Ciclo de problemas y una solución [Kinktober 2021]

16. Public sex

—¿Qué quieres hacer en tu cumpleaños? ¿Quieres ir a algún lado o te doy dinero para que lo pases con tus amigos?

La pregunta llega de repente, con ambos comiendo la cena tranquilamente sin ninguna conversación sobre la mesa, el clima frio poco a poco va llegando al lugar donde viven junto al resto de fiestas que la época amerita, planear con anticipación algo tan sencillo como los cumpleaños era realmente beneficioso para así tenerlo en cuenta junto al gasto del dinero. Normalmente en otros años no preguntaría, se prepararía únicamente con un pastel para cortar entre los dos en algún momento después de la fecha y le soltaría a su hijo más dinero del necesario por si acaso, pero este año es diferente, la dinámica entre ellos ha cambiado y no importa que tanto quiera evitar pensar en ello, este alfa se le está saliendo lentamente de las manos, no tiene realmente una manera de ponerle algún alto y tampoco es como si quisiera volver a intentarlo.

—¿Podemos salir solo nosotros dos?

—Claro, salgamos a cenar.

No hacen ningún tipo de plan en los días siguientes, ni siquiera se menciona a que restaurante irán, todo simplemente se da con naturalidad, desde guardar el pastel para el día siguiente y simplemente dirigirse a cualquier lugar donde les agrade la comida, más que una cena de cumpleaños parece que festejan cualquier cosa al azar, por lo que además de cenar van y dan una vuelta mientras platican de los planes futuros, la cena después de navidad a la que tienen que ir a casa de los abuelos, recalcar que en público son madre e hijo, un comentario realizado en voz baja aunque están solos en el auto.

Es pasada la medianoche cuando hacen el camino de regreso, la mayoría de las luces del bloque de apartamentos ya están apagadas, lo que solo remarca lo tarde que han regresado, en silencio caminan hacia la puerta principal, hasta que Oneiros decide jalar su brazo, llamando su atención mientras se estira lo suficiente para alcanzar su oído.

—Mommy, usemos las escaleras~

Duda por un momento, mientras observa con desconfianza a su hijo, en ese momento podría utilizar su carta de "ya paso tu cumpleaños" y simplemente hacer que siguieran su camino, hacia la seguridad del apartamento, pero solo tiene que ver la falta de luces para guardar silencio y aceptar la invitación. No es su primera vez teniendo sexo en algún lugar público, por lo que no le sorprende la emoción que se refleja en los ojos y las acciones de su hijo, al menos no menciona la iglesia, porque de haberlo hecho posiblemente le hubiera cumplido el capricho para satisfacer su propia lujuria.

Pero ahí están, subiendo lentamente los escalones en la penumbra de la noche, riendo lo más bajo posible mientras se empujan mutuamente tras intentar no caerse conforme ascienden, siente que la mano que sostiene la de su hijo transpira sin control, este es el edificio donde han estado viviendo desde que Oneiros tenía tres años, conocía a los vecinos, a los dueños del lugar ¡Hasta saludaban a los tipos que hacían el mantenimiento del edificio!

—Oneiros, esto es una mala idea...

Está consciente de que su miedo debe de ser fácil de percibir para su hijo, que no tarda en encerrarlo contra la pared y besarlo. El sonido de los zapatos de Oneiros contra el metal le asustan por un momento, pero se calma casi de inmediato conforme el beso le distrae y no escucha nada a su alrededor, más que el lejano sonido del tráfico de medianoche que aún continúa circulando no muy lejos del edificio. Desliza su cuerpo contra la pared, dejándose caer lentamente hasta que es capaz de frotarse contra la rodilla que su hijo ha puesto entre sus piernas, está lo suficientemente excitado por el miedo y la posibilidad de ser visto que no le sorprendería si de repente tuviera su primer orgasmo.

A pesar de estar metidos en una sesión de besos, las manos de Oneiros no tienen muchos problemas para apresurarse a deshacer su ropa, acariciando su vientre por debajo de la camisa y preocupándose principalmente por deshacer los botones y el cierre de su pantalón, pasando sus manos por dentro de la ropa interior, calentando sus manos en su vientre antes de dirigirse a apretar los muslos.