CAPITULO 16

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Vaya sorpresas nos tiene la muerte.


Analizo la imagen que esta frente a mis ojos. Ambos chicos a causa del nombre que salió de mi boca salen disparados para darle la vuelta a la isla y posarse a mi lado.

Es Doria el chico en la fotografía. Su cuerpo desnudo, tal y como lo dejaron aquel día, la cabeza está a punto de desprenderse del resto del cuerpo. Hay bastantes ramas alrededor de él, y tierra sobre sus manos y el resto de su piel marcada por los golpes.

–Este lugar –acaricio la fotografía–, está cerca del mar, ¿no es así?

–Sí –asiente Baker mientras debate si mirarme a mi o a la foto.

–Leda, acaso él es ¿Dorian? El chico de la cafetería, ¿el mismo que ha estado con nosotros y contigo estos días?

Moví mi cabeza de arriba abajo lentamente. Mis ojos no podían dejar de ver aquella imagen.

–Gabe yo –pensé bien lo que iba a mencionar–, he desarrollado otros dones –los mire a ambos.

–¿Qué? ¿Cómo que nuevos dones?

–Cuando yo, yo toqué a Dorian tuve una visión. Estuve el día de su muerte, vi todo y la forma en la que lo mataron.

–¿Eso cuando sucedió?

–Esta misma tarde.

–¿¡Y te esperas tanto para decirlo!?

–Pero hay más.

–Suéltalo.

–Existieron cuatro hombres ese mismo día. Ellos lo mataron de una forma espantosa –los recuerdos de eso viajaron por mi mente–, lo golpearon, lo violaron y lo obligaron a hacerles cosas espantosas.

–¿Tienes algo más?

–Sí –los mire–, el más joven de ellos, se llamaba Larry.

La mención de eso provoco que la cocina se sumiera en un completo silencio, un escalofrió recorrió mi espalda y pecho, haciendo que estos se estimularan.

No fue nada sexual, solo fue el frio.

Mi mente estaba atascada de posibles coincidencias, esto podría ser tan real como lo que en estos momentos creemos, solo es cuestión de verle la cara al chico. Y si él fue capaz de ser parte de todo esto, también podría ser una clara advertencia de que una o quizá las dos niñas desaparecidas pueden estar en sus manos en este momento.

–Recuerdo que –continúe–, había un hombre entre ellos, ya mayor pero no estaba viejo. Era el jefe del grupo, y Larry le llamo "tío"

–Ya ni le muevas –hablo Gabe–. Es el, si o si quien tiene a las niñas, pero va a ver ese hijo de...

–No –ordeno Baker–, sabemos lo que paso con el padre de Jones, y no podemos arriesgarnos a que pase lo mismo de nuevo –dijo, mientras me miraba–, quizá el viejo Chris podría ayudarnos un poco, pero necesitamos llegar a él con pruebas.

Compartimos miradas entre todos, eso era más que claro, no podemos dar otro paso en falso. Necesitamos actuar ya.

Vaya días de mierda.

Bien, ¿qué podemos hacer? ¿deberíamos ir a espiar a ese tal Larry? –pregunto Gabe.

Sí –hable–, pero no en el camaro de Baker, necesitamos algo menos llamativo, quizá podrían asaltarnos en ese lugar por el simple carro.

"Entre la vida y la muerte" +21 || COMPLETA, CORRIGIENDO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora