❝Quiero vestir de rojo contigo❞ || Zhuiyi (MDZS)

5- Hasta la próxima

El Receso de las Nubes no se sentía como un hogar para Sizhui y todavía notaba las miradas que se clavaban en su nuca adonde quiera que fuera pero gracias a Jingyi pudo disfrutar cada minuto en aquel lugar. El resto de su estadía pareció pasar en un parpadeo. Aprovecharon el resto de sus días libres para explorar bien Caiyi y el Receso de las Nubes, pasaron un par de tardes refrescándose en el río, mañanas alimentando a los conejos y noches mirando las estrellas hasta que llegaba el toque de queda. Incluso cuando el maestro Lan regresó y retomaron sus clases continuaron ingeniándoselas para encontrar tiempo libre y divertirse.

Cuando Hanguang-jun lo citó después de una sesión de duelos de práctica y le informó la hora a la que saldrían del Receso de las Nubes para regresar a Yiling Sizhui sintió que estaba a punto de despertar de un largo sueño. Cuando le informó la noticia a Jingyi éste tenía una expresión similar.

—No puedo creer que ha pasado todo un mes... —comentó con aire melancólico. A pesar de que no era hora de alimentar a los conejos terminaron yendo a su lado de la montaña para hablar. Tenían un poco de tiempo antes de la siguiente clase—. Se siente como si apenas hubieras llegado ayer.

—Sí... —Wei Sizhui se sentía en conflicto. Por un lado extrañaba los Túmulos Funerarios y a su familia. Había intercambiado cartas en un par de oportunidades con su padre y su tía pero no era lo mismo. Por otro lado, se había acostumbrado a Lan Jingyi saludándole todos los días con una brillante sonrisa y la idea de despertar una primera mañana sin esa rutina le atormentaba ¿Qué hacía ahora que sabía que anhelaba estar al lado de esta persona?

—Quisiera que pudieras quedarte un poco más —admitió Lan Jingyi. Estaba inclinado para acariciar a un conejo pero Wei Sizhui sabía que tan sólo era una excusa para esconder su rostro. Sentía vergüenza por admitir cosas que consideraba egoístas en voz alta a pesar de que Wei Sizhui no creía que lo fueran.

—También yo, o... o simplemente que no tuviéramos que separarnos.

Sus palabras eran ambiguas. Lan Jingyi levantó la mirada al notarlo pero no dijo nada. Wei Sizhui, sintiéndose valiente, agregó:

—Que pudieras venir conmigo.

Temió por un momento que Lan Jingyi descartara la idea de inmediato pero en su lugar los ojos se le iluminaron.

—¡Tienes razón! ¡Podría ir contigo a los Túmulos Funerarios!

Wei Sizhui jamás creyó que oiría a alguien diciendo alegremente esa frase. Ni siquiera la gente que hablaba sobre volverse un discípulo de YilingWei debía mostrar tanto entusiasmo al admitirlo.

—No ahora mismo —aclaró Sizhui con una sonrisa tenue. De a poco su expresión se tornó más seria—. En realidad dudo que lo permitan alguna vez.

Una cosa era invitar a un discípulo sospechoso a su secta, donde abundaban los cultivadores poderosos que podían mantener el orden y someterlo en caso de algún acto criminal. Otra muy distinta era enviar a uno de los suyos a la secta maldita donde estaría a la merced de cultivadores demoniacos. No importaba cuánto tratara de ejercer su voluntad Hanguang-jun, realmente dudaba que cedieran.

—Ugh ¿Por qué no? El lugar ya no está tan lleno de energía resentida ¿no es así? Además mi nivel de cultivación no es para nada bajo. Sé que no tengo las mejores calificaciones ¿Pero quién crees que tiene el mayor número de victorias en los duelos de práctica? ¿Eh?

Wei Sizhui no pudo evitar que su expresión se suavizara de nuevo. Por supuesto, Jingyi ni siquiera se daba cuenta de la verdadera razón por la que no le permitirían ir y en cambio creía que tendría que ver con las condiciones del lugar en sí.