24. Breeding (Insinuación de embarazo)

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Tiene la sensación de que Oneiros está planeando algo, pero es solo eso, una sospecha que no tiene manera alguna de confirmar, así que prefiere ignorarlo, mientras los meses siguen pasando y su relación continúa asentándose, convirtiéndose en algo tan natural que simplemente pasa de lejos el punto donde no le importa, aunque siempre frente a los demás se encargan de mantener las apariencias. No se vuelve a comunicar con nadie de su familia y aunque intenta que eso no le afecte, al final sabe que se está estresando demasiado cuando, en ocasiones, su hijo tiene que sacar la cabeza por la ventana.

Necesitan vacaciones.

Se tarda un poco de tiempo en planearlas, buscando que tengan libertad de dos semanas o más para poder irse sin ningún tipo de preocupación, pidiendo sus propias vacaciones por adelantado y asegurándose de que su hijo tampoco deje nada pendiente.

Es así como se toman un día entero para llegar, en auto, a un parque que le encanta, está casi en la cima de una montaña, cuya atracción turística es una cascada así como la naturaleza que rodea el lugar, la temporada en la que llegan es buena, se encarga de pagar con anticipación una cabaña con dos habitaciones, sabe que su hijo no dormirá en la otra, pero es una forma de seguir ocultando las apariencias, después de todo, el miedo de que en algún momento los vayan a descubrir o que alguien de repente cheque sus cuentas y descubra que solo pidió una cabaña con un cuarto le daba... Cierto terror y paranoia.

Pasan casi toda la tarde bajando sus pertenencias en la cabaña, así como ordenando el lugar y asegurándose de poner la comida en su lugar, antes de que le pase algo, lo más cercano es un pueblo en los alrededores, así que tendrían que pedir indicaciones antes de poder ir a comprar más comida. Hace tiempo que la luz roja, sobre que su hijo planea algo, ha desaparecido o simplemente la silencio en lo más profundo de su mente, todo parece ir tan bien, el lugar es agradable y aunque no tiene muchas ganas de ir y hacer senderismo, sin duda alguna quiere disfrutar del buen clima en algún momento durante sus vacaciones.

En todo ese tiempo, Oneiros no dice nada, no lo ignora, pero parece algo ausente y entonces la luz roja de su cabeza vuelve a aparecer, pero no tarda mucho tiempo en callarla, están, literalmente, en medio de un lugar que no conocen, es imposible que su hijo haya planeado algo para la ocasión ¿Qué podría planear que no haya pensado el antes? Sabe que tener las manos quietas del alfa no tiene sentido y quiere aprovechar para explotar su propia lujuria en un lugar donde no tiene miedo de gritar o gemir en voz alta, hay cosas personas que ha empacado para intentar sorprender a Oneiros, unos cuantos juguetes, así como algunas cosas transparentes que no le pareció mala idea comprar.

Es de madrugada cuando se da cuenta que, probablemente, se ha confiado demasiado.

Abre los ojos sintiéndose extraño, aunque es agosto están demasiado adentro de la naturaleza como para sentir demasiado calor, así que hace a Oneiros a un lado, que parece tranquilo, mientras se levanta de la cama, siente cierto alivio cuando sus pies tocan el suelo y se dirige hacia el baño de la cabaña, enfermarse en ese momento era lo último que necesitaba, aunque podría tener sentido, se estaba relajando, tal vez sus defensas también lo hicieron. Se observa un momento en el espejo, dándose cuenta de su aspecto afiebrado y entonces se pregunta ¿Ha tomado sus pastillas? Se mantiene en el silencio, sin buscar la caja de las medicinas detrás del espejo... No lo recuerda, no lo sabe.

¿Desde cuándo...?

Sale del baño intentando mantenerse tranquilo, caminando hacia la habitación que no están usando y que en su lugar tiene las maletas que han llevado hasta ahí, así que rebusca entre todas y finalmente encuentra la que debe de tener sus medicamentos, no importa si repentinamente dejo de tomar algunas de sus pastillas, puede volver a empezar, aunque su cuerpo tarde unos cuantos días en controlarse con el medicamento. Respira profundo mientras deja de buscar, la bolsa está vacía, aunque el recuerda haber metido todo, hasta los anticonceptivos, aún está lo suficientemente lucido como para pensar con claridad, intenta recordar donde más ha guardado medicinas en caso de emergencia, antes de golpearse la frente con la palma de la mano porque no está en su casa, está en una cabaña rentada y salir a buscar una farmacia no es una opción.

Siente que su presión sube lentamente conforme se va desesperando, de la misma forma en que su respiración se comienza a agitar, hasta que un par de brazos lo rodean por la espalda, el rostro de Oneiros se frota contra su espalda durante un momento, antes de que una de sus manos se dirija hacia la que sostiene la bolsa y le invite a soltarla.

—Ven mamá, vayamos a dormir un poco más, aun no.

Respira profundo, no solo sintiendo como las hormonas alfa lo estaban calmando, sino que su hijo está exudando, casi de la misma manera que él, su propia rutina, probablemente entro primero que él y simplemente está siendo paciente hasta que su cuerpo de la señal de encontrarse bajo los efectos del calor.

—¿Tu planeaste eso?

Esta asustado, porque tiene casi 19 años que no pasa por un calor en todo el sentido de la palabra y la última vez con el nudo no fue tan agradable, como si no fuera suficiente, no hay pastillas a la vista y duda totalmente que la cabaña tenga sus propios anticonceptivos.

—Me regañaras después, volvamos a la cama.

Le molesta un poco la actitud confiada que Oneiros presenta en ese momento, aunque se nota que está teniendo problemas en cuanto a su respiración, es más joven y reacciona primero a todo. En este momento se olvida por completo de que probablemente tiene las pastillas en el auto o que Oneiros tal vez las dejo ahí, así que se separa de él para caminar lentamente de regreso a la habitación, su hijo lo acompaña trayendo una bolsa consigo, la cual queda a un lado de la cama mientras se vuelven a acostar en la cama, donde ninguno de los dos duerme, aunque se mantienen cerca, solo hay incertidumbre mientras se desarrolla la característica primitiva de la clase social de cada uno.

—¿Por qué? —pregunta mientras el calor aumenta, con la mirada fija en su hijo y lentamente olvidándose del miedo de lo que va a ocurrir, preocupándose cada vez más por la necesidad de ser cogido en lugar de preocuparse sobre quien lo está cogiendo.

—¿Importa? —respira profundo, buscando percibir con solo las hormonas si ya era el momento adecuado o tenía que esperar un poco más, pero su cabeza da vueltas y ya no quiere tener las manos quietas, así que se arrastra hasta encontrarse al lado de su madre.

—Si —aunque su respiración es agitada, es capaz de mantenerse más quieto que su hijo, a pesar de que se mueve conforme el otro busca acomodarse—. A mí me importa.

—Desde que lo dijiste, eh querido criarte —se mantiene a su lado por solo un momento, antes de empujarlo lentamente para que quede boca arriba y el poder ponerse encima, metiendo sus manos por debajo de su camisa para dormir y deshaciéndose de la colcha, algo innecesario para el calor que ambos debían de tener para ese momento—. Mas que llenarte de semen, quiero hacerte un bebé.

—Oneiros... Soy tu madre... —por un momento el miedo vuelve a su voz, levanta las manos para intentar detener el movimiento de las que acarician su vientre, no sabe si su rostro arde por la vergüenza o ira, pero cada vez que los dedos se mueven sobre su cuerpo arde.

—Lo sé, así que te criare —acaricia levemente con la yema de sus dedos la piel que tiene a su alcance, antes de inclinarse encima de Hypnos de manera en que pueda quedar lo más cerca posible de su cuello, sacando la lengua para lamer, reconociendo aún más la falta de una marca que lo detenga—, y tendré un hermanito.

Levanta la cabeza cuando siente la lengua de Oneiros pasearse libremente por su cuello, en este punto no tiene manera de dar marcha atrás a algo, así que lentamente comienza a ceder, sus manos sueltan los brazos del menor y le permite moverse, de la misma forma en que finalmente decide ceder a sus instintos y necesidades, siente que esto es parte de su propio egoísmo, habiendo tantas veces donde pudo haber terminado esto, todos esos momentos donde se le ofreció la esterilización al no tener una pareja, donde solo se negó ante la vaga esperanza de tener un hijo más.

—Mama, ¿Quieres que te crie?

Los labios de Oneiros besan su cuello mientras sus manos se encargan de desnudarlo, el aroma del alfa es tan tentador que lo único que puede hacer, en ese momento donde ya no quiere pensar en nada, es simplemente asentir.

Ya luego pensaría en las consecuencias cuando pudiera pensar.

Ciclo de problemas y una solución [Kinktober 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora