Capítulo 10 - El Chico Amable.

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todo lo relacionado al manga de kakegurui y dragon ball no es propiedad mía, los créditos son para sus respectivos creadores.

los balbuceos no tardaron en presentarse, ni tampoco la anonadada vista de Kiwatari se separaba del par de naipes que gokú posó sobre la mesa. -¡¿u-un par?!.- preguntó, pero la obvia respuesta no llegó y solo su agitada respiración era lo que persistía en el recinto, hasta que al fin la voz de la enmascarada se alzó en el sitio.

-Kiwatari-sama ha perdido todas sus fichas.- anunció, nadie dijo algo al respecto, solo observaron los dientes del joven apretarse con fuerza. -por consecuencia, ha perdido su oportunidad de seguir en el juego, y por supuesto...- se detuvo un instante antes de ofrecer su última declaración, el sudor recorría la frente de aquel que quiso abusar sexualmente de Yumeko. -ahora es quien tiene una deuda de 310 millones de yenes.- casi pareció atragantarse cuando lo escuchó, sus manos temblorosas soltaron los naipes del juego que ya había pasado.

-no puede ser...- musitó, apretando los puños lo más que pudo, tratando apenas de comprender la situación en la que se había metido. -esto no puede estarme pasando, yo soy un humano!.- reclamó esta vez con gruesa voz, golpeando la mesa con toda su fuerza causando que algunas fichas cayesen al suelo. -¡no puedo haber perdido!.- vociferó lleno de ira.

Los pasos de la mujer enmascarada se dieron poco a poco, hasta que al estar frente al robusto chico decidió hablar.

-Kiwatari-sama, le pido que abandone la sala, nosotros nos ocuparemos del resto.- informó, nada preocupada por como las cosas habían terminado, no habría de esperarse algo diferente, pues al final a nadie le importan las desgracias de Kiwatari, incluso a Goku.

-no me jodas!.- respondió e inmediatamente se puso en pie. -¡yo no puedo perder contra estos animales!.- bastante alterado tomó a la mujer de su uniforme.

-le tendré que pedir que me suelte y salga de la habitación por favor.- exclamó la vicepresidenta. -usted es quien no parece ser lo suficientemente bueno, desde ahora su deuda es de 310 millones de yenes, deberá pagarlos o será una mascota de por vida.- cuando dijo eso, solo pudo ver como una vena de completa rabia se marcó en la frente de Kiwatari.

-maldita perra!.- insultó a la chica albina y con su puño decidió arremeter ferozmente con un golpe, aún con ello la mujer no se notó preocupada porque tenía un aparato con el cual le inmovilizaría, no obstante no fue necesario cuando una mano ajena a la suya detuvo el puño de Kiwatari a ya unos escasos centímetros de su máscara.

-eres un mal perdedor y un cobarde.- exclamó el son y apretó con fuerza la muñeca del castaño, quien en un instante se arrodilló ante la inmensa presión, inmediatamente soltó a la vicepresidenta, seguido de eso arremetió con un golpe directamente en su cuello, no tan fuerte, solo lo suficiente para dejarle inconsciente.

-te encuentras bien extraña-chan?.- preguntó un tanto preocupado, la chica asintió. -muchas gracias por su ayuda, procederemos a reanudar el juego en un instante.- comentó, momentos después pudo verse a algunos estudiantes mascota entrar y sacar a Kiwatari del lugar.

-vaya son-kun, tan amable como siempre.- comentó Yumeko después de ofrecer una pequeña risita, el chico rió nerviosamente mientras rascaba su cabeza. 

-falta poco para concluir las apuestas, así que deberemos continuar.- anunció la vicepresidenta. -ante el resultado de Kiwatari-san, la deuda más alta que se puede conseguir es la de 50 millones de yenes, por ahora el primer lugar lo sigue teniendo Jabami-sama, el segundo es para gokú-sama y el tercero para tsubomi-sama.- explicó, los naipes se barajaron y el noveno turno daría inicio.









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