Capitulo Cinco◞魂

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─────     𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  5    ─────

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─────     𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  5    ─────

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—  𝖢𝖺𝗆𝖻𝗂𝗈  —
変化する

El sentimiento de sentirse dominada era aborrecido por la muchacha, pero lo que más odiaba era el hecho de saber que un inocente sufría por su culpa, o bueno, por culpa de un psicópata que no sabe como dar amor. Las fotos de su mejor amiga siendo torturaba atormentaban sus pensamientos, logrando que la inquietud se apodere de ella. Mordía sus uñas buscando tranquilizarse pero el saber que estaba encerrada entre cuatro paredes la ponía peor, además, de tener que convivir con el enemigo. Por suerte, logro convencerlo para no dormir juntos, el entendió que ella no se sentía cómoda con eso.

— Voy asesinarte…

— S-señorita, por favor cálmese —hablo una mucama en una esquina de la habitación muriendo de miedo, por ver cómo la chica miraba la pared apretando los puños.

Ella giro su cabeza viendo a la mujer con su mirada penetrante buscando intimidarla, cosa que logro fácilmente y ella salió de la habitación dejándola sola. Dio un suspiro clavando su vista en el piso y llevándose las manos a su cabeza, pensando en cómo arreglar todo lo que estaba pasando, alguna forma tendrá que haber. Se recostó boca arriba sobre la cama estirando sus brazos por el suave colchón, mientras cerraba sus ojos.

La puerta de aquella habitación se abrió, y eso se notó por su ruido. La muchacha no abrió los ojos porque sabía de quién se trataba, después de todo no quiera verlo. Sus pasos se acercaban a ella, hasta que sintió el colchón a su lado hundirse, y ahí fue cuando abrió sus ojos dejando ver sus orbes celestes. Se encontró con un Ran vestido de forma normal sin su traje, este la observaba neutro, mientras, llevaba una de sus manos al cabello rubio de la muchacha acariciándolo.

— Ya me llegaron quejas de tu comportamiento —hablo en voz baja y suave—. ¿Puedes no ser una bestia salvaje con los sirvientes?.

— Me crie a base de la guerra ¿Qué esperabas?.

Ella quitó su mano y giro su cuerpo dándole la espalda. El solo suspiró tirándose a su lado pero mirando boca arriba.

— Al menos, un soldado es obediente.

Esas palabras bastaron para ponerla del peor humor, “ser obediente” eran las palabras que su padre usaba para manipularla, ella giro quedando para verlo. Tenía su ceño fruncido y el no entendía el porque.

— No hables si no sabes, uno debe desobedecer cuando siente que es lo correcto.

— En eso te doy la razón, pero ¿A qué costo? Desobedecer a alguien superior a ti, trae consecuencias.

         𝐌𝐔𝗦𝗔◞魂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora