13. Bukkake

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Lo primero que se da cuenta, después de abrir los ojos, es que conoce el techo de esta casa, pero no es el techo del apartamento donde vive, solo entonces también se da cuenta que no está acostado en un colchón como acostumbra, sino que está en una bolsa de dormir que ya ni siquiera recuerda cuando fue la última vez que utilizo. Se levanta lentamente de su lugar mientras observa alrededor, la sala le es demasiado familiar, pero no sabe exactamente de donde

—Hypnos.

Brinca en su lugar cuando escucha la voz de su hermano, girándose lentamente para encontrarse con los ojos negros que le observan con cierto interés, hace años que no lo ve, siempre se las arregla para que ni Oneiros ni el tengan que encontrarse, por lo que suele llegar primero que muchos a cualquier celebración y siempre se va antes de que lleguen los que faltan, jamás se disculpa y su madre tampoco espera que lo haga, simplemente les deja correr lejos de casa, antes de que cualquier cosa pueda pasar.
El silencio de la habitación le sienta mal y casi puede temblar cuando se da cuenta de la diferencia de posiciones, con el sentado en el suelo y el otro de pie a su lado, recordando muchas otras situaciones similares en el pasado, tanto cuando eran demasiado jóvenes como cuando ya estaban conscientes de todo.

—¿Qué pasa Hypnos? ¿Acaso ya has olvidado que hacer en esta situación?

El tono de Thanatos no es fuerte ni agresivo, pero aun así lo intimida, por lo que baja la mirada hacia el suelo, incapaz de enfrentarse al hombre que, en su momento, había amado más que cualquier otra cosa. Su desatención, sin embargo, no dura mucho tiempo cuando su brazo es jalado bruscamente y su rostro choca contra la polla de su gemelo, el mayor por minutos lo jala continuamente del brazo como si fuera una muñeca, así que su mejilla se restriega constantemente contra él.

—Vamos, sé que puedes hacerlo solo.

Su hermano no dice nada más y el tampoco habla, alza una de sus manos para tomar el miembro de la besa y posteriormente acerca su boca, recordando las muchas otras ocasiones en que había hecho tal tarea, por lo que no se tarda mucho en encontrar un ritmo adecuado, esperando que sea más que suficiente para poder quitarse de encima y entonces irse, como siempre lo hacía, sin ganas, ánimos o fuerza para enfrentarse al padre de Oneiros.

—Mamá.

Saca el pene de su boca sin dejar de utilizar su mano para masturbarlo, antes de responder al llamado a su izquierda, Oneiros lo observa con una extraña combinación entre curiosidad y excitación, su propio rostro se calienta de vergüenza por ser observado de aquella manera mientras escucha una risa venir desde su hermano, en alguna otra circunstancia podría haberse detenido y simplemente puesto a llorar, pero se siente tan caliente, necesita más, necesita tener a Oneiros junto a él y aunque su mano sigue atendiendo a su hermano, utiliza la otra para sostener el miembro ya erecto de su hijo y llevárselo instantáneamente a la boca, estimulando como ya antes lo había hecho, antes de que su cabello sea sostenido con la fuerza suficiente como para jalarlo, exigiendo su boca en el pene que acaba de abandonar. Siente la vergüenza acumulándose mientras responde a la exigencia, su otra mano continúa estimulando a su hijo y aunque espera que ambos alfa peleen en cualquier momento, su hijo en cambio se asegura de que la otra mano suelte su cabello y acaricia su cabeza.

Se siente bien, pero a la vez nada está bien.

Las lágrimas se acumulan en sus ojos antes de sacar el pene de su boca, respirando con cierto alivio ante el pequeño encierro que tiene debido a que Oneiros está más cerca, al menos lo suficiente como para que puede comenzar a intercalar su boca de un lado a otro.

Lo último que hace es abrir la boca mientras sus manos no paran de moverse, cierra los ojos esperando a que el semen caiga en su boca o en su rostro, le da lo mismo, lo único que quiere es que esto termine...

[...]

Abre los ojos, sobresaltado, siendo su primer impulso apretar la mano que descansa encima de una pierna que no le pertenece e inmediatamente se gira para observar a Oneiros, que gruñe algo entre sueños antes de volver a acomodar su cabeza sobre la almohada, sus ojos se mueven por toda la habitación y reconoce el lugar como su verdadera casa y respira con algo de alivio mientras revisa que, en efecto, no hay nada en su rostro, más allá de sudor por el sueño que acababa de tener, cubre su rostro con ambas manos antes de pasarlas por su cabello y hacerlo hacia atrás, quiere acostarse y volver a dormir, pero la erección que tiene lo mantiene incomodo y aunque debería de molestarle haber visto a su hijo en sueños, lo que más le molesta y afecta es haber vuelto a soñar con su hermano.

Observa de nuevo al adolescente, cómodo a su lado e ignorante de la fantasía que acaba de tener, con cuidado, hace la cobija a un lado para subirse encima de él, ahuecando la cabeza entre sus dos brazos antes de frotar su cuello directamente contra el rostro de Oneiros, siendo todo lo que necesita para que abra los ojos y se dé cuenta de la situación en la que esta.

Sentir los brazos de su hijo sosteniéndolo por la cintura, mientras se pone boca arriba y le sonríe, le trae tranquilidad a su corazón, aun ahora podría no considerarse su pareja, pero soñar con su hermano le hacía sentirse tan infiel, que solo quiere asegurarse que este es el alfa que en la actualidad lo llena de semen.

Ciclo de problemas y una solución [Kinktober 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora