La vida sigue

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𝕄𝕒𝕣

-Hogar, dulce hogar- dije al llegar a mi casa después de tanto tiempo fuera de LA. Ed, JP y Josh habían aceptado mi invitación de quedarse en mi casa hasta el próximo año, sus trabajos podrían seguir sin problema desde Los Angeles, cosa que me emocionó bastante porque no me apetecía estar sola por el momento. Aún anhelaba estar con ellos un rato más.

Mientras estaba de viaje, la encargada de decorar toda mi casa, así como amueblarla y decorarla fue Pipa, una excelente diseñadora de interiores que encontré en Instagram. Tal y como lo acordamos los muebles eran de colores suaves, la mayoría blancos y grises con azul marino, los portaretratos tenían marcos dorados con las fotos en blanco y negro, fotografías con mi familia y amigos adornaban amenamente el ambiente.

-¡WOOOW!- escuché decir a JP que se había adelantado a la sala de estar. Al alcanzarlo admiré lo mismo que lo había impresionado, la fotografía de las manos de Calum sobre el piano tomada por Andy. Había olvidado que la había comprado en aquella subasta, el sentimiento del recuerdo fue puramente melancolía.

-¿Acaso son las manos de Calum?- preguntó Ed a mi lado y me limité a contestarle mediante un "ajá". No quería profundizar en el tema, la fotografía enmarcada en un cuadro con marco negro mate daba el toque perfecto en aquella sala de estaba un bello sofá color gris Oxford con mesitas de cristal con marcos de color dorado.

-¿Tienen hambre?- pregunté para disipar la tensión y me siguieron hasta la cocina para preparar unos bagels con salmón y queso crema que acompañábamos con una copa de vino tinto mientras reíamos sin parar por las historias de Edson y las aventuras de Josh en Holanda. Pasamos una primera noche bastante cómoda, era como si el tiempo no hubiese pasado.

Me ayudaron con los pequeños detalles para adquirir el auto de mis sueños, un Audi SQ5 Sportback. Mis hermanos estaban decididos a persuadirme a que no hiciera la compra pero me negaba a renunciar a obtenerlo, después de todo necesitaba un auto para moverme en la ciudad. Era de un bello color negro, para mi era simplemente perfecto y lo amé desde el primer momento en que lo conduje en la carretera hacia Malibú, donde pasaríamos una tarde en la playa sólo los cuatro.

-Mierda Mar, baja la maldita velocidad- me dijo Edson por sexta vez, reí divertida y decidí asustarlo un poco, rebasé a los demás autos sin inmutarme, mientras que mis hermanos cerraban los ojos exageradamente, mi cuñado disfrutaba del viaje conmigo convirtiéndolo en el copiloto ideal.

-No vamos a repetírtelo, para de jugar con el auto, no no, más bien para de jugar con nuestras vidas

-Eres muy dramático amor, ya te has subido a autos de fórmula 1- le contestó Josh  irritado por su comportamiento.

-Muy diferente a subirme con una desquiciada como conductora

-Quiero aclararte que sé manejar mil veces mejor que tú tarado- aumenté la velocidad para incorporarme a la siguiente salida de la carretera.

-No sabes cuanto te odio en este momento- me dijo Ed escondiendo su cara en los brazos de JP, Josh me dio una mirada cómplice y subí el volumen de la radio, sonaba Genius de Major Lazer y disfruté de la combinación de toda la situación, respiraba tranquilidad y emoción.

Una tarde en la playa perfecta, hasta que mis hermanos decidieron vomitar de regreso toda la mierda que habían bebido según para no sentir nada.

★ ★ ★

Mariana me habló acerca de sus planes para buscar vestidos de novia junto con Crystal en LA, llegaría en la noche.

Habían pasado dos semanas desde que habíamos regresado y acepté a ir ya que mi papel como dama de honor no me había dejado muchas opciones. Coordinaba a distancia todos los detalles de la ceremonia en la Capilla de San Jorge en Windsor, la reina había accedido a que el nieto de su prima celebrara su boda junto con mi mejor amiga en aquella famosa capilla a pesar de no ser una boda de Estado.

✨ 𝚂𝚑𝚒𝚗𝚎 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚖𝚎 ✨ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora