Capitulo Ocho.

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ADDISON.

Cuando por fin le hice los retoques al uniforme lo lleve a la tintorería y lo retire en unas horas ya planchado y limpio.

Al día siguiente me puse el uniforme que era un pantalón negro con algunos compartimientos para armas en las piernas y seguridad o herramientas de defensa que podrían guardarse. La camiseta era apegada al cuerpo y contaba con unos ganchitos para pasar por abajo del pantalón y que quede como una sola pieza.

Abajo de las boobies había una tira que dejaba un comportamiento para guardar arma.

El cintó se lo agregue de adorno a demás me veo mejor con el. Las botas que me dieron no tienen tacones así que compré unos iguales pero con plataformas y que se me hacían súper cómodos y livianos. Unos guantes sin dedos negros de cuero y llevaba técnicamente un cubre rostros a la mitad pero ese se usa en misiones de infiltración en acción.

El logo estaba sutilmente grabado en la parte trasera del pantalón en el bolsillo y en la camiseta.

Ese día había despertado temprano para sorprenderlo con un desayuno que vi en Instagram y que parecía sencillo y delicioso. Luego de ducharme cocine y luego cuando termine me vestí con el uniforme.

Me maquille un poco y ate mi cabello en una coleta lisa y perfecta. Hacía algo de calor y el pelo largo me fastidiaba en esta época.

—¡Addison! —gritó Ban desde el cuarto.

—El desayuno esta listo Ban. —grite de nuevo y el vino corriendo, llevaba unos shorts de dormir y como siempre con sus abdominales expuestos.

El lucia confundido y tenía su cabello despeinado. Me reí al verlo así de sorprendido.

—Buen día, te ves tan lindo sorprendido. No soy tan inútil una de mis nanas me enseño a cómo sobrevivir si alguna vez faltaba alguna niñera. —dije y el me miró y sonrió.

—Es que... a mi me gusta cocinarte. Creo que el rol del chef era mío. Tu me lo robaste. Yo amo cocinarte a ti. —dijo acercándose pero se detuvo y corrió al baño.

Luego volvió y me miró bien, se fregó sus ojos dando un bostezo con olor a menta.

—¿Que le hiciste al sencillo y común uniforme? —me pregunto mirándome. Me tomo de la mano obligándome a dar una vuelta mientras el inspeccionaba todo mi cuerpo.

—Es que le quedaba bien del trasero pero no de la cintura, siempre tuve ese problema con todos los pantalones y lo mando a achicar de cintura y de piernas a mi medida. Y le hice algunos retoques. Creo que ahora me gusta más. El de mi anterior trabajo era algo más aburrido.

—No puedes ir así. Todos se desmayaran. —dijo el y lo mire confundida— Todos van a desmayarse por lo espléndida que luces.

—No es para tanto algunas chicas también lo modificaron.

—Pero tu luces como una espía muy sexy con la que no dan ganas de pelear y claramente si fuera un criminal me dejaría arrestar por ti. —dijo sin dejar de mirarme.

—Me gusta que digas todas estas cursilerías pero la comida se enfría. Prueba mis hotcakes y mi ensalada frutal. Estoy segura que te gustará. —dije emocionada.

El sonrió y se sentó. Probó de todo un poco y le serví el café recién hecho, al contrario de mi a él le gusta el café amargo y sin azúcar así que como lo serví lo dejé.

—Oh por dios. —dijo y esperé ansiosa su respuesta— Esto está delicioso. Es el perfecto equilibro de desayuno no daño con frutas que aportan vitaminas. Me encanta. Te luciste.

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