Chapter Thirty

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Respiro profundo tratando de calmarse y mirando rara vez a los ojos a su novio, hablaba con la voz más tranquila que pudo articular y haciendo el gran intento de explicar con cautela las cosas y a gran lujo de detalles la conversación con sus padres de esa misma mañana y la noche previa. No podía mirar aquel rostro con el ceño fruncido y se sintió mal cuando el menor de estar sosteniendo sus manos con cariño, su agarre se debilitó y el castaño se separó un poco escuchándolo con atención.

Dongju estaba molesto, también triste pero, el coraje y la rabia le invadían. No se consideraba una persona grosera o que se enoje con facilidad, de hecho era todo lo contrario tanto que la única vez que fue sacado de sus casillas fue cuando se encontró a su actual pareja besándose con otra persona, nada más. Pero ahí estaba de nuevo sintiéndose sumamente furioso con cada palabra que decía el mayor y tratando de pensar con claridad a pesar del calor que incrementaba cada vez más en su cabeza. El mayor finalmente terminó de explicarle todo y fueron pocos los minutos para que uno de los dos dijera una palabra para acabar con el incómodo silencio y tratar de buscar una solución a un problema que ni siquiera debía de existir.

—Dong, cuanto lo siento.

El mencionado llevó sus manos a su rostro y las hizo puños sobre su cabello claramente frustrado. —No puedo creerlo... ¿qué mierda les pasa a tus padres? ¡Carajo, soy pobre no un maldito asesino!

Leedo sonrió, no con gracia si no con ironía por la verdad que Xion había dicho. —Si no fuera porque Jihyo se las ingenió de chofer ni siquiera hubiese podido verte.

—Es una maldita estupidez, ¿qué son capaces de hacerle a mi familia?— Preguntó.

—Xion, no tengo la menor idea, están completamente enloquecidos.

—No llevamos ni un maldito día ¿y me jodes con que ya se enteraron? ¡Agh!— La situación comenzó a estresarle en exceso. —¿Y qué hacemos?

—Si me vuelven a ver contigo se complicarán las cosas, Dongju yo no te quiero dejar, te juro que no puedo... estoy perdiendo la cabeza, no se como zafarme de esto.

—Tus papás están dementes, ¿cómo pueden hacerte esto?— Dijo soltando un suspiro. —Tenía miedo de que pasaría si algún día nos descubren, te juro que nunca me imaginé algo como esto...

—Perdón.

Eso fue lo último que dijo para tratar por un corto momento de pensar en una alternativa y tratar de formular alguna idea que lo libre de aquella situación y el más pequeño estaba igual, o más bien, aquella alternativa que se negaba a tomar, finalmente estaba pensando cómo decírsela sin que su corazón se partiera en ese preciso momento.

Xion negó y acarició su rostro dejando un beso en sus labios. —No te culpo de nada...

—Pero es mi culpa, dijiste que no debíamos ocultarnos, que no debía desobedecer y como un niño lo ignoré... y te puse en riesgo.— Dijo mirándolo.

El menor le sonrió. —Y me diste a entender que me amas, aún cuando sentía que no me lo merecía o que no podría tenerte nunca... un pequeño tiempo pude conocer el amor de la forma más hermosa...— Dijo conteniendo sus lágrimas.

—Te he amado... toda mi vida.

—Creo que no me daba miedo lo que tus padres estuviesen dispuestos a hacer con tal de que lo nuestro no sucediera... me daba miedo tener que renunciar a ti porque sabía que con cada segundo que pasaba me aferraba más y más...

Leedo negó. —No tienes que renunciar a mi.

—Si t-tengo que... porque no quiero que por mi tengas tantos problemas, que te lastimen... que vivas ocultándote y que llegues a enojarte conmigo por ello.— Le sonrió con los ojos ya cristalizados. —Perdóname por orillarte a esto, te juro que no quiero dejarte, pero si el destino dice que no, entonces ya no hay mas que hacer.

—Dongju, deja de hablar.

—No quiero que mi familia tenga problemas porque tus padres no me acepten.— Y por fin las lágrimas comenzaron a salir. —Tengo que dejarte ir... y tienes que irte.

—No.— Respondió con firmeza tomando sus manos. —No tenemos que hacerlo, déjame solucionarlo, solo necesito pensar...

—¿Hacer lo mismo otra vez?— Preguntó. —¿Qué será diferente? Será incluso más difícil... yo no quiero vivir de una forma en la que parezca que amarte es un pecado.

—No te voy a dejar, llevamos un maldito día.— Le dijo con la frustración reflejada en sus ojos.

—Ayer solo lo hizo oficial, lo que siento por ti ni siquiera tiene nombre...

—¿Cómo puedes cambiar de humor tan rápido y tomar una decisión así?— Le cuestionó. —Xion, no hablé contigo para que tomaras la decisión que quiero evitar.

—Tu plan seguramente es no vernos hasta que las cosas se calmen.— El mayor permaneció callado, pues el más bajo tenía la razón. —No seas tonto... Yo se que no quieres dejarme.

—¡Es que no puedo!

El menor acarició su mano con delicadeza. —Y por eso yo debo tomar esa decisión... ¿Hak, tú me amas?

—Claro que lo hago pero, no por eso te voy a dejar ir.

—Respeta mi decisión.

Kim negó poniéndose de pie. Son sonrió, le imitó, le abrazó por el cuello enredando sus dedos en su cabello y le besó. Como si fuese el último beso que compartirían, como si se estuviese despidiendo de él, como si de esa manera le dijera que aún cuando estaba dispuesto a dejarlo aún lo seguía amando como en esa habitación en la que admitió que estaba enamorado de él. Geonhak le abrazó de la cintura y continuó con aquel profundo beso en el que a pesar de tenerlo entre sus brazos, sabía que lo perdía para siempre. Sus respiraciones chocaban, sus lágrimas se juntaban y sus labios encajaban tan perfecto demostrándoles que estaban hechos el uno para el otro. Demoraron un tiempo hasta que el oxígeno se les volvió tan necesario que se separaron aún con las frentes unidas y una sonrisa triste adorno el rostro del más pequeño al ver la seriedad del amor de su vida.

—Quiero terminar, Leedo...

El chico dejó otro beso en los labios del más pequeño y luego otro más en su frente para aferrarse a él y esconderse en su cuello, Dongju olía muy bonito, era dulce, floral. El castaño le separó con delicadeza después de unos segundos y acarició su mejilla.

—Adiós, Hakkie.

—Adiós... cielo...



























-junho
2/2

el final ya está más cerca, luego de dos años 😭

Saturno | LeeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora