Novia de alquiler

Capítulo XIII Sobremesa

Entre bromas, anécdotas y mucha comida, la noche transcurría de forma amena, las tres parejas se acoplaron a la perfección y habían pasado la velada a la terraza donde encendieron la chimenea eléctrica para contrarrestar el frío de la noche y no verse en la necesidad de sacar las cobijas del armario.

Solo había un inconveniente: las hermanas Soto solo contaban con dos sillones, que, si bien eran bastante amplios, el que cuatro personas se sentaran en ellos los dejaba un tanto justos en el espacio para cada uno.

Las primeras parejas en ubicarse en la terraza fueron Juli y Johan que fueron guiando a Vale y Jacobo, Daniela y María José se quedaron preparando las bebidas y botanas para sacarlas a la terraza. Al salir se percataron de que cada pareja se había ubicado en un sillón diferente separando al par de chicas que no se habían separado ni un milímetro en toda la cena y que no dejaban de mostrarse atentas la una con la otra como de manera regular lo hacían, pero en esta ocasión con la intención de lograr convencer a Valentina de que eran la pareja perfecta y de que todo estaba arreglado entre ellas.

-Es mi papá amor- Jacobo se suelta del abrazo de su prometida y se levanta del sillón- permiso chicos, pero debe ser importante para que me llame a esta hora- se aleja a la orilla del barandal y comienza a hablar con su padre sin que los demás alcancen a escuchar la conversación.

-Es un buen chico hermanita, hasta que te conozco uno decente -comienza a reír, pero su alegría se ve interrumpida por un golpe en el brazo proporcionado por su pequeña hermana- ¡oye! Eso dolió, mañana tendré un moretón por tu culpa-se soba el antebrazo- amor defiéndeme-lanza un puchero que Daniela no puede resistir.

-Valentina deja en paz a tu hermana, amor ¿quieres que te busque una pomada para el golpe?

-Shi- responde en un tono de bebé haciendo que Dany se levante para ir por la pomada.

-Por Dios Daniela, si ni le pegué fuerte, solo quiere tu atención y que la llenes de mimos.

- ¿es verdad eso amor? -Poché asintió y le estira los brazos para tomarla y sentarla junto a ella- eres una pequeña consentida-se sienta en el sillón, pero es la más pequeña quien hace que Daniela termine sentada en la esquina del sillón y ella se acomoda en su regazo escondiendo su cabeza en el cuello de la alta chica, la cual comienza a dejar ligeras caricias en el brazo y piernas. Para Daniela era fácil actuar así, Poché generaba en ella una necesidad de cuidarla y protegerla a pesar de ser mayor en edad que ella, pero se veía tan pequeña en tamaño que le despertaba ese sentido de protección incrementándose con un poco de alcohol en su sistema. Para María José el alcohol era un desinhibidor y le despertaba la libido dejándola fluir libremente.

- ¡Por Dios! Get a room sis-menciona Juliana desde el sillón de al lado lanzándoles un cojín a ambas chicas, lo que hace que Poché pare de besar la parte del cuello de Dany donde tenía escondida su cabeza.

-Hermanita tendré que pasarte la factura de mi psicólogo porque verte así de efusiva con Dany me acaba de generar un trauma-menciona Valentina al tiempo en que va y se sienta junto a Juliana y Johan- ustedes dos protéjanme de ese par.

-Uf Vale y eso que no viste el baile sexy finalizado con tremendo beso que se dieron cuando estuvieron unas amigas nuestras de visita, es más ahí hasta yo necesité terapia después de ver a mi hermanita ser comida de esa forma por tu hermana.

-En mi defensa Laura me retó y la que intensificó el beso fue Dany, yo ya me iba a separar y fue ella la que lo profundizó y me mordió.

-Pues yo también me voy a defender, había tomado muchos shots y había tomado muchos shots-suelta una carcajada seguida por Poché- tanto tomé que casi no recuerdo el bendito baile del que todos hablan.