───── 𝐌 𝐔 𝐒 𝐀 ─────
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𝖱𝖺𝗇 ╰───── 𝗠𝗨𝗦𝗔 ─────╯ 𝖧𝖺𝗂𝗍𝖺𝗇𝗂
Todo comenzo con una obsesión, y un secuestro. Los problemas del pasado aún están de pie con un nuevo reto o más bien nuevos jue...
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───── 𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎 14 ─────
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— 𝖤𝗅 𝗌𝗂𝗀𝗇𝗂𝖿𝗂𝖼𝖺𝖽𝗈 — 意味
Se sabía que había un traidor que daba información al enemigo por lo tanto Rindou Haitani es el encargado de averiguar más al respecto interrogando a los miembros. Pero, con falta de evidencias le es imposible continuar con esa investigación, y es por esa razón por la que Haruchiyo lo solicitó para que lo acompañe.
— A ver si entendí —respiro hondo— ¿Quieres que te acompañe a dejarle a mi hermano una hoja con unos números?
— Así es —respondió sin problemas.
— ¿No pudiste enviarle un mensaje?
— Hay un traidor y no sabemos quién es —arqueó una ceja—. Usa tu cabeza Haitani, seguro ese bastardo rastrea lo que informamos por mensaje —sonríe mirándolo— hasta el pack que le mandas a alguna chica está en riesgo.
— ¿Excuse me? —posa una mano en su pecho ofendido— Las fotos las envío para que se vea una vez.
Haruchiyo carcajeó ante lo dicho por Rindou y siguió con su mirada al camino conduciendo con cierta aceleración no muy alta, cosa de no tener problemas con la policía. Rindou, observaba a través de la ventanilla cómo en el cielo iban pasando aves en manadas como si fueran a conquistar el cielo.
¿Una invasión de aves? Fue lo que pasó por su cabeza mientras miraba el verdoso césped de la carretera, y como las casitas se veían a lo lejos.
— Ya estamos cerca —mencionó Haruchiyo— será una sorpresa para tu hermano, no sabe que vamos.
— Bien, ya lo veo en modo Shrek diciendo que esa casa es su pantano y que no somos bienvenidos.
— Le conviene que nos reciba bien, o te juro que lo acusó con Mikey.
— Cada día estoy más seguro de que estás enamorado de Mikey.
— No estoy enamorado de Mikey.
— El fondo de pantalla de tu celular dice lo contrario, Sanzu —arqueo una ceja— y por como lo tienes agendado en WhatsApp igual.
— ¿¡Qué haces viendo mi WhatsApp!?
— ¿Quién te manda a dejarlo abierto cerca de mi alcance?
— Bien bien, tú ganas —rodó los ojos y siguió conduciendo.
El momento de silencio no duró nada en lo que el Haitani menor volvió a romperlo.
— Pero ¿Si te gusta Mikey?
— ¡Que no! —golpeó el volante y por su voz se notaba alterado lo que le divertía a su compañero.
