Saturno | Leeon

Chapter Twenty

Geonhak sonrió al ver al menor salir del colegio yendo con velocidad para abrazarlo y el correspondió gustoso.

—¿Qué tal tu día, bonito?

—Mucho mejor ahora que te veo.— Le dijo el menor con una sonrisa. —¿A dónde vamos?

—A mi casa.

Los padres de Geonhak habían salido a un viaje por negocios, por lo que volverían dentro de tres semanas si las cosas no se alargaban. Que Geonhak deseaba si se alargaran.

Jihyo seguía en casa y aceptó gustosa la visita de Dongju luego de tanto tiempo, así como convencer a Dahyun de no decir nada. Sana le dijo a Dongju que se despejara y sabía que su hijo estaba en buenas manos.

Apenas llegaron, Jihyo abrió abrazando al menor con fuerza.

—¡Pero cuanto tiempo sin abrazarte!

—Hola, Jihyo, también te extrañe.— La mujer se separó de él.

—Que grande ya estás, ¡Y que lindo!— Le acaricio una mejilla.

—Gracias.

—Bien, suban, Dahyun y yo les haremos de comer.— Dijo saludando a Hak.

—Gracias, Noona.— Dijo Kim para luego subir a su habitación.

Dongju sonrió al ver que la habitación del mayor no había cambiado tanto, solo los juguetes habían sido remplazados por más libros y cosas de la universidad, pero se emocionó al ver la caja junto a su cama, la misma de aquella vez que contenía notas suyas.

—Aún las guardas.

—Siempre.

Dongju le miró sentado a orillas de la cama. —¿Cuál es el plan?

—Abrazarte.— Dijo haciendo reír al menor cuando lo empujó a la cama y lo acomodo sobre su pecho abrazándolo. —Quiero tenerte así siempre, me haces sentir paz.

—Y tu a mí... cuando estoy contigo me siento seguro y tranquilo, siento que mis problemas desaparecen y nos vamos a un mundo donde solamente somos tú y yo.— Sonrió acurrucándose más. —¿Puedo preguntar algo?

—Te escucho.

—¿Tu me pedirás ser tu novio cuando tenga dieciocho?

Geonhak sonrió y se acomodó mejor en la cama ahora con el menor sentado frente a él con un semblante relajado pero ansioso en espera de su respuesta. —Te lo prometo.

—¿Y que pasará con tus padres?— Xion observo que el rostro del mayor cambio. —¿Piensas mantenerme en secreto para siempre?

—Dongju, si por mi fuera estaría contigo todo el tiempo, pero no puedo cambiar como piensan, ya lo he intentado y solo obtengo desgracias y migrañas. Si yo les digo que soy gay van a enloquecer por completo.— El castaño tomó la mano del menor. —No quiero ocultarte, pero necesito algo más de tiempo para poder enfrentarlos, ¿puedes darme eso?

—Claro que sí, no quisiera ser el causante de algún problema en tu familia, más aún con todo el revoltijo que se armaría con la prensa si las cosas salen mal. Solo no me gusta sentir que hacemos algo malo.

—Que nos gustemos no esta mal.— Respondió.

—Que desobedezcas si lo es... me gusta estar contigo pero no me gustaría que mi novio se metiera en problemas por estar conmigo.— Frunció el ceño ante la sonrisa del contrario. —¿Qué pasa?

—El que me llames tu novio suena mas bonito de lo que pensé.— Dijo haciendo las mejillas del pequeño castaño pintarse de un rojo intenso. —Disfrutemos esta tarde... después veremos lo demás.