"Entre la vida y la muerte" +21 || COMPLETA, CORRIGIENDO.

CAPITULO 10

 Los secretos mantienen viva el alma.

Las risas resonaban en todo el comedor, una rica vibra se sentía a mi alrededor. Pero no es suficiente.

Tengo miedo, mis manos y pies tiemblan, no puedo olvidar el rostro del oscuro, el acercamiento de mi vecino. ¿Quiénes son ellos dos? ¿Por qué de un abrir y cerrar de ojos llegaron a mi vida y pareciera que planean destruirla? No puedo argumentar nada ante esto, las palabras no salen de mí. No confió en el señor Thomas, pero si fuese solo eso me sentiría más tranquila, sin embargo, no hay noche en la que no me asome debajo de mi cama, esperando a encontrar ese cuerpo deforme. ¿A qué quiere jugar? ¿no es más fácil venir por mí y tomar mi alma? ¿Por qué se está tardando?

¿Quiero morir?

La depresión hace años que ya se había desaparecido de mi vida, quizá dejo una pequeña semilla que me hace recaer cada cierto tiempo. Tenía un nuevo comienzo, pero ahora. Aún creo que soy una cobarde. Dos demonios vienen por mí, uno en muerte, otro en vida. Ambos son igual de terroríficos que la piel me enchina y me hacen parar los latidos de mi corazón. –"Apenas es el comienzo"– me digo a mi misma. Acaban de aparecer en mi vida y ¿ya me quiero rendir? La respuesta es no. Necesito averiguar qué hacer con el oscuro y como acabar con él.

Me tengo que encargar del señor Thomas, ¿qué es lo que esconde? ¿por qué actúa así de raro?

No hay nadie mejor para este trabajo que mi amigo Gabe, Dorian y un amigo policía de mi padre. El señor ya es mayor, de echo tiene más de 80 años, pero aún trabaja como "policía" en una de las estaciones de la ciudad, tiene una pequeña oficina ahí y siempre soy bienvenida. Quizá él tenga algún tipo de documento que me ayude a saber más sobre mi vecino, pero antes debo de estar segura de con quien carajos me estoy metiendo al juego.

Necesito espiarlo. Si es posible entrar a su casa lo are.

–¿Estás de acuerdo Leda? –mi amigo Gabe hablo.

–¿De qué? –le di un mordisco a mi hamburguesa.

–Tu padre, en el desayuno de navidad invito a mis amigos.

–¿Si? ¿a quienes? –le pregunte a él.

–Licia, Bryce y Sabella –me dijo mi padre–. También ustedes están invitados chicos.

Altenea y Larry le agradecieron. Baker solo sonreía y asintió en modo de un "gracias"

–Me encanta la idea papá.

–Y también le decía –continuo Gabe–, que planeábamos salir ese mismo día, después del desayuno.

–¿Ya tienen una idea de dónde? –pregunte.

–Gabe quiere ir al mar, pero le digo que el agua nos– puede congelar o pescaremos un resfriado –dijo Altenea.

–Concuerdo contigo.

–Pero yo tengo la idea de ir a la montaña, podemos acampar en la nieve, he revisado el clima y no habrá ninguna tormenta, ya lo he hecho años atrás y la vista es hermosa al amanecer, todo es blanco y lleno de vegetación cubierta por la nieve.

–No suena tan mal –Gabe se encogió de hombros.

–Entonces votemos –propuso Baker.

Un teléfono sonó, era una llamada, es el teléfono de mi padre. Contesto y hablo:

–Un momento, disculpen chicos vengo enseguida –se retiró del comedor para subir las escaleras.

–Yo voto por la montaña –hable.