CAPITULO 3

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 El comienzo de mi viaje

Cuando creces con una mentalidad cerrada existen mucho tipo de momentos que te resultan incomodos, como el tocar un cuerpo, besar a alguien, o incluso alguna conversación agradable que puedes llegar a tomar como coqueteo. Estaba harta, yo veía a muchas chicas y chicos disfrutando de todo eso y sobre todo con mucha tranquilidad, como si fuera lo más normal del mundo. Claro que para ellos sí que lo era.

¿Cómo podía quedarme aquí quieta sin hacer nada por alimentar mi mundo de la curiosidad?

En algún momento alguien me dijo "Puedes disfrutar del mundo que esta frente a ti, probando al mundo y todo lo que contiene, el ser humano por instinto desea aparearse y no puedes solo negarte al placer o encerrarte en esa zona de confort, sal de ahí"

¿Realmente entendía esa idea? ¿Estaba totalmente de acuerdo con ella? Estaba a punto de averiguarlo...

–Si lo quieres, no me negare ni un poco –Gabe poso su frente junto a la mía, su respiración estaba acelerada, intentaba recuperar el aire de alguna forma, y en ese momento recordé que estábamos en la calle y alguien pudo vernos mientras nos besábamos como dos adolescentes desenfrenados–, solo quiero que estés 100% segura de esto, quiero que disfrutes totalmente, pero no quiero que al día siguiente al levantarte creas que algo muy preciado para ti te ha sido arrancado –recordé que no estábamos solos y que alguien quizá nos estaba siguiendo, o quizá solo estaba siendo un poco paranoica y este era su camino, no le dije nada a Gabe para no preocuparlo:

–Gabe, solo vamos a casa por favor –le suplique, sin separarse de mí el formo una sonrisa tierna, beso mi frente y coloco su brazo sobre mi hombro.

No mires hacia atrás, no mires hacia atrás.

–"El amor es la respuesta, pero mientras esperas la respuesta, el sexo plantea algunas preguntas bastante interesantes".

Caminamos nuevamente, no faltaba mucho para llegar a mi casa.

–¿Quién?

–Woody Allen.

Me miro, sonrió de lado y giro su vista nuevamente al camino. A él le gustaba mucho citar frases interesantes. Y eso me gustaba mucho de él.

No volteé otra vez hacia atrás, pero podía sentir esa sensación de proximidad, sabía que no estaba tan lejos de nosotros, pero cuando cruzamos por una calle y caminamos un poco más ya no estaba sintiendo lo mismo.

–Bien. Llegamos –Gabe me dijo y para ser sincera yo no estaba al tanto, así que me detuve de golpe y saqué mis llaves.

–Dame un segundo –caminamos hasta la entrada y cuando llegamos a la puerta metí mis llaves, la abrí y deje que Gabe pasara primero, antes de entrar gire mi cabeza hacia la dirección donde veníamos y no, no estaba ni cerca, quizá su camino no era el mismo que el mío. Y eso me hizo sentir un poco mal por un segundo, pero lo olvidé en el instante en que me conduje dentro de la casa.

Sus manos rodearon mi cintura y comenzó a besarme nuevamente, otra vez era un beso rudo y sensual, yo avente las llaves hacia una mesa que estaba en la entrada, pero alcance a escuchar que cayeron al piso, no me importo en lo absoluto, así que puse mis manos en su cuello y lo rodee, profundizamos aún más el beso pegándonos más y logre sentir una erección cerca de mi pelvis, él no era un chico muy alto, éramos casi de la estatura, de no ser por unos centímetros que él tenía a su favor. Giro nuestros cuerpos y el quedo dándole la espalda a la puerta de la entrada, alzo su pie hacia atrás y con un empujón logro cerrarla, se inclinó un poco hacia abajo y tomo mis piernas por detrás para alzarme y que mi intimidad quedara junto con la suya. Gemí un instante al sentirlo tan duro contra mí:

"Entre la vida y la muerte" +21 || COMPLETA, CORRIGIENDO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora