Chapter Twenty-three

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Ambos soltaban una risa mientras entraban a la casa del mayor con unas bebidas en la mano.

Xion y Leedo habían pasado toda la tarde juntos y recién llegaban a casa, decidieron salir a dar una vuelta por el centro comercial, el mayor se compró ropa con ayuda de el menor que por cierto se negó rotundamente a cualquier obsequio, aunque claro no podía negarse a un rico smoothie de chocolate.

—Vaya, ¿qué son estas horas de llegar?— Dijo Jihyo sentada en el sofá.

Ambos se miraron cómplices y sonrieron. —Jihyo, ¿vas a creer que le dije: "Geonhak tenemos que volver ya es tarde, mejor sin malteadas". Y el insistió? ¿Cómo lo ves?— Dijo mirándolo y negando varias veces. —Neta que pena contigo.

Geonhak le miró ofendido y negó. —¡Yo pregunté y hasta los ojos le brillaron!

Jihyo soltó una carcajada. —Asumo que ya cenaron entonces...— Ambos asintieron. —Los dejo, que descansen mis amores...

Ambos le sonrieron y se dirigieron a la cocina para dejar la basura, el menor se dio la vuelta para salir y el mayor le abrazó por atrás. —No sabes cuánto me divertí hoy...

Dongju sonrió y acarició sus manos. —También me la pase bien... pero, ya debo ir a casa.

—No te dejare irte tan tarde, quédate esta noche, mañana te llevaré con más calma... no quiero que algo te pase.— Dijo separándose para mirarlo de frente y acariciar su cabello.

El menor asintió con una sonrisa cálida. —De acuerdo... le avisaré a mamá que me quedaré contigo.

Geonhak asintió y permaneció mirándolo, estaba un poco oscuro debido a que solo había una pequeña luz viniendo de la sala, pero aún así aquellos ojos redondos y brillantes le hacían perderse. Su cabello estaba ligeramente largo y revuelto, sus mejillas eran rosaditas, sus labios se miraban suaves; estaba completamente enamorado.

—¿Pasa algo?...— El menor le llamó.

—¿Cómo eres tan bonito?— Dijo sosteniendo su ligero rostro entre sus manos. —Dímelo...

Xion no dijo nada, solo miró sus ojos y luego sus labios. —Hak...

—Me gustas mucho...

Xion se acercó lentamente pero el más alto sonrió dejando un beso en su mejilla. El menor le miró a los ojos y suspiró. —Claro... eres un anticuado. Me voy.— Dijo haciendo reír al mayor mientras subía las escaleras.

—Dongju...

Una vez estuvieron adentro de la habitación el menor se sentó en la cama y le miró.

—¿Tendrás una sábana para que yo la ponga en el piso para dormir? Supongo que dormiré en el piso hasta que tenga los 18.

Kim soltó una risa. —Vas a dormir en la cama, ya para.— El menor volteó los ojos y se acostó dándole la espalda. —¿Dormirás así? Te puedo prestar ropa.

—Oh, es que creí que solamente tu novio podría usar tu ropa y como yo todavía no lo soy porque no tengo 18 años...

—¡Eres un dramático!

—¡Y tú un anticuado!

—Solamente quiero hacer las cosas bien contigo.— Dijo sentándose a su lado.

—¡Me llevas solo tres años! Parece que quieres estar conmigo solamente por que yo lo quiero; un capricho más que estás dispuesto a cumplirme, por que soy un inútil, débil y pobre niño.

—Deja de hablar mierdas.— Le regañó. —¿Aún no te queda claro que te amo?

—Ahg, si se que me amas... pero creí que me besarías.

Saturno | LeeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora