Chapter Two

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Geonhak pasó a su casa y luego de dejar sus cosas en la sala, camino a la cocina en busca de su madre, al verla sentada comiendo y su celular en mano, supuso que quizá hoy si tendría un poco de tiempo.

—Buenas tardes, madre. —Dijo el pelinegro tomando asiento y sentándose a un lado.

—Geonhak.

Fue lo único que salió de los labios de aquella mujer, la misma jamás despejó la mirada de aquel teléfono y el menor con un suspiro se levantó para poder servir su comida y comenzar a comer.

—Hoy el profesor me felicito por entregar todas las tareas en tiempo y forma. —Dijo Geonhak con una sonrisa aún sabiendo que su madre no le prestaba la más mínima atención.

—También hice figuras de papel con Dongju durante el descanso. —siguió comentando.

—¡Jihyo! —gritó su madre y Geonhak siguió comiendo.

—Dígame, Jennie. —dijo la pelinegra al llegar frente a la mujer.

—Necesito que cuides a Geonhak esta noche, tendré que salir a una cena muy importante, por favor. —dijo Jennie y se levantó de la mesa— ¿Qué tal la escuela, Geon?

—Pues yo... —cuando el menor iba a continuar su madre ya había desaparecido de su vista— ya te lo había dicho... —lo último lo susurro y la pelinegra tomó asiento junto a él.

—Hakkie... —Cuando Jihyo le llamo, este volteo enseguida para mirarle— ¿Te parece si salimos esta noche? —preguntó la mujer y el pequeño asintió enseguida.

Jihyo era algo que se podría llamar nana o niñera de Leedo desde que tenía 4 años, o más bien desde que a sus padres, su trabajo se les hizo más interesante que criarle. Jihyo era una conocida antes de el padre del menor y por ello fue alguien de confianza, al igual que sin pensarlo accedió a formar parte de la vida de aquel lindo chico.

Le quería mucho, vivía en aquella casa, aunque claro, igual pagaba su comida y ayudaba un poco en gastos de la casa.

Luego de unas horas, la mujer entró con un lindo vestido y vio a el chico batallando un poco en acomodarse la playera.

—Déjame ayudar. —dijo la mujer y terminó de acomodarle la ropa al menor, al igual que le ayudó un poco en peinar su cabello y ponerse un poco de bálsamo en los labios para que los mismos estuviesen hidratados.

—Noona... —el menor le llamó.

—Dime, Geonhak. —preguntó la mujer mientras ambos salían de aquella casa para caminar.

—¿Podemos invitar a un amigo?

—¿Un amigo? —Leedo asintió— ¿Puedo preguntar quién es ese amigo?

—Se llama Dongju, aunque me gusta decirle Xionie. —Dijo el menor con una sonrisa.

—Bien, ¿sabes dónde vive? igual hay que pedirle permiso a sus padres para saber si lo dejarán salir ya que no me conocen, y aunque ya no seas un bebé, aún no puedes andar por ahí solo y menos cuidando a alguien más si no puedes contigo mismo.

—Lo sé, lo sé. ¡Pero cuando sea más grande saldré todos los días con Xion y podré cuidarle porque ya seré un adulto responsable! —dijo Geonhak sonriendo.

—Bien. —la mujer fue contagiada por aquella sonrisa.

Luego de que Leedo le explicase a su mayor como debía llegar, pues Dongju le había explicado e incluso una vez le acompañó junto con el chofer para dejarlo en la puerta, aunque luego Dongju recibió una paliza por llegar en un auto que no era suyo claramente. Luego de eso no había vuelto a pisar la casa del menor, tal y como este se negaba.

Saturno | LeeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora