien, ahí tienen su motivación ¿Ya ven por qué dije que vamos a ayudar a nuestro invitado sorpresa a volver a casa?

—Entonces, cuando dice eso... —Chen Min habló, su expresión insegura— ¿Quiere decir que deberíamos encontrar a su familia? ¿O...?

—¿O a quien quiera que lo haya matado? —completó otra discípula.