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Fue raro para aquella mujer de 76 años ver como aquel muchacho de pelo largo y uniforme de veterinario cambiaba drásticamente su cara cuando vió a su pequeño gato. Literalmente, pasó de tener una mirada completamente seria, a una iluminada, acompañada de una gran sonrisa que apareció en sus labios cuando la anciana le entregó al minino.

— Ven pequeño.

Baji acogió al pequeño gatito en sus brazos y le acarició suavemente en la cabeza.

— Señora Gyumin, puede venir a buscar a su gato por la tarde. La cirujía no tiene complicaciones, espero que haya cumplido bien el protocolo que se le indicó antes de la operación. — Baji se dirigió a la señora, mirandola fijamente

"Si me lo encontrara por la calle, me daría miedo"  pensó la anciana.

— Las seguí al pie de la letra. — respondió la mujer

— Muy bien, entonces puede irse y cuando la operación haya terminado, nos comunicaremos con usted cuando esté listo y pueda venirlo a buscar.

Cuando la mujer se retiró, Keisuke aprovechó para dejar al gatito en la sala "pre quirúrgica", como indicaba la placa en la puerta, y lo dejó allí en una jaula con comida, agua y una pequeña cama.

— Pronto vendrá el cirujano pequeño, sé paciente — dió una última caricia y cerró la reja de la espaciada jaula—. Vendré seguido a vigilarlos, pórtense bien. — dijo para todos los animales con una sonrisa

De verdad, la dualidad que poseía Baji al interactuar con humanos y animales era muy notable, hasta daba escalofríos.

— Baji — la voz de uno de sus superiores hizo que dejara de escribir—, serás un gran profesional.

Aquellas palabras le llenaron de orgullo.

Durante todos sus años de universidad se había esforzado muchísimo para poder formarse con éxito.
Quizás en un pasado él no había podido terminar de fijar un rumbo, pasó por muchas cosas en su adolescencia, pero lo que siempre tuvo claro es que quería estudiar para ser veterinario. Quería llenar de orgullo a su madre, a sus amigos y a él mismo.

Y lo estaba consiguiendo, después de muchísimo esmero y desempeño.

"No te preocupes por ello Keisuke, sé que serás el mejor veterinario del mundo y que me llenaras de orgullo."

El recuerdo de cierto rubio se coló en su mente, haciéndolo desorientarce un poco y maldecirse a si mismo por no poder dejar de pensar en él, aún cuando mintió que estaba bien con ese tema.

— Muchas gracias, señor. — agradeció dando una pequeña reverencia que demostraba respeto.

— Quiero pedirte un favor. Como voy a estar en cirujía y la doctora Han aún no llega, necesito que te encargues del control mensual de un paciente que vendrá dentro de unos minutos.

— Sí, no sé preocupe, yo me encargo.

— Confío en tu criterio Baji, no tienes que preocuparte, todo el historial médico está allí —dijo señalando una carpeta sobre una canasta que se encontraba encima del mostrador—. Si tienes alguna duda puedes preguntarme, pero si te soy sincero, sé que harás un gran trabajo.

El doctor le dió una palmada en su hombro y se retiró hacia quirófano, probablemente para prepararse.

Keisuke, feliz, por su parte, agarró rápidamente su celular y le mandó un mensaje a su madre; comunicandole que todo estaba yendo de maravilla, a lo que ella contestó con un emoji de corazón y una carita de alegría, poniendo debajo de ese mensaje que estaba orgullosa de él.
También decidió comentar en su grupo de amigos que haría su primera revisión sin supervisión de alguien más, recibiendo felicitaciones, palabras de aliento y algún que otro insulto o broma por parte de ellos.

HATE TO LOVE | bajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora