capítulo 14

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Rachell

Estoy aburrida.

Pasamos una semana en la  dimensión de Efrain; descanse lo que tenía que descansar, tenía que volver con mis hermanos, deben estar preocupados ya que, ellos no podían volver a casa sin mi.

Invoque mi sello, azotó suavemente el piso con la punta de baculo y se abre un círculo negro.

—Nos vamos —ambos me miran y asientan en afirmación, Efrain y Alek marcados por mi, y de mil maneras, disfrute mi estadía, pero debíamos volver.  Esté sitio siempre será el lugar donde podré descansar siempre.
Sola o acompañada. Se convirtió en mi lugar favorito.

Nos teletransportamos al apartamento de Frances, al llegar me siento encima de la mesa, Alek y Efrain se sientan en el gran sofá mullido. Uno separado del otro.

En esas veo a Frances salir despeinado de la cocina, recién se levantado. Sonrió de medio lado, estiró mis piernas, una parte de mi pecho se dejó ver.

—¿Ya me has cambiado, amante de la noche?.

—¡¡MALDITA SEAS RACHELL!! — coloca su mano en el pecho, bufo — Casi me matas del susto — pongo mis ojos en blanco.

—Te mató de otra manera — él se acerca a mi, siento el pulso de Efrain y Alek acelerarse. Sonrió de medio lado.

—Ya quisieras —mira hacia donde estaban los chicos, le sonrió —, no deseo ser el tercero, además, ya estoy ocupado — levantó una ceja y me rió divertida.

—¿Por fin la encontraste? —nos abrazamos, él me cargó y me llevó hasta su habitación, miró hacia la cama. Una mujer esbelta , de cabellos rojizos cobrizos. Lo miró y sonrió.

—¿Morticia? ¿Volvieron? Sabes que…—le doy un fuerte golpe en el pecho, él gruñe del dolor —¡Ya me acordé!, tu y yo tenemos mucho por que arreglar —Frances me baja rápidamente y huye de mí, invoco mi magia—¡No huyas cobarde! —gritó —FRANCES— corro detrás de él, mis chicos nos miran con una ceja arriba, Alek se acomoda en el mueble gustoso de ver esta escena —Te mataré, te cortaré en mil pedazos, te resucitó y te vuelvo a matar, ¡vení! — corro detrás de él.

—Ro, disculpame, enserio, lo siento, disculpa pero era por tu bien, Ro.. —nos detenemos —Mamá y papá ¿Cómo están? — maldito desgraciado, me subí a la mesa y lo alcanzó le doy en la cabeza con mi látigo, él se queja del dolor.

—¡Desgraciado!

—¿Cuál es el escándalo? —salen todos, se me había olvidado el resto, desaparezco entre mis manos aquel artefacto y me siento en la mesa en forma de mariposa y bufo.

—Rachell.— Siento que se suben a la mesa, claro, mi hermana, y ella tenía.. Mi muy diminuta ropa puesta; miró de reojo a Efrain y a Alek quienes simulan mirar hacia otro lado.

—Miley — la abrazó — ¿Estás bien?. —la miró con preocupación. Ella asiente.

—Si, pero ella escapó, dijo  "esto no se quedaría así" —simula su voz, le sonrió — Qué está vez se quiere divertir con las dos — ella se para en la mesa y saca sus espadas — ¡Aquí la espero! — y hace su pose, la miró con diversión. El resto estaban impactados por la belleza de ella y por sus movimientos, somos las mismas pero, personalidades diferentes.

—¿Qué está pasando? — tiro mi cabeza para atrás y veo salir a Damian con.. ¿Meredy?

—Ahora sí, ¿de que me perdí? —me acuesto en la mesa, mi hermana se sienta en medio de mis piernas

—¡RACHELL, TU..! —abrí mis ojos, me levanto rápido y le tapó la boca a Mile para que no hable tan fuerte, creo que Alek dejó su marca  muy notoria, su pequeño dragon se vea a leguas, lo miro mal, él frunce el ceño. —Te ha marcado en su totalidad — me susurra, la miró seria, no deseo hablar más, son mis cosas, ignoro sus palabras y me retiro a mi habitación.

La Maldición ©. (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora