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Despertó por una luz muy incandescente y también por una gran puntada en la parte baja de su cuerpo, más específicamente, el trasero

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Despertó por una luz muy incandescente y también por una gran puntada en la parte baja de su cuerpo, más específicamente, el trasero. Le tomó algunos segundos poder acostumbrarse a la luz y darse cuenta que se encontraba en su habitación, en su cama y según pudo percibir, solamente tenía puesto su boxer, encontrándose casi desnudo.

Por su mente los recuerdos de la noche anterior comenzaron a agruparse como un rompecabezas, recordando cada detalle de lo ocurrido con cierto pelinegro de pelo largo, sonrojándose en el proceso.
Giró su rostro hacia el lado izquierdo de la cama y efectivamente ahí se encontraba Baji, mirándolo fijamente de costado, sin expresión alguna en su rostro y al igual que él pudo notar que su torso se encontraba desnudo.

Un silencio incómodo dominó la situación y Chifuyu se comenzó a sentir mareado ya que toda la sangre de su cuerpo parecía haberse comenzado a acumular en su rostro, haciéndole parecer un tomate humano. Pudo sentir como le faltaba la respiración y su estómago se revolvió como si una manada de corredores estuvieran corriendo una maratón en sus tripas.

Sin que lo esperara, aquel silencio incómodo fue roto por una gran carcajada del pelinegro que lo miró con sus ojos entrecerrados. Se ganó una mirada fulminante por parte del contrario.

Cómo demonios se estaba riendo en una situación así.

Es decir, tenía mucho que analizar. Habían estado peleados por años y Chifuyu estaba seguro que durante todo ese tiempo, el mayor lo odió con todo su corazón y, por casualidades del destino, volvieron a encontrarse tratándose con pura indiferencia. También, por azares del destino, terminaron encerrados en su departamento por horas y por fin pudo contarle toda la verdad.

Y un dato que no es de menor importancia es que, se habían besado no una vez sino varias veces.

También tuvieron sexo.

Sí, Baji recibió aquel golpe de almohada de forma totalmente justificada.

—¿Cómo está tu trasero? — preguntó aún entre risas.

Otro almohadonazo.

— Que agresivo te has vuelto.

No culpen a Chifuyu, realmente no estaba entendiendo la situación porque realmente le parecía irreal. Pensó que el mayor lo iba a mandar a la mismísima mierda pero todo aquello que imaginó no estaba sucediendo, es más, sucedió todo lo contrario y eso lo hacía sentir de alguna forma mareado.

Mareado pero sumamente feliz.

Tomó su celular de la mesita de noche observando la hora y dándose cuenta de que eran las 12:30 mediodía y viendo que tenía miles de mensajes de sus amigos, llamadas perdidas de ellos y hasta de su madre.

Luego los contestaría.

Con cierto miedo se acercó un poco a Baji, quien aún tenía una sonrisa burlona en su rostro.

HATE TO LOVE | bajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora