Capitulo Once◞魂

6.2K 664 171
                                    

─────     𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  11     ─────

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─────     𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  11     ─────

↓ ↓

—  𝖠𝗅𝗀𝗎𝗇𝗈𝗌 𝖺𝗇̃𝗈𝗌 𝖺𝗇𝗍𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗍𝗂,
𝖾𝗅 𝗉𝖺𝗌𝖺𝖽𝗈 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝖻𝖾𝗌𝗍𝗂𝖺  —
あなたの数年前、獣の過去

La vida de un niño siempre se ve influenciada por alguien mayor, quien a través de sus acciones le demuestra su forma de ser y de pensar ya sea para bien o para mal. Tal es el caso en un pueblo situado en la provincia de Terni y región de Umbría. Orvieto, era el hogar donde una niña vivía con su padre en una casa no muy llamativa adornada por plantas en las paredes, más qué nada de maleza.

El padre de Shina tenía un fuerte temperamento y una estricta forma de pensar. En cambio, su hija era lo contrario siendo una buena niña con los demás y muy obediente. Pero, desde que el rayo de sol que iluminaba a ambos se había ido, todo ese mundo para ella había ido siendo arrastrada por la sombra de su padre hacia la oscuridad y acompañada por una nueva infancia cruel.

El día estaba húmedo ya que en la noche anterior había llovido lo que provocó barro en los campos de Orvieto. Pero, esa no fue excusa para que ese hombre empiece sus rutinas diarias con su única hija, su único orgullo.

— ¡Más rápido! —grito aquel hombre notando como ella había bajado la velocidad de su andar.

Honor y destreza, eran las palabras que marcaba su padre constantemente en la mente de la menor, buscando fortalecerla y prepararla para la siguiente etapa de su vida.

— No puedo más… —susurró la menor tratando de correr más rápido.

El barro se había pegado en su ropa como el sudor que salía de su cuerpo. Su pecho subía y bajaba con desesperación provocada al respirar por la boca sus ojos no miraban más que el camino que debía seguir. Pero, todo comenzó a verse borroso cuando dió su último aliento y se desplomó al suelo ensuciándose peor. Antes de caer dormida por el cansancio pudo notar como su progenitor se acercaba a ella caminando, no podía ver su rostro. Pero, ya se imaginaba decepcionado por ver cómo su hija llegaba a su límite.

— Esto no acaba aquí —cargo a la menor en sus brazos— Se que no lo entenderás. Pero, algún día podrás comprender mi punto de vista… aunque no me perdones.

Los días pasaban y Shina tenía que soportar ser una marioneta controlada por el titiritero más despiadado para sus ojos. Esa niña dulce que alguna vez conoció el amor se había ido en aquella noche donde su padre intentó lastimarla con un bate de béisbol solo para poder comprobar si realmente estaba lista. Pero, tanta fue su sorpresa de ver cómo ella liberó todo su rencor y odio con cada golpe decisivo que le daba en su cuerpo, pero la peor parte se la llevó su pierna izquierda.

         𝐌𝐔𝗦𝗔◞魂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora