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𝕄𝕒𝕣

Estábamos esperando abordar el avión para regresar a Los Ángeles, perdimos bastante tiempo en el hotel porque pensamos que tendríamos que empacar todo pero Luz ya lo había hecho por nosotras.

Estábamos en los sillones de la sala de espera para abordar.

-¿Quieres un café de Starbucks?- me preguntó Tim, Mariana estaba en medio de ambos por obvias razones.

-No, gracias- le contesté mientras sacaba el libro que leería en el avión, para este ocasión elegí "El último de los nuestros" de Adélaïde de Clermont-Tonnerre.

-Vamos Mar, sé que la combinación perfecta para ti es un buen café y un libro, aparte de un muffin de plátano- sentí su mirada.

-¿Podrías quitarte?, estás encima de mi- le dijo Mariana molesta mientras lo empujaba para que se sentara bien.

-Si está enojada es por la tontería que hiciste, se supone que eres su mejor amigo, ¿al menos consolidaste la relación con Eiza?- volteé a verlo expectante, desvío la mirada.

-No había nada que consolidar, no buscábamos una relación- respondió sin más cruzándose de brazos, Mariana lo pellizcó.

-OYEEEE- dió un brinco sobándose -¿Por qué hiciste eso?- le preguntó en tono molesto.

-Porque eres un idiota, no puedo creer que cambiaras a Mar por un acostón- le dijo moviendo las manos.

-No puedo negar ni confirmar nada- dijo Tim moviendo la cabeza.

Empecé a reírme, tanto Mariana como Tim voltearon a verme con incredulidad.

-Eres un bobo, no me molesté por Eiza, me molesté por tu falta de compromiso con nosotras, créeme que nunca haría lo mismo contigo, te quiero mucho como para faltarte al respeto de esa forma- suspiré -Me debes café de por vida- le dije mientras abría mi libro.

Tim se levantó de su asiento para darme un beso en la mejilla y un abrazo.

-Te juro que no vas a arrepentirte, regreso en un momento- desapareció de mi vista.

-¿Por qué lo perdonaste tan rápido M?- me preguntó Mariana.

-No dije que lo haya perdonado, sólo no quiero pasar horas sentada en un avión sin salida y que el ambiente sea pesado- cerré mi libro -Tengo mucho frío- acosté mi maleta de mano para buscar algo con que taparme.

Para mi sorpresa estaba la chamarra negra de cuero de Calum, por un momento me había olvidado de su existencia.

-¿Es tuya?- me preguntó Mariana

-No, es de Calum- seguí buscando -No puedo creer que no tenga ninguna sudadera o chamara- dije desesperada.

-Tienes una en la mano- me contestó Mariana alzando las cejas.

-No es mía, no está bien que la utilice-

-Estás temblando, sólo póntela, dudo mucho que se moleste si la usas, al fin y al cabo para eso es y ademas queda perfecta con tu outfit- me guiñó el ojo

Estaba dudando en usarla, pero el frío no lo iba a aguantar, menos en el avión, la acerqué un poco a mi nariz y olía a loción, que delirio.

Me la puse por encima de los hombros, sentía más comodidad y empezaba a entrar en calor. Tim regresó con tres cafés calientes de Starbucks y pequeñas bolsas con muffins.

-Mocha blanco con crema batida y un muffin de plátano para Mar y un café de temporada para Mariana y un muffin de chocolate- dijo mientras nos entregaba las bebidas y los panecillos, le agradecimos y escuchamos cómo anunciaban el abordaje de nuestro vuelo.

✨ 𝚂𝚑𝚒𝚗𝚎 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚖𝚎 ✨ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora