Chapter Seven

34 8 1
                                    

Las semanas pasaron, Geonhak se estaba alistando para ir a su entrega de reconocimiento, honestamente no tenía ganas de nada. Desde que su mamá le hablo sobre no llevarse con Dongju no le había visto, lo extrañaba mucho. Se suponía que Jihyo iría hoy a buscarlo para que estuviera presente, pero Jihyo le dijo que eso ya no se haría.

Jihyo sabia que si se atrevía a seguir llevando a Dongju, Jennie y Jiyong podrían alejarla de Leedo, y eso era lo que menos quería, aunque le dolía ver como el pequeño se sentía triste por no ver a Xion.

Jihyo entró a la habitación con un lindo vestido de largo color rosa palo, y vio al pelinegro frente al espejo acomodándose el chaleco. Optó ponerse unos pantalones de vestir más una camisa blanca y un chaleco de lana azul.

Sonrió y se acercó a él. —Mira nada mas que lindo estas.

Geonhak formó una sonrisa muy pequeña y miró a Jihyo. —Gracias.

—Hakkie, no estes triste, disfruta el día.— Park camino hacia la ventana y abrió las cortinas permitiendo que los rayos del sol iluminaran la habitación. —Hoy es un día importante.

—¿Por qué no puede estar Dongju?

—Cariño, también me parece muy injusto, pero no soy nadie para contradecir a tu mamá.

Geonhak asintió y luego de unos minutos, ambos de encontraban sentados en la sala esperando a los padres del menor. Cuando ellos estaban ahí, todos subieron al vehículo y se dirigieron al colegio de Leedo.

[...]

Dongmyeong y Dongju reían ante los peinados graciosos que llevaba el menor de los gemelos.

Dongju se había vestido con unas prendas que Jihyo le dio, para ir a la graduación de Leedo. Quedaba poco tiempo y aún no sabía cómo peinarse y menos si Dongmyeong no dejaba de hacerle peinados graciosos.

—¡Ya, ya!— Soltó una carcajada y se sacó las ligas del cabello.

—Le pediré ayuda a mamá.

Luego de unos minutos, la madre de los dos entró a la habitación y con una sonrisa ayudó al más pequeño a peinarse. Claro con unas bromas de por medio con su otro hijo, como untarle crema para cabello en la nariz.

—¿Te gusta así, Dong?— Pregunto Sana dándole el espejo a su hijo para que viese su cabello.

Dongju sonrió al ver unos rizos es su castaño cabello y asintió. —Me gusta mucho.

—¿A qué hora pasaría Jihyo por ti, cariño?

—Dijo que a las 11:40 am. ¿Qué hora es, mamá?

Dongmyeong miró el reloj en la pared. —Que rato, ya son 11:55 am. ¿Estás seguro Dong?— Pregunto.

—Sí, lo apunte aquí, mira.— Dongju camino hacia su mochila y saco una libreta de color azul y le mostró a su hermano la hora que había escrito.

—Quizá se retrasó, Dongju, no desesperes, ya vendrán.— Sonrió Sana para salir de aquella habitación.

Dongju sonrió y se sentó en la cama de su hermano junto con el. —¿Quieres jugar algo mientras tanto?— Preguntó el castaño y el contrario asintió.

—¿A qué, Dong?

Los menores se distrajeron jugando un poco, de lanzaban bolitas de papel, dibujaban un poco, adivinaban el dibujo del otro, hacían juegos de manos, hasta que el reloj marcó las 12:30. Entonces Dongju lo miró, y Dongmyeong imitó la acción.

—¿No vendrán cierto?

—Calma, Dongju, capaz y solamente es un contratiempo, igual y el reloj anda mal, no te desanimes.

Saturno | LeeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora