Mi Apuesta.

Capítulo 13 - Acercamiento.

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mi apuesta - Capítulo 13.

los pasos lentos le conducían por todo corredor con el que se topaba, viajó a la cafetería, a la salas de juego, a los cajeros cercanos e incluso al patio, pero no pudo encontrarle por ningún lado.

-dónde se habrá metido ese tonto.- después de suspirar con pesadez decidió decir esa frase, ya no solo se hablaba de asistir o no a clases, todo lo que últimamente había pasado se tornaba estresante y estaba preocupada por gokú. -supongo que ahora que todo ha terminado puedo dar un pequeño paso, siempre ha parecido un buen chico, aunque es algo tonto.- sonriendo débilmente observó lo que tenía en sus manos, pues eran entradas para algún local que se inauguraría esa misma tarde, eran dos y pensaba invitar a su amigo, solo intuir en que esto podría convertirse en una especie de cita causó un leve rubor en sus mejillas. -supongo que ya aparecerá...- concluyó levantando sus hombros, estaría por ahí haciendo el vago y cuando sea la hora de ir aparecería como siempre, parecía estaba ansiosa en el fondo.

-estoy segura que esa tal bulma solo mentía, gokú dijo que no tenía pensado casarse con esa mujer.- siguió pensando y analizando lo que últimamente había pasado. -el compromiso con yumeko ya ha desaparecido y ese tonto ha estado muy pegado a mí estos días, además muchos ya rumoran que somos novios.- seguía murmurando, pensamientos que solo incrementaba su rubor. -mierda, dónde te has metido!.- terminó por decir ya bastante desesperada.

sin embargo no todo podría ser así para nuestro saiyajin, pues en medio de la casi oscura habitación el sudor recorría su rostro, porque de un momento a otro cuando era el menos afortunado en aquel juego, ahora pasó a ser el que llevaba la delantera, sin embargo con aquella última jugada pudo darse cuenta de algo.

-así es gokú.- la voz de Midari se dispuso a hablar observando la preocupación que le invadió. -mientras sigamos desechando cartas, es más probable sacar la mayoría al contar con un número alto como 6 o siete, y será más complicado si solo te hace falta un número como ahora es tu caso.- el piercing de su lengua se mostró insinuosamente, remojando sus labios y no separando su mirada de la de gokú. -me pregunto si el rey que necesitas se habrá ido hasta el fondo, o tal vez la fortuna te sonría y se encuentre en la siguiente carta que descubras.- su mano golpeó fuertemente la mesa y se acercó a gokú inclinándose sobre la superficie. -quiero descubrir más de tí, quiero saber por qué eres tan valioso y al final hacerte mío.- dejó mostrar su locura cuando ese único ojo le miraba brillante sin despegarse ni un instante.

-ejem.- se escuchó el sonido provenir de la azabache que discretamente les interrumpió.

-Midari-san, te estás sobrepasando con son-kun.- aclaró y mostró un leve brillo rojizo provenir intimidantemente desde su mirada castaña, la azabache de cabello corto chasqueó la lengua y apretando sus dientes regresó a su lugar, pues tenía claro que mientras este juego no defina un resultado a su favor, yumeko tendría a gokú para ella sola.

-turno de la señorita Midari.- exclamó la mujer de cabellera albina y barajó el mazo de naipes. para después extraer la carta de Midari, que para su mala suerte obtuvo una reina de diamantes. -no hay juego, turno de la señorita jabami.- dijo después e hizo lo mismo para la ya mencionada, trayendo consigo un número nada bueno, pero tampoco malo. -es un 4.- exclamó, pero aquella mirada rojiza se desplazó al son que perdido en su baraja no sabía qué hacer.

-Midari-chan tiene razón.- pensó. -aquí no puedo hacer trampa, no es como el juego de las fichas o el piedra papel o tijera.- siguió divagando, sus puños se apretaron. "aquí todo depende de mi suerte" suerte, algo que últimamente no le había servido de mucho, pues en todo juego esta misma le había hecho perder y tal vez esta vez no sería diferente.