Capítulo I La barista

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4:30am el sonido de la alarma programada en su celular rompe con el silencio que reinaba en la habitación. En modo automático se dirige a la regadera donde logra despertar y después de una corta ducha y un maquillaje exprés Daniela se encuentra lista para dar inicio a su día, el cual consiste en alimentar a Ramón su lindo y consentido perro quien es el dueño de su corazón por completo, preparar café con granos recién molidos en la prensa francesa tanto para ella como para su hermana mayor Juliana y hacer un desayuno balanceado pero energético para lograr sobrellevar la mañana sin querer asesinar a algún cliente en el café de la esquina donde se desempeña como barista.

De una figura alta y delgada, de tez clara con cabellos color mocha caramelo y unos ojos avellanados, Daniela es una joven de 25 años que a base de esfuerzo y dedicación había logrado graduarse en artes escénicas, sin embargo sus sueños de actriz de teatro no habían fructificado como ella lo hubiera deseado ya que el ambiente es sumamente competitivo y aunque conseguía papeles de extra o secundarios en diversas obras aún no llegaba ese papel para el que toda actriz espera ser casteada y la lance al estrellato.

Desde los 18 se había establecido en compañía de su hermana en la ciudad de Chicago, gracias a que su abuelo materno les había regalado un departamento en esa ciudad al enterarse de que sus padres le habían retirado todo su apoyo simplemente por ser gay. Tanto ella como Juliana rompieron relación con sus padres y optaron por desaparecer cambiando su apellido a Soto que era el apellido de su abuelo con quien siempre podían contar sin importar nada.

Fue al mudarse a la ciudad que consiguió empleo a medio tiempo en el café de la esquina, empleo que una vez terminada su carrera tomó a tiempo completo para ayudarse a pagar el crédito universitario y a solventar un poco de sus gastos ya que a pesar de que Juliana cuenta con un buen empleo en una firma legal no quiere ser una carga para su hermana. La ventaja que encontró al trabajar en el café fue la disponibilidad de horario que podía adaptar para preparase para audiciones y poder acudir a estas, sin embargo, en los últimos meses había recibido solamente negativas, tenía cerca de seis meses sin pisar un escenario, aunque fuera de teatro independiente y eso comenzaba a crear inseguridades sobre la elección de su carrera, su talento y el que hacer con su vida. Bendita crisis de los 25.

-Dany buen día- menciona Johan un cliente frecuente a la cafetería donde atiende Daniela y que siempre ha pensado que le coquetea- ¿una mañana tranquila? -menciona sarcásticamente viendo a los empleados estar alternándose las máquinas para poder entregar los pedidos a tiempo.

-Buen día, lo normal en esta hora de la mañana-le sonríe amablemente- ¿Qué te sirvo? ¿lo de siempre?

-Claro, dos americanos grandes y

-Y un caramel macchiato en leche de almendras, con el doble de café y nada de azúcar extra-interrumpe Daniela completando la orden del alto joven que se encontraba del otro lado del mostrador.

-Excelente memoria, ahora dime por favor que aun tienes de esas galletas de zanahoria con el relleno de queso crema que me encanta.

- ¡Lo siento! se terminaron ayer y el chico que surte pasa hasta mañana, pero tengo unas de manzana canela y azúcar morena, roles de canela glaseados o panqueé de plátano con cubierta de chocolate-le indica desde el mostrador con dirección al refrigerador los diversos postres que mencionó- aunque si estás buscando ese relleno de queso crema tengo que decirte que el emparedado de galletas de doble chocolate lo tiene, pero es sumamente dulce y tu generalmente no sueles consumir tanta azúcar.

-No solo tienes excelente memoria, sino también atención al detalle, excelente servicio, cinco estrellas, pero tengo una minion en la oficina que ama el chocolate así que agrega a mi orden un par de galletas manzana canela y otro par de emparedados de chocolate.

- Perfecto, entonces confirmo tu orden: dos americanos grandes, un caramel macchiato especial, dos galletas de manzana y dos emparedados de chocolate, ¿correcto?

- Correctísimo- se recarga en el mostrador dejando en la mano de Daniela un billete de 50dlls y al recibir el cambio lo coloca en la alcancía de propinas- para el almuerzo.

- Gracias- le esboza una sonrisa- y aquí tienes los americanos y las galletas, el macchiato te lo entregan en un momento.

-Gracias a ti Dany, nos vemos mañana- se da la vuelta y espera a que lo nombren para entregarle el macchiato y observa en la distancia a Daniela atendiendo de la misma forma que a él al siguiente cliente, sonríe y piensa en lo linda que es la barista, en lo desperdiciados que están sus talentos y se pregunta ¿cómo es que ella terminó trabajando ahí? El escuchar su nombre desde la barra lo hace salir de su ensoñación y dirigirse hacia su trabajo.

Para Daniela el día transcurre con regularidad, después del ajetreo matutino llegan un par de horas de calma donde tiene oportunidad de revisar que audiciones hay en la ciudad, para que papeles y sobre todo si puede organizar sus horarios para acudir y en caso de quedar en la obra no descuidar su trabajo en el café. Para su sorpresa encuentra una audición de una compañía de teatro independiente que están montando el método Gronholm y buscan al personaje femenino, la puesta es de dos funciones los días martes por lo que es bastante accesible en horarios y una buena oportunidad para regresar a los escenarios. Solo espera que su talento sea suficiente.

El cambio en su estado de ánimo no pasó desapercibidopara sus compañeros de trabajo que veían como se encontraba emocionadarepasando líneas del personaje, de momentos concentrada en memorizar las mismasy en otros simplemente hablando sola dándose una retroalimentación del cómohacer mejor sus movimientos y acentuaciones de los diálogos. La audición seríaen un par de días teniendo el tiempo justo para prepararse y para ajustar sushorarios de trabajo y poder acudir sin preocupaciones. Todo se estaba cuadrandopara que este fuera su regreso esperado a los escenarios, solo rogaba al cielopor una oportunidad que no iba a desaprovechar.

Novia de alquilerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora