2- ¿No te daría miedo eso?

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El mundo de la cultivación no era muy grande. Una vez que Wei Sizhui comenzó a salir más seguido para cazar se dio cuenta de que su padre tuvo razón al decir aquellas palabras. No era raro encontrarse en varias ocasiones con el mismo cultivador, incluso si eran de sectas distintas. Gracias a esto veía a su primo Jin Ling más seguido, ahora que él también tenía permiso para salir de cacería bajo la atenta mirada de su padre y su tío. También conoció a más y más jóvenes de su edad, aunque la mayoría no querían ni cruzar palabra con él y escapaban apenas reconocían su uniforme.

Y, tal como deseó, se encontró de nuevo con Lan Jingyi.

Esta vez fue él quien salvó a Jingyi. Notó la señal de la bengala de auxilio de los discípulos de GusuLan cuando estaba en pleno vuelo sobre su espada y acudió con prisa. Si bien albergaba la esperanza en el fondo de su corazón, no creyó que realmente fuera a ser él el que había enviado el pedido de rescate.

Mucho menos esperaría que éste estuviera siendo arrinconado por un cadáver feroz.

En un instante aterrizó a su lado y sacó su dizi del cinto. La melodía que tantas veces había practicado comenzó a resonar, silenciando los gruñidos del cadáver. La energía resentida que surgía de éste era fuerte y si bien su padre no hubiera tenido problema calmándolo, Wei Sizhui aún era un aprendiz. En lugar de tomar control del cadáver sólo consiguió aturdirlo y volver sus movimientos más lentos. Por fortuna esto fue más que suficiente para Lan Jingyi, quien con un par de movimientos ágiles y un talismán logró finalmente purificar al enemigo.

—¡Eso fue genial! —Lan Jingyi le robó las palabras que había querido decir—. No creí que pudiera ver de cerca algo así.

—No fue la gran cosa... —Wei Sizhui apartó la mirada con mortificación—, mi padre es capaz de controlar a un ejército entero con su música. Sólo silbando hubiera podido apaciguar a este.

—Mm, supongo, pero tú aún estás aprendiendo ¿no? —Jingyi no perdía su entusiasmo—. Estoy seguro de que en menos tiempo de lo que crees serás capaz de hacer lo mismo que tu padre o más.

—... -Sizhui realmente lo dudaba. Su padre era el gran fundador de este arte prohibido, el que forjó el Sello del Tigre Estigio con tan solo unos cuántos años más de los que él tenía ahora. Pero en lugar de contestar eso soltó otra cosa que tenía en mente— ¿No te daría miedo eso?

Lan Jingyi había estado en medio de guardar su espada cuando alzó la mirada. Sizhui podía verse reflejado en el filo de la espada ajena y se imaginó un escenario.

Lan Jingyi, blandiendo la espada en su dirección y él, Wei Sizhui, perdido en la locura debido a la energía resentida, riendo maniáticamente mientras a su alrededor se podían escuchar gritos de dolor y agonía. Era un escenario totalmente ridículo pero Sizhui suponía que tantos años de ser tratado como un villano comenzaban a afectarlo aunque fuera un poco. La energía resentida a la que era expuesto a diario tampoco podía ayudar con su situación.

—Quizá me hubiera dado miedo antes de conocerte —Jingyi no tenía pelos en la lengua, al parecer. Guardó su espada y el golpe sólido del mango golpeando su cubierta hizo que Sizhui saliera de sus pensamientos—. En el Receso de las Nubes siempre había escuchado que debía tener miedo de tu padre y sus métodos, que nunca debía acercarme a ustedes porque me llevarían por el camino retorcido —Sizhui sintió una punzada dolorosa en la boca del estómago. Aquello explicaba por qué los de su generación lo evitaban tanto—. Pero cuando comencé a salir del Receso de las Nubes me enteré sobre más y más cosas que habías hecho y sin tomar crédito alguno. Has ayudado a un montón de personas sólo porque sí ¿Cómo una persona así puede ser malvada? Me planteé eso un montón de veces y llegué a la conclusión que no hay tal cosa como blanco y negro.

❝Quiero vestir de rojo contigo❞ || Zhuiyi (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora