Prólogo

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No he podido parar de correr; siento que algo, ¡no! Mejor dicho alguien me persigue.

—¡Basta! ¡Basta! ¡Ya basta!, ¡déjenme en paz!.

¿Qué quieren de mí?, ¿porque siempre siento que me persiguen a mi? ¿Qué ocasionó en ellos?

¡No sé!.

Mi vida se tornó algo extraña después de  cumplir mis malditos 20 años. Aunque... Al principio mi vida fue un infierno. Un maldito miserable infierno, hasta que ellos me encontraron y me acogieron en sus vidas, me tomaron como si fuera su propia hija y me brindaron el mejor, y cálido amor que un buen hijo debería tener.

Me preguntó ¿Qué tan mala he sido para que mi vida sea tan perturbadora?.

—Jefe la encontré —un fuerte golpe en mi cabeza sucumbe mis sentidos de alerta, al momento en que cierre mis ojos, he perdido mi propia batalla.

........

Nueva Zelanda (1972)

—Pasen, pasen... Hace unos días nos llegó una tierna criatura, pero... —la monja comienza a poner nerviosa

—¿Pero? —preguntó una pareja de esposos. Cuya misión era adoptar un bebé. Ya que no podían procrear hijos propios para formar una familia.

Aquel hombre, un soñador, la mejor persona del mundo, una verdadera alma caritativa. Deseaba tener un pequeño bebé. Que pudiera seguir sus pasos con la arqueología. Tanto así, que en unas de sus expedición su esposa decidió tomar la idea de adoptar un bebé. Una pareja londinense en tierra prohibida, deseando adoptar rápidamente, para así volver a Londres con un pequeño retoño. Además... Su esposa no quería perder la herencia que esperaba por ella, pero su obligación era tener hijos.

Aunque a su esposo eso no le importaba, pero para su linda esposa, si era importante, estaba cansada de viajar por el mundo. Y no tener una estabilidad como ella siempre lo había deseado.

Una familia

Su esposo se la pasaba hablando con la monja. La encargada de hacer el papeleo de adopción, ya que, estaban en países distintos  y sería un poco complicado sacar un bebe de un lugar a otro, aunque la pequeña bebe es nacida en Nueva Zelanda y es lo que más le intriga a la monja. El traspaso de papeles era complicado pero no imposible, aquella niña era la excepción del caso, les urgía salir de ella. Además, la bebe, no había llegó hace unos días, llevaba años de estar en el orfanato y no crecer, tampoco sabían cómo alimentarla, el sacerdote mandó a que la insimerada pero... La monja no iba a permitir eso, así que si o si debía conseguirle una familia y desentenderse de aquella linda bebe.

Las monjas le huían a la pobre criatura como si fuera la peste negra.

La tierna y dulce bebe, estiró sus bracitos hacia la señora para que la cargará, aquella joven mujer se enternecio al ver su petición, no importaba que fuera desconocida, para la bebe aquella señora le transmitía su calidez. Al ver ese acto tan tierno, la mujer de ojos verdes decidió acogerla entre sus brazos, más que una herencia, aquella bebe le conmovió su corazón.

—A partir de ahora, eres nuestro adorada bebe, eres nuestra hija -
—le susurra, la bebe le balbucea —¡Comencemos el papeleo!, nos la llevamos.

—Señora, hay algo que debe...

Interrumpen el pequeño discurso de la monja —Acabas de escuchar a mi esposa, cuanto desean para que nos den la bebe, no ven, ¡esta sufriendo en este lugar!, ustedes estaban lejos de ella. Cuánta soledad debió vivir ella aquí en esa solapa

La bebe pone su mano en la mejilla del hombre, la joven mujer se había acercado a la bebe, ella se sentía parte de ellos, sentía que ella era su mamá, aunque no fuera de sangre o que lo hubiera traído al mundo.

—Cuando la abandonaron a su merced aquí en esta iglesia, traía con ella este collar de cuarzos rojos y una hoja donde suplicaba que cuidara de su bebe hasta su regreso, que la bebé se llama Rachell, pero... Ella emergió una energía al igual que la hoja, esa fue quemada pero la bebe, no le podíamos hacer ese daño, ni tampoco zafarnos de ella, va en contra de nuestras leyes, Dios está en contra de ello, pero ella no...

—¡Basta! Es una bebe bellísima, ustedes deberían darles pena, adorar a su Dios, pero no respetan a los humanos, grandes pecadoras. Comencemos a firmar, ya les quitamos esta niña de encima. —la joven esposa estaba cansada de escucharla, y le habla un poco molesta en la manera en cómo se refiere a la bebé.

El joven esposo también es devoto a Dios, y le disgustan  mucho el comportar de las monjas, hasta envió una carta pidiendo que fuera revocadas de su oficio, no era de humano tratar mal a una criatura indefensa, no saben lo mal que la ha pasado la pobre bebe indefensa, solo juzgan sin comprender la situación, y eso a Dios le desagrada al igual que al él..

—Rachell hermosa, mi dulce niña, serás muy amada y aclamada, de eso no cabe duda, iremos a nuestro nuevo hogar, a tu hogar.

Lo que ellos no sabían es que... Sus vidas iban a comenzar a cambiar, por que ella es.. La raíz de todas las Maldiciones.

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Continuará
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Hola queridos lectores, traigo con ustedes uno de mis tantos fragmentos, espero que sea de su agrado. No olviden interactuar con la obra, votar, comentar y compartir me ayudaría mucho como autora.

Nos leemos en una próxima amados míos.

La Maldición ©. (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora