Prólogo

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Nunca estuve sola.

Una vez que inicias es difícil parar, ¿no? Oh claro, eso sentía yo. Llegando al punto donde es imposible retroceder y no hay nada delante de ti, solo quedo esa soledad que tú mismo encargaste de disimular cuando ellos seguían ahí, ¿y ahora? Vaya, es una pregunta difícil después de todo la mierda que conlleva seguir adelante.

Oh bueno, solo algo perturbador si lo piensas desde otra perspectiva, e incluso... ¿necrófilo? Vivir una gran parte de tu niñez con ese secreto, no me pesaba la gran parte del tiempo, pero la voz dentro de mí me desmentía a gritos lo que solo yo internamente podía escuchar.

Pero si hablaba del otro chico que llego a mi vida sin ser nombrado, sin ni siquiera necesitarlo en ese momento, todo cambia. ¿Era realmente necesario que apareciera en un abrir y cerrar de ojos con su estúpida sonrisa y la forma en como me trataba?

Universo, seguramente te estás burlando de mí en este mi momento de histeria.

Si toda la verdad se dispara es un caos total, y si ellos se enteran que estaba pasando realmente pierden la cabeza y no saben de qué forma ayudarte. Ahora que lo pienso, si podían ayudarme, bueno, ayudarnos; ¡NO METIENDOSE EN EL CAMINO!

Jamás lo voy a olvidar, ese color azul de sus iris increíblemente hipnóticos, tan claro que era difícil saber si solo era transparencia o solo con mirarlo podías acariciar su alma, cabello un poco largo y en finas capas peinado hacia un lado, color castaño oscuro, rostro y cuerpo delgados, piel pálida. Era un ser magníficamente hermoso, era una completa perdida para el mundo de la belleza después de que dejo de existir.

***

–¿Podrías abrazarme, Dorian? –le dije yo sin dejar de temblar.

–¿Es necesario? –Respondió sin clavar sus iris sobre mí.

–Tengo miedo, sabes.

–El miedo es la verdad de lo que necesitas ver –lo pensó un momento–. Pero claro, ven a mí –Respondió él, con toda serenidad posible.

Logre llegar con él en menos de 5 segundos.

–Hay un cuerpo frente a nosotros –notaba sus manos enganchándose en mi torso, al dar la vuelta por mi cuerpo uno de sus dedos logro acariciar por un segundo mi pecho y eso me hizo sentir un escalofrió por mi lado derecho del cuerpo, voltee a verlo para ver si él acababa de darse cuenta de lo sucedido, pero solo se limitó a mirar al cuerpo sin vida que estaba a unos 5 metros de nosotros–. ¿Qué vamos a hacer?

–Shhhhh.

El silencio era claro, él podía ver cosas, sentirlas, oírlas, entenderlas y ¿yo? Bueno, yo solo podía limitarme a existir.

El momento en el que voltee a ver sus claros iris arrugo un poco su ceño y miro mi frente, luego mi cabello, mi oreja, retiro hacia atrás de ella un poco de cabello que se había vuelto rebelde, siguió con mis labios, nariz y al final mis ojos. Note que lo hacía de una forma diferente, como si intentara revelar mis secretos, o simplemente quisiera grabar mi rostro detalladamente, sentía que él sabía algo más, creí que el sabría cómo terminaría todo esto, entre nosotros. Pero claro, debíamos prestar mayor atención a lo que había a una distancia de nosotros.

–Necesitaremos escapar, a menos de que tengas un mejor plan claro –me dijo él, volviendo a repasar mi rostro detalladamente, casi como si me estuviera susurrando, mientras acariciaba lentamente mi mejilla derecha–. Sabes que no podrás volver atrás, ¿no es así?

–Bueno, eh de confesarte que jamás había matado a una persona –respondí irónicamente.

–No le mientas a la muerte.

Entonces él se separó de mí y se adelantó hacia quedar al lado del cuerpo. Mientras yo miraba todos sus movimientos y entendiendo que después de lo sucedido claramente él era una ¿persona? a la que jamás, ni en otra vida podría olvidar. Dorian es ese tipo de droga más difícil de soltar, es un completo misterio de oscuridad.

Note como de la mesa de madera él agarraba un machete increíblemente largo, que se reflejó un brillo pequeño cuando lo deslizo y fue alcanzado por el pequeño rayo de luz que emitía la luna desde aquella ventana. Coloco la punta del machete en el piso y la empuñadura la utilizo para recargar su cuerpo largo y flaco mientras me miraba con una expresión misteriosa y un poco arrogante, y entonces lo dijo:

–Pues ¡Bienvenida! –dijo con algo de entusiasmo mientras volvía a sostener el machete en sus manos, lo alzaba hacia arriba y de un momento a otro se encontró mutilando un brazo izquierdo del hombre mientras unas gotas de sangre salpicaban su ropa oscura y rostro.

No pude contenerme y logré alcanzar con mis dos palmas la boca ahogando un fuerte grito mientras una lagrimas caía sobre mi mejilla.


"Entre la vida y la muerte" +21 || COMPLETA, CORRIGIENDO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora